El economista criollo (Andrés Guissepe) acaba de publicar un interesante artículo, cuya lectura recomiendo. A mí particularmente, me llevó a una reflexión, que ahora trato de plasmar en esta nota y compartirla,
Guissepe a mi entender, se maneja con una particular tesis sobre la desigualdad y la coloca como el detonante de las situaciones que hoy confrontan varios países de América Latina. Soy de la idea, que el tema del conflicto social por ejemplo, es un tema, que sociológicamente hablando, tiene como se estila decir en el ámbito académico, sus aristas. Las aristas no parecen existir para el economista criollo y los temas sociales son muy simples de explicar y entender.
Desigualdad hubo siempre. Hambre y miseria hubo siempre. Ahora mismo, la desigualdad y el hambre la cargan millones y millones de seres humanos en el mundo y esto aunque es un elemento importante en la generación de procesos de conflictos, no es el insumo que en definitiva explica estos procesos conflictivos y sus desenlaces. La desigualdad no es el motor de la historia. Si así fuera, el mundo sería hoy un territorio libre de desigualdad, hambre y miseria, porque a cada momento que se observaran niños con hambre; el fantasma de la desigualdad operaría automáticamente y colocaría al sistema político en situación de calma o reposo, porque ella misma, haría los ajustes para recomponer al sistema. Puede haber mucha desigualdad y no hay lucha..
El economista criollo ve la situación que hoy ocurre en América latina muy sencilla. En Perú, Ecuador, Chile y Colombia hay una implosión social y Bolivia un golpe de Estado. Muy Sencillito y sin muchas cosas que explicar. El golpe de Estado en Bolivia es una expresión de una lucha. El golpe fue el recurso que usaron.
Marx por ejemplo, se empeñó para darnos una metodología y analizar sistema capitalista bajo un hilo conductor. Ahora mismo, en Venezuela hay hambre pareja, desigualdad pareja y al economista criollo le dio por borrarnos. No sé, cómo quedará en un gráfico construido con la aplicación del coeficiente Gini, la historia de mis hijos en comparación con las historias de los hijos de Maduro, Diosdado, Estela y los nietos de Lorenzo Mendoza. Me gustaría ver un histórico de un coeficiente de Gini con esos datos para ver (si fuera posible) ver su comportamiento. Apostaría lo que no tengo por ver cómo disminuye o aumenta la desigualdad con este universo.
En Chile, Ecuador y Colombia se da ahora la batalla (madre) de las desigualdades. "La gente (dice el economista criollo) cansada de vivir toda su vida para trabajar como esclavos y vivir mal ha implosionado". ¡Implosionó! Hasta el uso del término implosionó, omite los significados que tales situaciones pueden contener como referentes. Este implosionó es como un caparazón, que esconde otra cruda realidad. (Subrayado es mio)
No leí en el interesante artículo del economista criollo, la palabra consciencia, que el depósito donde se guarda el sentido y el significado (de clases) que puede tener en un momento determinado la desigualdad.
"Esto (continua el economista criollo) es algo muy peligroso, que pudiera propagarse a nivel mundial, tomando en cuenta que los niveles de desigualdad planetario están creciendo a un ritmo acelerado, es decir, cada día la mayoría de la gente nace y se levanta cada vez más pobres y pocos más ricos. Pareciera que ese fenómeno de la desigualdad, es decir, de vivir en una sociedad muy desigual es algo que la mayoría de la sociedad (promedio del 70%)" https://www.aporrea.org/ideologia/a284645.html
Yo me levanto cada día más pobre y otros poquitos, como en la Venezuela de ayer, se levantan más ricos. ¿Por qué en Chile, Ecuador y Colombia si y aquí no?
Dejo esta cita que coloco seguidamente, para que los lectores degusten el sancho con el cual terminó el economista criollo su artículo: "Lo que está ocurriendo en Suramérica es un dilema de vieja data en la teoría económica, que remite obligatoriamente de nuevo retomar las primeras investigaciones y críticas al sistema capitalista actual, entre ellos las plasmadas en El Capital de Carlos Marx, a teóricos clásicos del desarrollo y el crecimiento económico como Adams Smith, David Ricardo, Alfred Marshall, Josep Schumpeter, John Maynard Keynes algunos representantes del postkeynesianismo, de aportes de teóricos emergentes como los de Thomas Piketty y Muhammad Yunus, entre otros"
O sea, cualquiera de estos autores te explica el fenómeno de la desigualdad. Y te lo explican de verdad, porque el término es como inofensivo, buena gente y tímido. Adams Smith o un nuevo pensante a fin con la teoría de Adams Smith por ejemplo, te podrá decir, que la desigualdad es una necesidad que explica la perfección del sistema capitalista o es una no adaptación (Darwin) de un ser a la ecología del capitalismo, que fue concebida para los predestinado por Dios y los más fuertes.
La desigualdad es una realidad pero es un recurso. No olvidemos, que la economía y la sociología positivista y neopositivista, se esforzaron muy bien para implantar el término marginal. La marginalidad, como un proceso de excluirse del progreso, tapó políticamente un concepto más profundo. La Marginalidad servía para esconder o tapar el proceso de explotación, que es la madre de todas las desigualdades.