¿Tú conoces de perseguir un sueño en tiempos de adolescencia?…
¿Recuerdas aún hoy, aquel muchachito de no más de 12 años que un día personifico al niño Simón frente a ti?
¿Recuerdas como sus lagrimas recorrían su rostro, mientras intentaba repetir en el tiempo, las mismas palabras que en un pasado glorioso, brotaban de los labios del libertador más grande que pario la Pacha Mama?
¡Imposible que algún día lo olvides, en toda tu existencia!
Esas lágrimas eran de orgullo y patriotismo, conjugadas por la emoción de poder personificar a alguien tan gigantesco en nuestra historia, como lo fue aquel que se atrevió a jurar por su patria en Monte Sacro…
¿Porque recuerdo aquel memorable momento?
Porque los sueños de cualquier niño o adolecente, cargan las mismas nostalgias, estén donde estén…
Y porque un adolecente de apenas 16 años que soñaba entrar a la Universidad Simón Bolívar, me lo hacia saber en cada instante…
Por la magia que endulzaba su boca cuando me hablaba de las maravillas de “La Simón”…
Logrando este indio viejo confundiera los hechos por culpa de su corazón, que cuando me contaba de la casa de estudio, la fantasía me hacia creer que me hablaba del Libertador, cada vez que lo hacia…
Fui testigo de cómo sus ojos se agrandaban y su corazón se ensanchaba, cuando observó con su mente adolecente inundada de sueños, todo el espectáculo que nos ofrece la entrada y los espacios de la universidad, cuando lo lleve a dar su examen de admisión…
Y en eso de perseguir sueños…
Los pobres somos expertos…
Porque solo nos dejan hacer eso…
¡¡Perseguirlos!!
Porque para desgracia de los “miserables” existen muros infranqueables entre el trecho de perseguirlos y alcanzarlos…
Y a pesar de que su padre se rompió el lomo para pagar un propedéutico con un profesor que lo ayudo…
¡El muchacho no lo logro!...
Y cabizbajo sin confesar lo que sentía por dentro…
¡Lo intento nuevamente en la Universidad Central!
Y la cachetada injusta que le dieron en la mejilla derecha en la Simón…
Se la repitieron en la izquierda en la UCV…
Con los benditos exámenes excluyentes de admisión de nuestras universidades (la Simón y la UCV)…
¿Te cuento el final de esta tristeza?
Por mas que intentó apretar los dientes…
¡Esta vez no lo logro!...
Las lágrimas corrieron como un caudal por sus mejillas…
Por la desazón, por sueños truncados…
Que los viejos, tanto conocemos de todo eso…
Solo me quedo decirle en medio de un abrazo…
Tranquilo muchacho…
Que los tiempos de exclusiones, ¡algún día se acabarán!…
Verdad que lo recuerdas comandante…
Como él recuerda todavía, su sueño de traspasar la entrada de su “Simón” a sus 16 años, intentando llegar a ser un Ingeniero de la patria de Bolívar…
¿En donde quedo aquello de prohibir los exámenes de admisión?
“Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad, y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas” Anónimo
NECESARIO ES VENCER
josevarela753@hotmail.com