Con el cese de la huelga de hambre que mantuvieron 83 estudiantes, en ocho estados del país “triunfó la democracia”, luego que anunciaran el fin de la protesta para entablar el diálogo con el Gobierno Nacional y así poder analizar la situación de algunos presos. Así lo dio a conocer, el Ministro de Interior y Justicia, Tareck El Aissami.
El titular, reiteró que la “victoria es de las instituciones” y se dio una demostración de “que el Gobierno atiende y escucha al pueblo. El triunfo es de las instituciones y de respeto a la Constitución y de reconocimiento al Ejecutivo, esa es la lección que deja este evento”.
Además destacó el buen ánimo de las conversaciones. “El diálogo que hubo con el sector estudiantil fue de mucho respeto, desde el primer momento cuando asistí a la OEA, hubo una conversación franca, directa, de mucho respeto, que permitió avanzar en las demandas que hacían”.
Luego de 23 días de huelga de hambre, algunos estudiantes estuvieron apostados en la sede de la Organización de Estados Americanos, ubicado en Caracas, realizando señalamientos al Ejecutivo Nacional de manipular la justicia venezolana, de violar los derechos humanos y de irrespetar la Carta Magna por sentenciar a antiguos funcionarios policiales por delitos como extorsión, tortura, homicidios, robos, terrorismo y demás crímenes contra los derechos humanos.
Entre los llamados “presos políticos” que defienden los jóvenes se encuentran: Henry Vivas, Iván Simonovis y Lázaro Forero, responsables de los crímenes y los actos represivos que efectuó la Policía Metropolitana durante el golpe de Estado del 2002; Otoniel Guevara, Rolando Guevara y Juan Guevara, responsables del atentado terrorista contra el Fiscal Danilo Anderson, policías de la antigua Disip y condenados por extorsión, secuestro y por elaborar artefactos explosivos.
Asimismo, insisten en defender a José Sánchez “Mazuco”, quien tiene una sentencia de 19 años de prisión por la comisión de los delitos de homicidio intencional calificado con alevosía y privación ilegítima de libertad y a Biaggio Pilieri, a quien el Tribunal Supremo de Justicia le sigue un proceso por la malversación de un millón de bolívares fuertes mientras estuvo al frente de la Alcaldía de Bruzual, estado Yaracuy, durante el período 2000-2004.
Cabe destacar, que en el marco de la protesta Estados Unidos instó a “Venezuela a consentir una visita de la OEA como una manera de promover el diálogo y el entendimiento”, situación que originó que el Ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, expresara que el pronunciamiento de Washington fue una "injerencia”. Denunció que estaban intentando montar un escenario ficticio de lo que sucedía en el país, e hizo un llamado a la reflexión. Además dejó claro que el rechazo intervencionista de EEUU es un asunto de Venezuela (...). “Nosotros tenemos nuestros mecanismos propios de una democracia para procesar este y otro asunto que tenga que ser procesado”.
Por su parte, el Partido Comunista, catalogó la huelga como una “táctica política” de la derecha para desestabilizar al Gobierno de Hugo Chávez. Ya la derecha intentó este expediente en el pasado, alentando la huelga de hambre que terminó con la existencia del productor agropecuario Franklin Brito. “En el caso de Brito, el Gobierno demostró que hizo todo lo posible para salvar su vida”, aseveró el portavoz Abreu Nieves que “la oposición tiene una tribuna donde exponer sus ideas, pero al no tener razón histórica lo que hacen es recibir derrotas en la Asamblea Nacional, entonces, intentan otras formas de lucha para buscar la desestabilización', opinó el dirigente izquierdista.
La visión de los expertos
De acuerdo a los analistas la huelga de hambre realizada por un grupo de jóvenes estudiantes universitarios de la derecha venezolanos, hizo que durante casi un mes se ausentaron de sus aulas para manifestar contra el Gobierno por razones políticas. En Venezuela quedaron atrás los días cuando los jóvenes protagonizaban encarnadas y arduas críticas por reivindicaciones estudiantiles, por el derecho a la educación, por el pasaje estudiantil, por el transporte, por el servicio de comedor en los recintos universitarios y otros aspectos relacionados con la vida universitaria, ahora la moda parece dirigirse a utilizar a los escolares para protestar y ejercer presión, los estudiantes de derecha se han convertido en verdaderos grupos de presión, manipulados y dirigidos por grupos políticos para el logro de ciertos objetivos.
Los jóvenes emprendieron la medida fundamentalmente para solicitar la liberación de unos “presos políticos”. Contradictoriamente a lo que en reiteradas oportunidades se dice del Gobierno, tildándolo siempre de ser autoritario, éste asumió el diálogo y el compromiso con los estudiantes con el fin de resguardar sus vidas.
Ciertamente las medidas extremas realizadas por los huelguistas han logrado algunos de los objetivos trazados; sin embargo, el Estado venezolano no ha aceptado ni aceptará revisar casos u otorgar beneficios a quienes están involucrados en violaciones de derechos humanos. Si, el Estado les está resguardando la vida a esos jóvenes, cuestión que no hicieron sus padres, pero tampoco puede trasgredir los derechos de otras personas.
Ante el panorama del supuesto negado que la Nación acepte tramitar un beneficio al Diputado José Sánchez, sentenciado por haber asesinado a un ser humano. Y la familia que le sobrevive al fallecido, qué pasa con ellos si decide protestar asumiendo una huelga de hambre por el beneficio otorgado al asesino de su ser querido.
Finalmente, cabría preguntarse por qué las familias de los presos políticos, sus hijos, sus esposas, madres, etc., no asumen la protesta y emprenden una huelga de hambre. Definitivamente no tendrían el impacto deseado, la contundencia que es lo que necesitan. En ese caso es mejor exponer a los más jóvenes de la Patria para que arriesguen sus vidas por otros. Ahora que todo terminó, por ahora, se espera que retornen a sus clases, y así puedan seguir sus luchas como estudiantes de derecha y no se queden como el Diputado suplente Bachiller, Ricardo Sánchez, quien a pesar de su edad no ha podido coronar con laureles de gloria su carrera universitaria.
* La autora es licenciada en comunicación social, analista político en Venezuela y colaboradora para este medio de comunicación.-
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