Tareck El Aissami, hace cosa de minutos, quizás media hora, compareció "ante la pantalla de televisión, acompañado por otros dos funcionarios, el presidente del BCV, Calixto Ortega y creo que el de SUDEBAN. Fue una de esas pocas veces que el presidente Maduro le da chance a otro del gobierno para decir algo. Anunció, si es que entendí bien, pues esas cosas financieras poco las entiendo y me resultan indigestas, algo así como que en vista de nuevas medidas de bloqueo de parte del gobierno de EEUU para evitar nuestras operaciones con dólares, nos pasábamos al euro y otras monedas. Y al final de su intervención, sin permitirle a los periodistas hiciesen preguntas, dijo que "hecho un balance del Programa de Ajuste y Prosperidad Económica", que como vemos se puede reducir a PAPE y hasta PAPEO, "vamos muy bien". Se fue convencido que todo había quedado claro y sin ningún nubarrón. Incluso hasta me dijo que podía comprar de esas divisas si quería, que era muy fácil, tanto como acceder a los lingoticos de oro, lo que no me aclaró de dónde saca real uno para las dos cosas sino siquiera para una. No obstante como veremos más adelante, el cree que si podemos, pues la cosa, en su parecer, está muy buena.
Dadas las circunstancias por nosotros vividas, no hablo de El Aissami, sino de nosotros los venezolanos sujetos a un salario, a quienes la hiperinflación tiene bajo azote, tanto que cuando nos empezaron a pagar "el nuevo sueldo", poniendo a un lado las contrataciones, escalas, tabuladores y todo cuanto habíamos conquistado, hasta en la IV República, aquella a éste ya lo había hecho polvo. Tanto que mi compañera y yo, docentes jubilados, después de más de cuatro décadas de ejercicio profesional, no podemos pagar las medicinas que demandan nuestros respectivos tratamientos, pues lo poco que percibimos apenas da para comprar las indispensables cosas para medio comer. En esto quiero detenerme. Hay un discurso oficial que hasta muchos amigos utilizan, de buena fe y deseosos de defender al gobierno porque le creen haciendo el socialismo, que al evaluar el asunto del salario se detienen y empeñan en asegurar que si nos aumentaron y bastante, creo que hablan del 3 mil por ciento, lo que según esa versión parcializada, de una sola cara, aquél o para ser más claro, el gobierno habría hecho por nosotros hasta como una gran obra de caridad. El gobierno es un gran padre muy preocupado por sus hijos. Pasan por alto que con ese aumento se vino la hiperinflación y hasta a él se le montó muy por encima. Por lo que nosotros, mi compañera y yo, antes del aumento, podíamos comprar alguna que otra medicina, ahora no podemos comprar ninguna. Pero El Aissami, muy serio, me dice en mi propia cara, desde la pantalla del televisor, que "vamos bien" y el que PAPEO está de rechupete. Pero lo que más me disgusta es que también se lo dijo a mi compañera en su cara y casi la llamó embustera.
Entre Teodoro Petkof y El Aissami, hay pocas cosas en común. Tanto que "el catire" es economista y éste último abogado. Pero El Aissami es Vicepresidente de Economía y encargado, al parecer, de manejar esas cosas y razón por la cual sale a hacer anuncios como ese. El primero se salió del PCV, cansado del estalinismo y alarmado cuando la invasión de la URRSS a Checoslovaquia. El segundo, según lo poco que sé, formó parte de uno de esos minúsculos grupos estudiantiles vinculados a Douglas Bravo que nunca habían intimidado con un obrero o, para mejor decirlo, un trabajador, pero si se cansaron de tirar piedras bastante y a eso le llamaron actividad revolucionaria. Menos mal que se les atravesó Chávez. Pero yo, aparte de sus extraños apellidos, a Teodoro y Tareck, les vinculo por esto que dijo éste, que después de 50 días del PAPEO "vamos bien", pues Teodoro, siendo ministro de Finanzas de Caldera, en medio de una aguda crisis económica, dijo a los periodistas "vamos bien pero venimos mal". Como vemos Teodoro creo que fue más sincero y hasta humilde, pese que si algo se le criticó con frecuencia al "catire", fue su marcada soberbia.
Teodoro, un hombre que venía de la izquierda y hasta de la lucha armada, supo de cárceles, persecuciones y clandestinidades, se encargó de convencer a los trabajadores que dejasen se cambiase el régimen de pago de las prestaciones, con lo que estaba favoreciendo a Fedecámaras, con la engañosa oferta que de esa manera los empresarios y el gobierno podrían pagar mejores salarios y aumentar la oferta de empleo, lo que se convirtió en una gigantesca estafa. Hasta ahora, el PAPEO, ese que "va muy bien", según la estimación de El Aissami, también procedente de una izquierda pero sólo universitaria, como un intelectualismo que por casualidad no le gusta a Maduro porque le produce roncha, ha servido para negar los derechos de los trabajadores derivados de las contrataciones colectivas. ¡Y vaya qué casualidad! El PAPEO también se ofrece como oferta para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, pero hasta ahora nada de eso es cierto, sólo ha generado expectativas y correr un poco más la arruga. Pero en lo sustancial, es asombroso, como lo que el gobierno de ahora propone y evalúa tan bien El Aissami, no es muy diferente a lo que propuso Teodoro y ya sabemos en qué terminó eso.
Sus razones tendrá el alto gobierno para asegurar que con el PAPEO "vamos bien", pero de allí a que eso sea verdad hay mucho trecho. Tanto que aparte de lo que he referido de mi experiencia o vivencias personales, acabo de leer en facebook, una muy breve lista de cosas indispensables para el sólo comer que sobrepasa el salario mínimo mensual y no alcanzan para la comida de dos personas a la semana y menos cubre todas las necesidades alimenticias, sin incluir tantas cosas necesarias, no "para el buen vivir", como dicen quienes gobiernan como con sorna, sino el simple subsistir.
Sus razones tendrá El Aissami para asegurar eso, pero uno tampoco las va a pedir porque, si algo caracteriza a quienes gobiernan, es creer que todo se resuelve lanzando consignas, igual que cuando estábamos en las aulas universitarias. Maduro es todo un caso. Cada cierto tiempo la coge con una entidad federal y dice "Este Estado volveremos una potencia", pero no precisa ni programa cómo ni a partir de cuándo. No hay planes, no hay nada. Sólo consignas. Un año o menos después, en ese mismo Estado y habiéndose replanteado la misma situación de estancamiento, sin que se le arrugue la boca vuelve a ofertar lo mismo y quienes le rodean, que un año atrás le escucharon decir aquello mismo, le aplauden y creen ver bajar del cielo la potencia. Por eso, cuando El Aissami dijo que con el PAPEO "vamos bien", sin dar ninguna referencia, información de cómo marchan las cosas, cifras que revelen que la híper inflación cede y los salarios se le montan por encima, no hice más que sonreír y recordar a Teodoro.