Bueno, si ya no había más con que acabar, el TSJ, como solícito, dictaminó que la aerolínea Aeropostal pasase a manos del Estado, para que lo hiciese con ella.

-"Si algo te faltaba, aquí lo tienes". Así dijo el TSJ al gobierno, como madre que acude presurosa a satisfacer el capricho del hijito malcriado. ¡Al mojao échenle agua!

Es que el Estado es eso, como una molienda y al mismo tiempo prensa, que intenta atrapar todo para inmovilizarlo, estrujarlo y exprimirlo. Porque estatizar es algo así como momificar, maniatar para que nada se mueva y muera lentamente y boqueando. Además no puede haber un Estado que se precie de ser expropiador revolucionario para hacer, crear reproducir lo que no sea miseria y además sin cumplir su trabajo por antonomasia, acabar con todo lo que toque. Y no es, para que quede claro, seamos defensores a ultranza del privatizar, sino que una cosa es estatizar y otra socializar. Y porque, en buena lid, "el ojo del amo, engorda el caballo". En la empresa socializada, hay quien cuide a ese caballo, porque de él depende la vida, la existencia individual y familiar y hasta el excedente colectivo.

Daré un ejemplo inspirado en que, me apresto a participar en una jornada sobre Historia Regional, asunto que me apasiona y al que he dedicado buena parte de mi tiempo y por lo que lucho para sea incluido en el pensum escolar con el nivel e importancia debida. A raíz de la visita de Enrique Dussel a Venezuela, quien vino acompañado de representantes de otros países, creyendo al nuestro, porque presuntamente está inmerso en un proceso revolucionario, como apropiado "para sembrar esa semilla", o "poner ese huevito" como dijese un intelectual argentino, con la intención de promover tareas, supone uno fundamentalmente a partir de la escuela y hasta otros mecanismos no formales, destinadas a lo que en buen sentido llama la "descolonización, cuando el asunto llegó a las instancias de Maduro, este como es habitual en los burócratas, como quien respira, sentenció – eso sí, con la solemnidad de quien "se la está comiendo" – que en el ministerio de la cultura se crease un organismo, supongo yo con un funcionario pagado, pero que su currículo básicamente esté adornado con las pruebas de ser leal, nunca traidor y tenga las rodillas hundidas en la tierra, como en el cuadro de Goya". Allí parecieron enterrar el esfuerzo de Dussel y del Estado mismo que supongo le trajo a él y sus acompañantes. Pues ya el mandado estaba hecho, ellos venían a pasearse por los medios, dar unas declaraciones y dejar la sensación que, por encima de todo, habían vendido a apoyar esta revolución, lo demás está demás. Sé por experiencia, que lo que hagamos y acordemos en ese evento de historia regional, correrá el mismo destino. Pero como dice el venezolano, ¡hay que darle! Y más pierde el venado que quien le dispara.

En efecto, el "20-09-19.-El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictaminó que la aerolínea venezolana Aeropostal pasó a manos del Estado, informó el director del Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, Carlos Viera Acevedo, reseñó El Universal." https://www.aporrea.org/contraloria/n347004.html

No sé cómo andaba esa empresa; si se produjo esa sentencia debe ser porque en buenas manos y caminos no estaba. Como no ha estaba Conferry, desde cuando pertenecía a la familia Tovar, según se comentaba entonces, por conflictos internos entre los socios, habiendo muerto su fundador el Dr. Rafael Tovar, el Estado les hizo el favor de expiárselas para que además el general escogido en la intimidad por el Estado para administrarla, a los pocos meses allí hiciese caída y mesa limpia. O el desastre, un inmenso cementerio rojo que es el servicio autobusero estatal, que más parece el instituto creado para eso, con sus "revolucionarios" al frente.

El Estado tiene además una buena red de hoteles que más parecen casas de partido que centros de turismo. Aunque para ser justo ellos practican un turismo combinado con política. Turistas de la política que gozan del privilegio de viajar, llegar a esos hoteles, sin costo alguno, sólo el de brindar apoyo. Esa casta o especie es de vieja data. En Venezuela ha abundado mucho. Diría que hay millones de venezolanos, de las distintas tendencias, pero en la izquierda hay una buena porción, que han viajado por el mundo entero prestando su apoyo, eso sí, sólo de estar ´presente en cuanto evento se organice, llegar a hoteles, pasear y comer bien a costilla de otro. A la URRSS, Cuba, iban y venían como ir uno a la esquina más próxima a casa y cuidaban sus pasaportes llenos de sellos como si fuese la novia.

Ahora la fiebre del oro, aquella que llevaba hacia el oeste americano oleadas de personas por las minas allá descubiertas, tiene en Venezuela su potrero. Apenas acaban de salir unos cientos que nos vinieron apoyar, no porque el pollo se volvió incomprable o artículo de lujo y el salario mínimo descendió por debajo de dos dólares, sino porque Guaidó se retrató sonriente con "Los Rastrojos", como si fuese extraño los burros se busquen para rascarse, cuando de inmediato los hoteles se llenaron de nuevo para recibir a las mujeres del mundo que vienen a apoyarnos. Mientras que no hace mucho, también estuvo aquí un montón en lo mismo pero por otra cosa. Como que obreros de la patria grande y del mundo, vinieron apoyar, pues a ellos engañaron, nos desconociese el gobierno revolucionario las conquistas de los contratos de trabajo en una sociedad capitalista y el amarre del salario.

Esas idas y venidas son costosas. Uno sabe, desde hace años, que el paganini es quien invita. Las fiestas de traje –como traje el hielo, el refresco y el otro el pasapalo – no son la de estos casos. Nadie va a venir desde tan lejos a brindar un apoyo que alguien supuestamente necesita y de paso corriendo con sus gastos; eso no es lo usual. No es ese el proceder de los profesionales del apoyo. Y tampoco la costumbre de quien invita.

Como está dicho, tenemos los hoteles que están como de capa caída, pues no dejando renta, sino al contrario, producen enormes gastos, es lógico que así estén. Pero hacía falta una línea aérea más que lleve y traiga gente que nos brinda apoyo. Y si ellos eso hacen, es lógico, como la lógica misma, la del "toma y dame", que el gobierno corra con los gastos. Además eso emparejaría la cosa. Pues los viajeros que aquí llegan no sólo necesitan hoteles para dormir y comer, sino también alas para volar y ahora, si no había o no eran suficientes, con eso de la Aeropostal, "se armó un limpio" o llegó lo que faltaba.

Pero esos miembros del gobierno y hasta partidarios de la estatización a ultranza, por creer que eso es de por sí revolucionario, aunque causen traumas como el que ahora padezco, que por haber estatizado la pequeña empresa que nos surtía de gas con eficiencia, llevo más de dos meses con las bombonas vacías, porque hay que bajarse duro de la mula, como lo hacen los dueños de los abastos y restaurantes cercanos a mi casa, para que los compatriotas leales siempre y nunca traidores de la empresa estatal que llaman malosamente "socialista", pueda prestarle a uno el servicio, que es un derecho humano, ahora se sentirán a gusto teniendo una nueva empresa aérea para usarla como ya dije y viajen los altos funcionarios del gobierno y sus íntimos, hasta que la vuelvan chatarra.

Ahora pues, tendrán más alas, aunque sea por el tiempo que dura un pedo en una mara, quienes sienten deseos y creen tener razones para apoyar a Maduro, viéndole hacer una revolución tan generosa y humana, que los viejos jubilados, dependientes de la pensión del seguro social, el lunes cobrarán un monto de 1.8 dólares mensuales; las más baja, humillante y hasta indignante del mundo y que los hace los más desprotegidos de todo el planeta, porque no es sólo eso, son infinitas las carencias.. ¿Y qué del gobierno revolucionario, dime tú, que viniste a apoyarnos? Pues, qué puedo decirte, eso es culpa de Trump.

Como solíamos decir los muchachos cumaneses de mi tiempo, al momento de iniciar una tarea, "a retequebrar a Aeropostal, se ha dicho".