Había postergado por mucho tiempo, escribir una nota sobre el libro de Henry A. Giroux con el título de la Universidad Secuestrada. Siempre aparecía un tema al cual le asignaba mayor vigencia y la nota sobre esta importante obra quedaba pendiente para otro momento. Henry A. Giroux es un intelectual norteamericano, cuyo desarrollo ha estado muy ligado al análisis del tema educativo. Giroux es mi opinión, uno de los más destacados teóricos de la situación educativa norteamericana y es también una de los propulsores de una teoría alternativa-crítica que se propuso superar el esquema de la denominada teoría reproduccioncita, que alcanzó notoriedad en América latina por la década de los setentas y ochenta del siglo XX. La hipótesis de trabajo y reflexión de esta teoría[i] sostenía que la escuela era un aparto reproductor del orden social y económico capitalista. En el caso muy particular de Venezuela, el CENDES a través de las investigaciones del Profesor Casanova y Gabriela Bronfenmajer publicaron artículos y el libro la Diferencia Escolar en los cuales las referencia empíricas reforzaban este enfoque[ii].
El debate sobre la Ley de Educación Universitaria, me ha obligado a preparar un comentario sobre este documento que fue publicado por Centro Internacional Miranda (CIM) y es fácil de encontrar, tanto en la versión física (copia) como en la versión digital. Debe ser (si ya no lo ha sido) una lectura necesaria para los jóvenes que cursan estudios en las universidades públicas venezolanas y obligada para los jóvenes que apoyan el proceso bolivariano. En pocas y muy resumidas palabras, esta obra precisa con detalle todo el cerco e invasión que concretó el aparato industrial-militar de los Estados Unidos a las universidades. El cerco e invasión cubre el área de la docencia y de la investigación. Todas estas dos funciones básicas de la universidad están al servicio del proyecto de la violencia encarnado por ese complejo industrial-militar y a partir de esta invasión o penetración, muchas de las autoridades de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos están siendo conducidas por “académicos” que son o han sido funcionarios de primera línea del Pentágono y la CIA.
Aunque la obra, tal y como se recoge en el prologo[iii] de la versión digital, es juicio contundente y “demoledor a un concepto de universidad que dista de la academia librepensadora para convertirla en nueva pata de la mesa militar e industrial imperial”; la obra desarrolla paralelamente otra obra que es también un juicio contundente contra la sociedad norteamericana. Los datos, referencias y anécdotas que utiliza para poner en evidencia un modelo universidad ideado para sostener el sistema de violencia que ha impuesto los Estados Unidos; la obra desnuda totalmente el sentido y la razón de ser de una sociedad y sus dirigentes que dicen vivir preocupados y angustiado por las democracias y la paz de los pueblos, pero se sostienen sobre un esquema de violencia que fomentan por diferentes medios e instituciones. La universidad que teóricamente ha sido pensada e ideada como un campo para el desarrollo del pensamiento y el conocimiento se ha convertido, a partir de los sucesos del once de septiembre 11/9 en un elemento propio o anexo del complejo industrial-militar para sostener este intenso proceso de intervención y fortalecimiento de la industria de la guerra y destrucción.
Desearía ir colocando referencia para ver el desarrollo paralelo de dos obras escritas en una, pero ocuparía un espacio que no ayudaría en nada a lo que tengo como objetivo de esta nota: Promover la lectura de esta obra. No hay especio de la obra en la cual no se ofrezca una advertencia sobre las condiciones y características de ese modelo de sociedad. Se puede abrir digitalmente el libro y “meterse” en cualquiera página y seguro, que el texto marcara la condición de ese modelo de sociedad y las consecuencias que generan en el mundo. Si se interesan por su lectura deténganse (por ejemplo) en la situación desarrollada en las páginas: 56, 57, 58 y 59. Se entenderá claramente como la militarización cubre todo el sentido de esa sociedad. Se apuesta hoy en ese contexto por la sustitución de un supuesto y dudoso Estado de bienestar por un la instalación de Estado de guerra. El elemento que le ofrece identidad a ese modelo de sociedad es la industria militar y de destrucción. “Un país obsesionado por la guerra”
Si tiene dudas sobre esta obsesión por la guerra, continúe la lectura y precise algo que ya conocemos, pero que dicho por este intelectual cobra significado y ponen evidencia el cambio a un “Estado de guerra”. El presupuesto para sostener ese modelo de sociedad militariza es casi infinito y se complementa con “737 base militares ubicadas en 130 países y 6.000 instaladas en su territorio. El juego que ha sido o fue una forma de socialización y de humanizar al futuro hombre, es un elemento para desarrollar esa cultura de la violencia. Desde ahí y con juegos para niños comienza ese trabajo de fomentar una sociedad militarizada y pensada sobre la necesidad de vivir de la guerra.
¿Cómo se desenvuelve o participa las universidades en este proceso de militarización y de generación de una cultura de la muerte y destrucción?
Hay en todo el desarrollo del libro un océano de datos y referencias sobre financiamiento a las universidades por parte del pentágono y las empresas responsables de corresponder con ese modelo de sociedad fundamentado en la industria de la guerra y la muerte. Abundan las referencias sobre esta conexión entre ese modelo de sociedad obsesionada por la guerra y la universidad. Una referencia de las tantas que pueden colocarse, nos permite conocer que para el 2002, un total de 350 universidades desarrollaban investigaciones financiadas por el pentágono. Esta no es la mejor referencia que puedo ofrecerle.
Si no ha leído esta obra, tómese un tiempo y verá el modelo de sociedad y de universidad que nos proponen los opositores.
[i] Hay dos obras clásicas sobre las cuales se desarrollo esta teoría. Una fue la obra con el titulo de la Reproducción y sus autores fueron Bourdieu y Passeron. La otra referencia clásica fue la obra con el título de la Escuela Capitalista y los autores fueron Ch. Baudelot y R. Estable
[ii] Hay toda una amplia literatura donde se recogen este debate entre el enfoque que se denomino reproduccioncita y la alternativa denominada teoría crítica. Este debate fundamentalmente fue entre intelectuales con una visón marxista
[iii] El prologo de esta obra fue escrito por Luis Bonilla Molina en su condición de Presidente del Centro Internacional Miranda