El Diálogo y "Un Nuevo Comienzo"

No podemos unir al pueblo sobre la base de la injusticia y la ignorancia. No podemos unir lo que es antagónico, así como no puede haber paz sosteniendo un sistema de injusticia social. Nada de eso es sólido, ni mediocremente sólido, si lo que lo motiva es la desesperación y la demagogia. No podemos hablar de la conquista de la "paz" en esos términos ¿Cuál paz? ¿Cuál es la calidad de esa paz? ¿Cuánto tiempo durará? Hoy se liberan, en un solo paquete, culpables de asesinatos y personas acusadas de conspiración, unos menos culpables que otros, muchos sin juicios o sin sentencias, encerrados sin que se note la presencia de un sistema de justica verdadero. Así como fueron acusados y encerrados ahora son liberados ¿Dónde está la justica?

El gobierno, junto a la acción difusa y condescendiente de la fiscalía libera a los presos políticos que en su momento no lo fueron, como un gesto de buena voluntad de querer "unificar al país", llamar al diálogo y a la participación de "todos los sectores" para sacar el país de la crisis. Pero escoge la paz y la unidad del lado equivocado, de la derecha, como si fuera esa derecha la más afectada de la crisis, o dicho de otra manera, como si estuviera en la derecha el único detonante de un eventual estallido de violencia. Como ha sido su conducta en estos cinco años, se olvidan del otro pueblo, el que está realmente abandonado de Dios y muy cerca del capitalismo, pero como víctimas, se olvidan de 27 de febrero.

El primer grupo de "dialogantes" escuchados y complacidos por el presidente fue el de los banqueros. Creo que no hay en el país un sector económico y social más privilegiado por los efectos de la crisis, que haya ganado más dinero (o que se haya enriquecido con dólares de nuestra renta) que los dueños de los bancos; esto fue una pésima señal…

Esta rueda de "Diálogos" es una versión, post electoral, con otro título, del famoso "Congreso de la Patria", abandonado por inservible; como dijo alguien "cambiarlo todo (o cambiarse todo) para que no cambie nada". Ahora pasarán por Miraflores las comunas, los cultores, los intelectuales, los militares, los empresarios (varias veces), la iglesia, los partidos políticos de la derecha, los del GPP (si acaso lo permite Aristóbulo Isturiz, coordinador nombrado a deo por el presidente); nadie sabrá con certeza de qué habló cada quien, a menos que convenga al gobierno publicarlo. Todos estarán representados, menos los pendejos, los chavistas indignados, los marginados del gobierno y de la sociedad. Por ejemplo, los militares rebelados, chavistas en el exilio sin derecho a defenderse (hoy cualquiera se cree con derecho de acusar a Ramírez de ladrón o de Zar de PDVSA, haber acabado con ella, guiado por su instinto de rebaño o por sus resentimientos, sin pruebas, solo porque se cree con ese derecho, ¡derecho de "pueblo" pues!), el hombre y la mujer de pie agarrados por la garganta por la especulación y el desgobierno que mantiene aplacados a los banqueros y empresarios capitalistas "por ahora", ¡Vamos a ver cuánto más estira esta vieja arruga!

Como decíamos, la unidad debería ser entre más o menos iguales, entre chavistas. Las consultas deberían ser públicas y televisadas, a gente que estuvo con la revolución, esa misma que tanto exaltó Maduro en el discurso de los reproches, del "volver a empezar de nuevo", que evocó, casi que sin darse cuenta los años de Chávez … "tuvimos once años haciendo las cosas bien, qué pasó", dijo, más o menos. La unidad es con el desvalido desesperanzado… ¡si usted quiere tenderle la mano a alguien, señor presidente, hágalo con el chavista desesperanzado, despreciado en su propia país!, confundido con todo o que pasa, que no acaba de ver la luz al final del túnel y que busca cómo migrar al infierno de otros desprecios. La unida no puede ser para salvar la economía, debe pensar en la sociedad en su conjunto y en particular a los más necesitados, a los seres vivos humanos que la forman, salvarlos de la degradación moral y material.

Unidad con la derecha arrogante y pícara, unidad con la banca privada, unidad con la empresa privada (delincuentes, si funcionara un verdadero sistema de justicia social), todos perfumados de inocencia, unidad con los –hace poco conspiradores y asesinos- ahora presos políticos, eso no es unidad es una vergonzosa rendición, sumisión, abandono de lo logrado hasta la muerte de Chávez.

Si el presidente escuchara, si Elías Jaua escuchara o Diosdado Cabello, lo que piensan aquellos que votaron por este gobierno, se asombrarían de con qué cuentan para defender la Patria de las amenazas imperiales. El pueblo se siente abandonado de sus líderes, por más que quieran hacer de Padres, estos padres irresponsables. Así como se van unos del país, casi sin nada, a otros ya no les importa nada, esperando que pase algo para bien o para mal. Eso de tener un una piedra del tamaño de una casa sobre nuestras cabezas y no saber en qué momento nos aplastará a todos, sin poder hacer nada, es peor que la muerte.

Si el gobierno se callara un momento y escuchara el rumor de los tiempos. Pero se encantan por el efecto de sus propias voces y la de los aduladores; el psiquiatra les dice que escuchen y ellos salen a hacer discursos estridentes; escondieron todos los espejos de la casa; tralalean mientras se tapan los oídos. Es bueno que si no escuchan lean y entiendan al señor Julio Escalona cuando dice "Además, (el imperio) ya tiene preparados juicios para acusar ante tribunales estadounidenses a los altos funcionarios gubernamentales de Venezuela, por corrupción, narcotráfico, etc.… Pero no sólo Trump procedería de esa manera. Los grandes empresarios que residen en Venezuela procederían de la misma manera. En todo caso, ellos no elaboran políticas propias. Nunca lo han hecho."



Esta nota ha sido leída aproximadamente 2249 veces.



Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

Visite el perfil de Marcos Luna para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Marcos Luna

Marcos Luna

Más artículos de este autor