"Si en la guerra la primera víctima es la verdad,
con la inflación la primera víctima es el ahorro y,
por ende, el crédito."
Adrian Simioni
En estos momentos, no hay nada que valga, antes la arremetida contra la economía venezolana. Todos los intentos del gobierno por mantener una pequeña luz de esperanza, con un simple soplo tratan de apagarla, y cada día van dejando al país en las tinieblas, sin importarles las calamidades de sus habitantes. El mayor crimen que una persona puede cometer, por el simple hecho de adversar al gobierno, es atentar contra la economía de su patria, y eso, es imperdonable desde todo punto de vista.
No hay un producto, que no siga disparado de precio, golpeando el bolsillo del pueblo trabajador. Los bancos del país, presentan enormes colas, pero es rara la persona que acude a depositar; casi todos son para esperar, con la paciencia del que no le queda otra alternativa, antes las inclemencias del tiempo, en esta época del año, para sacar algo de efectivo, y de esta manera movilizarse antes cualquier eventualidad. Está muy claro lo que buscan por todos los medios, los autores intelectuales del saqueo financiero: la paralización del país, algo que no han podido, a pesar de todos los métodos utilizados. Ahora es cuando se puede ver en las calles, y avenidas, personas haciéndole frente a la crisis, aunque carguen a cuesta parte de ella, pero más puede la consciencia, que los arrebatos de odio de una dirigencia opositora, el cual juega al fracaso por unos dólares, o por una simple mirada de halago del gobierno estadounidense, por el favor que le están haciendo, en su criminal intención de ayudarlos apoderarse de las riquezas naturales de nuestro país, prevaleciendo el petróleo; vital producto del necesario consumo, y el incontrolable consumismo en una sociedad, donde las apariencias engañan, antes las cifras, cada día más alarmante de pobreza crítica.
En nuestro país, las pruebas de la guerra económica están a la vista de todo el mundo, y sirven para demostrar, hasta que, punto nos apuntan con tanta precisión, que parece difícil escapar de la persistente cacería de los poderosos, avaros, ambiciosos, e insaciables, pero tristemente unos verdaderos chupamedias del imperialismo. Precisamente estos fieles serviles de los gobiernos estadounidenses, son los que no descansan en la descabellada idea de dolarizar la economía venezolana, y para ello, actúan al margen de la ley, con el dólar paralelo (dólar today). No es simple casualidad, que hasta los mismos bachaqueros, amanecen consultando el precio de la moneda estadounidense, para remarcar la mercancía, antes de ofrecerla, o exhibirla.
Todo se encuentra por encima del millón de bolívares, y lo que no está, se acerca con los movimientos de los inescrupulosos, por la larga cadena en la comercialización, porque todo es una consecuencia del atentado diario contra la moneda venezolana, sobre todo en la frontera con Colombia, donde nuestro cono monetario, circula a manos llenas de manera libre, como en nuestra época de niños, cuando jugábamos con las billetes–barajitas– estimulando el juego, porque los comerciantes siempre inventan una para sacarle el dinero a los consumidores, y en muchos casos aprovecharse de la inocencia de los pequeños.
Estudios de personas, que viven en la frontera, preocupados por la graves situación que nos viene golpeando, se han dado a la tarea de profundizar en la disparidad cambiaria, y han presentado números, que hablan de la fuga de más de 150 mil millones de bolívares del cono monetaria –todavía en existencia– en manos de 30.000 personas, el cual van y vienen, y con solamente llevar solamente 5 millones cada uno en el bolsillo–estamos hablando de cifras modestas– que del otro lado no significan nada, y de este menos, pero se los cuadruplican–se los convierten en 20– y sobran los compradores, y también los que han hecho de este negocio, un oficio muy lucrativo. De ahí surge la pregunta: ¿Qué hacen con ese dinero? Muy sencilla la respuesta: ¡El contrabando de extracción! Vienen y pagan, hasta el doble de un producto, y todavía están ganando; por esa razón, en la frontera con Colombia, al llanero nuestro se le está haciendo difícil comer carne, aunque parezca paradójico.
La guerra es totalmente desigual, entre el todo poderoso imperialismo, y los vende patria, alumbrados por los ojos saltones de Julio Borges, quien se encuentra de bajo perfil, y las fuerzas bolivarianas, encabezadas por un auténtico defensor del proyecto emprendido por el Comandante Chávez, aunque muchos lo nieguen, buscando pescar en rio revuelto. Por eso el pensamiento de Montesquieu, parece hacer mella en la mente de los opresores, y traidores: "Es más difícil, sacar un pueblo de la servidumbre que subyugar a uno libre". La lucha continúa con el pensamiento de Chávez, y la entrega total de Nicolás Maduro, por defender la patria.