¡Ay, Alma Mater!
La derecha vocifera apoyar la universidad. Desde la educación colonial hasta la bolivariana, la historia la desmiente. La exclusión, el racismo, los cierres, las clausuras, los despojos, la selección, los allanamientos militares, el enclaustramiento, la persecución profesoral, los asesinatos estudiantiles, las desapariciones, el permanente cerco policial (pregunten a Ledezma) y la asfixia presupuestaria, signan esa historia. La hipocresía hoy y la sangre ayer han sido su tinta.
Honrar honra
De 1975 a 1998 gobernaron Venezuela los presidentes Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera, Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez (II), Octavio Lepage, Ramón J. Velásquez y Rafael Caldera (II). En ese casi cuarto de siglo, todos se negaron a pagar a trabajadores y profesores universitarios los intereses sobre sus prestaciones. Se llegó a aceptar que era una “deuda impagable”. Vino Hugo Chávez e hizo posible lo imposible. Así honra a la universidad venezolana la Revolución Bolivariana.
Chávez y el jardín
La sesión inaugural de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 se realizó en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela. Meses después, en su Paraninfo, sería recibido el presidente constitucional, Hugo Chávez Frías. Allí dijo: “vengo a entregar, no vengo a quitar”. Cierto, en ese acto le devolvió a la Casa que vence la sombra su Jardín Botánico, arrebatado militarmente por el zarpazo puntofijista. Después, por ese paraíso ucevista, caminamos con el joven comandante.
Historia de la U
Betancourt allanó la universidad. Leoni, con el profesor Alberto Lovera, inició las desapariciones. Caldera le arrebató la Zona Rental, el Jardín Botánico y la cerró militarmente. El gobierno de Pérez asesinó a Jorge Rodríguez, padre, nuestro Delegado ante el Consejo Universitario de la UCV. Herrera y Lusinchi sellaron con sangre el medio pasaje estudiantil. Hugo Chávez honró la deuda que aquellos dejaron, le devolvió su Jardín Botánico y Zona Rental y elevó la matrícula de 600 mil a dos millones y medio de estudiantes. Si saben otra historia, cuéntenla.
Guarimba en “U”
Desde la Generación del 28 hasta la de los 90, las protestas estudiantiles se dirigieron a los gobiernos, autoridades universitarias o embajadas imperiales. A partir de los llamados “Manitos Blancas” o “Bebés de Granier”, sus víctimas son los ciudadanos. Trancan autopistas, cierran avenidas, bloquean urbanizaciones. ¿La razón?: no lideran ni convocan a nadie y con cuatro gatos, ausencia represiva y alcahuetería mediática muestran músculos que no tienen de un movimiento que no son.