Las Escuelas Bolivarianas se crearon en el año 1.999 como una de las primeras propuestas educativas de la Revolución Bolivariana destinadas a revertir las nefastas políticas educativas que desde los años 80 y 90 habían llevado a la educación pública a uno de sus peores momentos de la historia venezolana.
El sistema de educación pública venezolana se encontraba casi totalmente desmantelado a finales de los años 90 y las políticas neoliberales que reinaron en estos tiempos dejaron como saldo: escuelas altamente deterioradas y desprovistas de las condiciones mínimas para su funcionamiento, deplorables condiciones laborales de docentes y personal del Ministerio de Educación, altos niveles de exclusión escolar (recordemos el eufemismo de “desersión escolar” que nos acuñaron), escasa inversión presupuestaria en proyectos y programas gubernamentales, etc., etc.
Después de 13 años de existencia de las Escuelas Bolivarianas habría que honrarlas evaluándolas. No para decir que son la perfección y que no presentan fallas y que no hace falta corregir muchos entuertos que aún persisten en muchas de ellas. Pero sí para decir que superan ampliamente el antiguo modelo de educación pública básica que heredamos de los años 90.
Sí, hay que decir, el Proyecto de Canaima no es perfecto, ni mucho menos. Pero el Gobierno Bolivariano ha entregado 1.500.000 computadoras a nuestros niños y niñas, la mayoría de ellos y ellas de las Escuelas Bolivarianas, aunque hasta a estudiantes de colegios regentados por la AVEC (en manos de la Iglesia Católica) han sido beneficiados con este proyecto educativo.
Tampoco es perfecto el Programa Alimentario Escolar (PAE), tiene deficiencias y especialmente debe corregir la situación de las madres procesadoras. Pero gracias a este programa los niños y niñas de escuelas y Liceos Bolivarianos reciben desayuno, almuerzo y merienda cada jornada escolar. Sin duda que si se contrastaran los parámetros nutricionales de los escolares de los 80 y los 90 con los de niños y niñas de escuelas bolivarianas de hoy el abismo sería grande.
La Colección Bicentenaria constituida por 4 libros de texto, que totalizaron 12.000.000 entregados a nuestros niños y niñas de nuestras escuelas (Bolivarianas y convencionales) a comienzos de este año escolar que estamos terminando. Libros diseñados y producidos totalmente en nuestro país. Sí, seguro que también tendrá detalles, quien se atreverá a dudarlo, entre ellos las entregas tardías. Pero si lo comparamos con los libros y o materiales didácticos entregados en las escuelas en los 80 y 90 o incluso antes, la verdad es que ésta ha sido una de las iniciativas de mayor impacto.
Que en las Escuelas de estos tiempos (Bolivarianas y convencionales) hay directivos, docentes y personal que no se desempeña cabalmente, que existe burocracia y burocratismo que retarda la solución de problemas, que el mismo Ministerio de Educación sigue siendo un elefante blanco donde hay clientelismo, burocracia, incompetencia, etc., etc., pero de que se está rescatando la educación primaria pública venezolana es un hecho que está demostrado con realidades y no con meras promesas y ofertas engañosas.
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