Mi abuelo paterno combinaba su labor de agricultor con otras actividades "económicas" y así aseguraba, en lo posible, el sustento diario. Una labor que realizaba mi abuelo, era recorrer pueblos de Margarita en burro para vender frutas y animales: puerquitos y gallinas. Mi apego por la agricultura y los montes, me vino porque mi abuelo, me llevaba muchas veces en estos recorridos.
Una actividad que ocupaba a mi abuelo era la de capar animales. Las familias tenían sus fondos productivos con chivos y cochinos. Los puerquitos y chivitos bebé los capaban. Para esta actividad, mi abuelo usaba ceniza, kerosén y un cuchillo de zapatero.
Este trabajo lo realizaba mi abuelo en las tardes. Las familias solicitaban el servicio de capar y mi abuelo fijaba el día. Siempre capaba a estos puerquitos con la caía del sol. Yo lo acompañaba y recuerdo, que mi abuelo me pedía que le agarra las dos paticas de atrás al puerquito y el procedí a realizar el corte y sacarle las bolitas.
Nunca me pregunté la razón de esta práctica. Ya más grandecita, se me ocurrió preguntarle a mi abuelo por qué le sacaban las bolitas a los puerquitos y los chivitos. La respuesta que me dio, aún hoy no sé si tiene lógica y sentido, fue esta: Así se olvidan, cuando sean grande, que son cochinos y chivos. Su trabajo o responsabilidad es comer y comer. No tendrían otros instinto que los distraiga. Esta práctica la vengo aplicando para mis puerquitos y toritos y me dan buenos resultados para los efectos de engorde. Siento por esto, la falta que me hace hoy mi abuelo, que tenía un tino para saber cómo y cuando capar.
II
Hoy amanecimos con embargo total. La noticia me agarro en la madrugada cuando me disponía (casualmente) en compañía de Chico a capar unos cochinitos que quiero tenerlos gorditos para diciembre. Tenía la ceniza y el kerosén listo y cuando llegamos al corral de los cochinos, comencé a echarle pierna al asunto. De tanto ver a mi abuelo en estas faenas, me quedé con esta herencia de capar y con la herencia de santiguar, que también mi abuelo lo hacía. A medida que íbamos capando puerquito, oíamos a través de un radio portátil que tengo en corral, las opiniones que estaba generando el embargo total de EEUU a Venezuela.
Apareció como un trueno, la opinión de José Guerra, que creo es venezolano, economista y profesor de la UCV. Este "señor" sólo logró decir, que el asunto no era un embargo total porque esta decisión de embargo total le corresponde al congreso de EEUU y no al presidente. Digo que era una medida ejecutiva y supe después (palabritas más palabritas menos), que el asunto tenía la misma repercusión. Sentí que este destacado economista, responsable del llamado "Plan País", se interesaba sólo en esta guevonada. Reconocí así por la manera en que se focalizaba en el tema, que este José Guerra probablemente la veía en su "plan país".
Luego ofrecieron las declaraciones Francisco Rodríguez. Este economista explicó el impacto que este embargo tiene para los venezolanos y venezolanas. ¿Por que José Guerra no fue como Francisco Rodríguez en su explicación?
Seguí con mi labor de capar cochinitos aplicando la técnica de mi abuelo y tratando de comprender, las razones que pudo tener este José Guerra para "preocuparse" y decirnos que el embargo no era total, porque no venía de ser una decisión del congreso de EEUU.
Cuando terminé la faena, le pedí a Chico que colocara los 15 cochinitos en el espacio destinado para ellos y que me los vigilara. Salí del corral y al poco rato oí a Chico deciéndome: Mamanta, Mamanta, quedó uno sin capar. Por un momento me emocioné, pero luego caí porque Chico traía el cochinito en las manos. Saque la ceniza, el kerosén y le saque sus bolitas, siguiendo las instrucciones que aprendí de mi abuelo.