Porqué los directivos del BCV deben explicarles al país "el desastre" cambiario actual

SOBRE LAS MALAS DECISIONES EN MATERIA DE POLÍTICA MACROECONÓMICA

A nivel gerencial público o privado, en cada momento, se deben estar tomando decisiones. Sobre todo cuando las decisiones tienen consecuencias que afectan directamente a la población en general. Incluso, no tomar decisiones oportunas o hacerse el indiferente ante una situación irregular, pudiera traer como consecuencias afectaciones sociales irreversibles en el tiempo.

La calidad de las decisiones que tomen los directivos e instituciones del Estado afectan radicalmente a la salud, el bienestar económico, incluso, las relaciones interpersonales, entre otras. Una de esas consecuencias pudiera ser mandar a la pobreza a mucha gente forzados por las circunstancias de una mala decisión gubernamental o el fracaso de una política económica. Allí tiene mucho peso cuando se dice que "es más fácil mandar a la gente a la pobreza que sacarlas de allí".

Es por eso que los gerentes o directivos responsables de definir la política macroeconómica de Venezuela deben vivir preguntándose continuamente si la política aplicada es la adecuada, si está proporcionando la mayor suma de felicidad posible a la población (visión socialista), si la metodología aplicada es la mejor decisión.

LAS CONSECUENCIAS DE UNA MALA POLÍTICA CAMBIARIA

Esto lo sabe el pueblo chavista y la oposición, que el Artículo 319 (CRBV), establece que:

"El Banco Central de Venezuela se regirá por el principio de responsabilidad pública, a cuyo efecto rendirá cuenta de las actuaciones, metas y resultados de sus políticas ante la Asamblea Nacional, de acuerdo con la ley." (…) "El incumplimiento sin causa justificada del objetivo y de las metas, dará lugar a la remoción del directorio y a sanciones administrativas, de acuerdo con la ley."

También, los directivos del Banco Central de Venezuela, de los ministerios de Finanzas, del Proceso Social de Trabajo, incluso los sindicatos bolivarianos, saben que:

Al día de hoy, gracias a la política cambiaria aplicada por el BCV de devaluación continua y persecución del dólar paralelo, el salario mínimo referencial establecido el 15 de marzo de 2022, en Bs. 130,00 mensual (20 días laborales), ha perdido el 62% de su poder de compra con respecto al dólar oficial al día de hoy (06/12/2022).

De hecho, luego de 9 meses, el bolívar se ha devaluado en 160% con respecto al dólar, afectando también las finanzas públicas recaudadas y presupuestadas en bolívares en lo que va del año, sobre todo la partida para pagar Remuneraciones de los Asalariados del sector público, que son alrededor de 5.509.463 de empleados (de los cuales 4.441.258 son del sector militar). Como consecuencia, ahora el Gobierno solo tiene para pagarle a la nómina 7 días de trabajo con respecto a lo que pagaba hace 9 meses atrás (20 días hábiles). Ver Cuadro Nº 1.

Cabe destacar, que el Petro (la Criptomoneda oficial) ha aumentado su valor en tan solo 101,73%, es decir, a un ritmo menor que el dólar (160%) en esos 9 meses.

LA POLÍTICA CAMBIARIA QUE FRACASÓ

Ese es el costo de aplicar una política de dolarización "chucuta" de la economía. DONDE SE DOLARIZÓ TODO MENOS EL SALARIO DE LOS TRABAJADORES, PENSIONADOS NI DE LOS JUBILADOS. Donde las variaciones de la Tasa Informativa del Sistema Bancario (Bs/USD) vigente lo determinan la banca privada (no necesariamente revolucionaria). Es decir, los bancos Banesco, Bancamiga, Banco Exterior, BBVA Provincial, Banco Mercantil, entre otras Instituciones bancarias privadas, son las que determinan el precio de venta del dólar a diario.

La historia económica contemporánea nos ha demostrado que siempre han existido los banqueros que reciben las divisas del Estado, se los dan a sus empresarios aliados y familiares, para que especulen y ganen dinero. De igual forma, con la aparición del dólar paralelo, el mejor negocio es recibirlos del BCV a un valor menor (por ejemplo, a bs. 10,00) y ellos liquidarlo (spread cambiario) al precio del dólar paralelo (por ejemplo, a bs. 12). Insisto, de esa manera los banqueros y sus amigos, entre otros, fueron beneficiados de la renta petrolera en el pasado y lo siguen haciendo en el presente económico venezolano.

Eso no lo estoy inventando yo. Eso no lo puedo callar, porque soy investigador económico de profesión, que busca que las cosas se hagan bien en el país, que las decisiones sean las mejores para el beneficio del proceso revolucionario iniciado por Hugo Chávez Frías en 1999. Porque realmente, la sociedad venezolana sabe que desde inicios del 2018, se autorizó dolarizar todos los precios de la economía menos las del costo salarial, beneficios y otras bonificaciones laborales.

Porque nadie puede ocultar, que ya se han dolarizado:

  1. Los precios de los bienes de consumo intermedio y finales.

  2. El excedente neto de explotación, que es la remuneración del capital invertido (ganancia del empresario).

  3. El capital fijo utilizado en el proceso productivo (mayormente importado).

  4. El comercio al mayor y al detal de los bienes importados.

  5. Los servicios profesionales privados.

  6. La variación de las existencias (los inventarios) son calculados en dólares.

  7. El comercio exterior venezolano se hace mayormente en dólares y no en las divisas de nuestros socios comerciales (yuanes, euros, rublos, lira turca, rial iraní o pesos colombianos, entre otros).

  8. Las unidades tributarias, cobro de impuestos municipales y trámites en registros y notarías están ancladas al Petro, que todo el mundo sabe que también está anclado a las variaciones del dólar.

  9. Entre otros precios de la economía.

Por lógica matemática, física, económica, social y psicológica, y cualquier otra lógica, si todo está dolarizado menos el salario y las subvenciones laborales, entonces el menos beneficiado de la política cambiaria, o el gran perdedor de la inestabilidad cambiaria, son los trabajadores, militares, pensionados y jubilados, y eso nadie lo puede negar.

¿PERO PORQUÉ EL ECONOMISTA CRIOLO DICE ESO TAN FUERTE, QUE SUENA CONTRARREVOLUCIONARIO O CONTRA EL BCV?

En primer lugar, porque se dejó circular el dólar de una manera libre y sin control, más allá de la propia dinámica que determinan los banqueros privados del país. O sea, que es la dinámica del libre mercado la que impone el valor del dólar diario, siendo los grandes banqueros país los que informan sobre el comportamiento de ese mercado. Preguntamos con mucho respeto a los banqueros honestos del país: ¿Zamuro cuidando carne?

En segundo lugar, porque los especuladores de oficio, que son todos aquellos que reciben los dólares de la mano de los banqueros, los que mantienen dólares ahorrados y algunos que reciben altas sumas de bolívares como pagos de la Administración Pública (contratistas y proveedores), realmente, son los que usan el dólar paralelo (arma de guerra creada contra la revolución) como herramienta para fijar costos de producción y precios finales, así como mecanismo de resguardo de su capital.

Ellos han venido determinando el rumbo del tipo de cambio oficial como medio directo para ganar dinero (multiplicar el capital en dólares), algunos sin mucho esfuerzo y otros por temor a la pérdida de valor de su dinero.

Como vemos, el dólar lo buscan por donde sea, y los banqueros, por medio del sistema de usureros - especuladores de oficio, justifican la devaluación bajo el supuesto negado que le están fijando (estimando) el precio diario a un bien escaso.

Es así como la política cambiaria del BCV, de estímulo a la demanda del dólar (moneda oficial de la economía que nos agrede, nos mantiene bloqueados y con 733 medidas coercitivas unilaterales), con una oferta reducida debido a la misma agresión imperial (baja exportaciones petroleras y no petroleras), ha conllevado a una insatisfacción de la sociedad hambrienta de dólares. Y ese es el motivo que está generando la inestabilidad cambiara, alterando los precios y la retomando el sendero de la hiperinflación en Venezuela.

En tercer lugar, porque esa política cambiaria lo que ha traído es una desgracia terrible para todos los trabajadores, militares, pensionados y jubilados del país, dado que es una política económica totalmente desarticulada con la política social de defensa de sus intereses del Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social de Trabajo y la política de seguridad social del gobierno revolucionario. Donde el poder adquisitivo de las remuneraciones y subvenciones de la fuerza laboral disminuyen mientras que los excedentes de explotación (ganancias de los empresarios) aumentan al ritmo que lo impone la política de devaluación aupada por el BCV.

En ese sentido, puede concluirse, que el principio que rige la política cambiaria definida por el BCV es sencilla de comprender: que sea el dólar paralelo el que determine la estabilidad cambiaria.

¡INSISTO, NO A LA DOLARIZACIÓN! SI A UN SISTEMA CAMBIARIO COMPLEMENTARIO Y A LA INDEXACIÓN SALARIAL!

Luego de 7 años insistiendo en lo mismo, en primer lugar, creemos que ya es necesario indexar el salario al ritmo que lo determine las variaciones del tipo de cambio (devaluación), a menos que se decida revertir toda esa política de dolarización de la economía (escenario negado).

En segundo lugar, es necesario ir alejando a la sociedad venezolana cada vez más de la demanda del dólar para realizar el comercio exterior, aplicando un sistema cambiario más complementario. Porque la realidad es que nuestro país mantiene relaciones comerciales con países distintos a Estados Unidos, como Rusia, China, Turquía, Colombia, Irán México, Brasil e India, entre otros. Por tanto, no sólo se requiere dólares para el comercio exterior, sino que también requerimos otros tipos de divisas de origen de esos países con que mantenemos grandes relaciones comerciales.

Por lo tanto, no tiene sentido primero demandar dólares en nuestro país para ir a otros a importar materias primas, tecnologías y bienes de consumo final donde no usan dólares, sino sus monedas locales. Es por ello que sería más inteligente, poner a circular en nuestra economía las monedas locales oficiales de los socios comerciales para pagar nuestras compras a ellos de manera directa, sin la intermediación del dólar especulativo, causante de la hiperinflación inducida que nos perturba.

En ese sentido, no tiene lógica mantener como moneda dominante y mucho menos sin control, al arma infalible del enemigo que nos agrede.



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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