Camarada Luigino Bracci, acabo de leer tu último artículo que publicaron en Aporrea, y me pareció oportuno hacer algunas reflexiones, especialmente cuando te refieres a los porcentajes de culpabilidad sobre la última subida de los precios de los productos de la cesta básica por parte de los empresarios.
Luigino, creo es bueno aclarar a qué te refieres cuando hablas de culpabilidad, porque esto puede confundir un poco a quienes te leen en Aporrea y te siguen por las redes sociales, que son bastantes.
Lo primero es establecer una clara diferencia entre culpabilidad en sentido causal y culpabilidad en sentido moral.
Los empresarios son nuestros enemigos de clase y no tienen ninguna responsabilidad moral con nosotros. Ellos no buscan alcanzar los mismos objetivos que la clase trabajadora. De hecho, ellos agudizaron la lucha de clases cuando el Comandante Chávez asumió el poder.
El Comandante Chávez hizo varios intentos de trabajar con ellos, esperando que asumieran una responsabilidad social y fijaran una posición patriota antiimperialista, y finalmente se dio cuenta de que era imposible. Es por eso que en el Plan de la Patria que entregó al CNE cuando se postuló para las elecciones de 2012, dejó escrito el rumbo de la revolución cuando nos llama a impulsar una radical supresión de la lógica del capital. Nosotros votamos por ese Plan. Lamentablemente, este objetivo fue posteriormente borrado del Plan de la Patria por el equipo económico del Presidente Nicolás Maduro.
Ahora bien, Nicolás Maduro sí tiene una responsabilidad moral con nosotros porque nosotros elegimos a un obrero para que nos defendiera de nuestro enemigo de clase. En cambio, nosotros no elegimos a Lorenzo Mendoza ni a ningún burgués para que montaran una empresa y nos explotaran y robaran nuestro salario. De hecho, cuando nosotros nacimos ya la dictadura del capital gobernaba el mundo sin que nadie los haya elegido. Dominaron el mundo asesinando, reprimiendo, saqueando y explotando a los pueblos, y todavía lo siguen haciendo.
Por otro lado, la burguesía y el Estado burgués sí son los "causantes" de la subida de los precios. Es por eso que el comandante Chávez también dejó como objetivo en el Plan de la Patria, la pulverización del Estado burgués. Esto también fue borrado por el equipo económico del Presidente Nicolás Maduro.
Luigino, después de esta falsificación del legado del Comandante Chávez, anunciaron la creación de una nueva burguesía revolucionaria apalancada desde el Estado burgués, del mismo modo como se levantó la burguesía en la IV República. ¿Te acuerdas de los 12 apóstoles?
Y finalmente sucedió lo que temíamos, el gobierno nos aplicó un paquetazo neoliberal, que fue denunciado por el propio amigo de Nicolás, el Comandante guerrillero, economista y Constituyente Julio Escalona, quien en un artículo escribió: "La gente siente que el grupo neoliberal se compactó (…) Las políticas neoliberales están golpeando la vida cotidiana". Lamentablemente, Julio no tuvo el esperado apoyo dentro de la ANC, porque aparentemente a los demás constituyentes los han ido disciplinando uno a uno.
Además, no podemos olvidar que Nicolás reconoció que el incumplimiento de los precios acordados fue por falta de gobierno. Quiso decir con esto que su gobierno no cumplió el compromiso moral que tiene con nosotros. De tal manera que él sí está consciente que es el responsable moral frente a quienes lo eligieron, aunque la burguesía y el Estado burgués sean los causantes de la subida de los precios. Luego claudicó frente a la dolarización y llamó dogmáticos a quienes criticaban a Dolar Today, y en lugar de aplicar la ley antimonopolio, se entregó a la autorregulación del mercado, es decir, al libre mercado controlado por Lorenzo Mendoza y las trasnacionales. ¿Se rindió el Presidente?
Ahora estamos sufriendo las consecuencias de las groseras ambiciones de la vieja burguesía y la nueva burguesía. La primera alineada con los intereses del imperialismo yanqui, y la segunda alineada con los intereses del imperialismo ruso-chino, aunque muchas veces ambas burguesías locales establezcan alianzas para asfixiar a la clase trabajadora.
Todo lo anterior tiene su precedente en la destrucción de Pdvsa y la quiebra de las empresas del Estado que nos dejó Chávez. El presidente Nicolás Maduro tenía el compromiso moral frente a sus electores de defenderlas. ¿Y qué pasó? Bueno, eso es ya historia contemporánea.
Aunado a esto, después del asesinato del Comandante Chávez, el imperialismo yanqui arreció sus ataques contra el pueblo. ¿Y cómo respondió el gobierno? En lugar de profundizar la revolución con más democracia, hicieron todo lo contrario, respondieron con la creación de la ya mencionada burguesía que ellos llamaron revolucionaria para confundirnos.
De allí la pérdida del poder adquisitivo de la gran mayoría de la clase trabajadora. La vieja y la nueva burguesía nos robaron descaradamente, y no han parado. Desfalcaron al pueblo. El Estado burgués congeló los salarios en bolívares. La nueva burguesía y la vieja burguesía comercial importadora abrieron bodegones para una pequeña minoría de la población que tiene un poder adquisitivo dolarizado. Y quienes no tenemos salarios dolarizados, tenemos que esperar que el mercado "autorregule" el Artículo 91 de la Constitución, para poder algún día adquirir la canasta básica. Es decir, que ahora las leyes constitucionales no se aplican, sino que tenemos que esperar que el mercado las autorregule.
Camarada Luigino Bracci Roa, no hay nada que impida que un empresario suba los precios, si no hay un gobierno que lo sancione, y si además consiguen quien les compre. No podemos perder de vista que ellos son nuestros enemigos, y no tienen ninguna responsabilidad moral con nosotros. Nicolás tiene una responsabilidad moral con sus electores, y nosotros los revolucionarios somos responsables, desde la moral revolucionaria, de no estar lo suficientemente organizarnos para presionar a Nicolás y a su equipo económico neoliberal para que abandonen el paquete de ajuste neoliberal, que solo beneficia a la vieja y a la nueva burguesía, y descarga todo el desfalco de la nación sobre nuestros hombros. No sé si me explico. Saludos revolucionarios.