Discúlpeme camarada Patricio Silva, difiero totalmente de Ud., en relación a la crítica severísima que hace a lo que declararon los ministros de educación universitaria (antigua superior) y básica (actual inferior) en relación a los avances y alcances educativos de nuestro país en tiempos de revolución (http://www.aporrea.org/actualidad/a170436.html)
Le aclaro, por adelantado, que este escrito corre exclusivamente por mi cuenta y que al igual que Ud. he sentido, unas veces más que otras, la decepción de sentirme obligado a la defensa de la educación bolivariana (la del 1999 para acá), teniendo tan pírricos logros en estos 14 años. Sin embargo no crea, camarada, nuestra educación es verdad que aún no es atiimperialista, como quisiéramos los bolivarianos de corazón, sino más bien hasta tradicional y puntofijista, como Ud. acertadamente la califica, pero no debemos echar al cesto de la basura lo que en materia educativa éste gobierno ha logrado.
Creo que el punto de partida debe ser ubicar históricamente la educación que tenemos, recuerde que la llame bolivariana, en el contexto y compararla con la que teníamos en plena cuarta república. Pero especialmente comparar la educación pública de nuestros días, con lo que teníamos en los años 80 y 90 y le aseguro que Ud., al igual que la mayoría, reconocerá que efectivamente es mejor y especialmente se plantea un modelo mucho más incluyente. Recuerde que Venezuela cuenta con la matrícula de educación universitaria que apenas la supera Cuba, en nuestro continente, creo que la quinta en el mundo, pero este apenas es un dato, claro que para muchos pasa desapercibido, pero créame, desearía como Ud. que esta educación estuviese más ideologizada y que procurara formar más a los republicanos que necesita nuestro país y el continente, pero créame hermano que se haya logrado incluir al gentío que se incluyó, en poco tiempo, no debemos menospreciarlo, menos los que creemos en que otra vía distinta al capitalismo es posible, para nosotros y para el mundo.
Posiblemente el ministro y la ministra, cometieron el error de intentar redondear la cuestión y simplificaron los logros educativos, reduciéndolos a mejoramiento de planta física (educación básica) y explosión matricular (educación universitaria) y no contextualizaron la educación que tenemos en comparación a la que teníamos, antes de Chávez, no contextualizaron ni compararon lo que era la educación pública antes y lo que es ésta misma educación ahora.
Créame Patricio, esto no es lo que se ha hecho siempre. No amigo, antes y especialmente a finales de la cuarta república la educación pública estaba a un paso de ser privatizada y la educación, que ahora llamamos universitaria, pero que sigue siendo la superior, estaba elitizada y apenas accedían a ellas unos pocos privilegiados que automáticamente asumían, sin mayores procesos de ideologización que su tarea como profesionales era reproducir el modelo capitalista de vida que imperaba en el país y en el mundo.
Menos mal que los ministros no se pusieron a decirle a los vecinos de la CELAC, que nos visitaban, que nuestra educación era socialista y antiimperialista, ni antiburguesa, porque créame que hoy Aporrea abría amanecido llena de críticas severas a éstas autoridades, acusándolos de mentirosos y engañadores de oficio, pero volvamos a la comparación de la educación que tenemos con la que heredamos de la cuarta república.
Es cierto que el sistema está fragmentado, no le quito la razón en ello, sin embargo no crea Ud. que cambiar la realidad educativa de un país se puede lograr con simplemente decretarlo de un día para otro. Fíjese que la discusión curricular de básica tiene cinco años paralizada, recuerde que el Comandante Chávez designó Ministro de Educación a su propio hermano, con la tarea de entrompar la reforma curricular y el camarada Adán, y todos lo que aspirábamos que esto se materializara, incluido el propio Chávez, salimos con las tablas en la cabeza.
Posiblemente fue después de ese fracaso que el propio Comandante, por supuesto con la asesoría de especialistas, pero especialmente con esa intuición revolucionaria que siempre le acompaño, que impulsó primero, el proyecto de dotación de computadoras a niños y niñas de básica, Canaima, y ya vamos por la entrega de computadoras a los liceos y después, la elaboración y distribución de textos gratuitos para los estudiantes (colección Bicentenaria). Dos experiencias y logros en los que la Ministra Hansson ha tenido un papel estelar, aunque muchos no lo valoremos. Nada de esto se hizo siempre en la educación pública camarada Patricio y créame que si algo ha faltado en estas dos experiencias es que los beneficiarios de ellas y especialmente la sociedad toda, valore los alcances que estas experiencias tienen y el impacto que podrían llegar a tener en la educación que nuestros niños y jóvenes de nuestros días reciben. Recuerde que no ha sido sólo dotar de p.c y de libros a los niños, éstos recursos se han elaborado y diseñado promoviendo una propuesta de formación que difiere en mucho de la que teníamos en la cuarta.
Amigo Patricio, la gratuidad del sistema educativo de nuestro días es algo que nadie debería poner en duda, especialmente, y perdóneme que insista tanto, si Ud. compara lo que teníamos en la educación pública del pasado. No hay lugar de comparación hermano. A veces, hasta hemos caído en el exceso de que papa Estado debe resolverlo todo y los recursos, que siempre son finitos, no cubren las necesidades, que siempre son infinitas.
Que debería existir un solo sistema educativo de calidad y preparar a todos nuestros niños y jóvenes para la vida, para el buen vivir, para el socialismo, claro que coincido plenamente con Ud. en ello, como seguro que también los ministros coinciden, la vaina es como lograr esto en poco tiempo en un país que tiene una larga historia de capitalismo, donde los antecedentes del socialismo se remontan quizás a la América precolombina.
En lo que nuevamente difiero de Ud. es el criterio que entiendo asume para valorar la educación de los colegios privados por encima de la educación pública, sea el viejo concepto de calidad sin fijarse que allí prevalece la educación burguesa que cuestionamos. Una educación impregnada de valores asociados al individualismo, al egoísmo, al mercantilismo y en fin al tanto tienes tanto vales que el capitalismo ha patentado en su larga existencia.
Mire amigo Patricio, le voy a dar dos ejemplos de que el sistema de educación privado de antes y de ahora, no se corresponden con las necesidades y las realidades de nuestras grandes mayorías, por muy eficiente y por mucha calidad que aparenten tener.
El primero, que otros antes han citado ya, el caso de los gerentes de PDVSA, los meritócratas que siendo los mejores en el ramo (petróleo) y teniendo altos niveles técnicos de capacitación, internacionalmente reconocido, pero que en el paro petrolero fueron derrotados por un pueblo que puso a andar a PDVSA. Bolívar dijo la frase profética el talento sin probidad es un azote.
El segundo ejemplo, Hugo Chávez, su Comandante y el mío, estudió y se formó en la educación pública (imagínese Ud., en la cuarta, ni siquiera tuvo canaimas, ni libros, ni casi nada, sino deseos supremos de salir adelante), fíjese Ud. que el Comandante derrotó no solo a los políticos tradicionales sino a lo más granado de la burguesía, a quienes los burgueses apelaron con la confianza de que por su capacitación y por lo que habían invertido en ellos, derrotarían a ese afrodescendiente que por sus orígenes humildes imposible que los superara. Vea los resultados y quien resultó mejor parado siempre.
Bueno, camarada Patricio, esperando no haber herido su sensibilidad, créame que me falta tiempo y deseos de dedicarme a seguir comunicando porque la educación pública que tenemos aunque aún por mejorar todavía, tiene importantes avances y logros que mostrar, resultados que no de debemos echar al pote de la basura, como sin dudas lo hacen quienes adversan la Revolución Bolivariana que nos legara el Comandante.
Esta réplica, va por cuenta mía, le recuerdo.
Carlos Luna.
P.D: fíjese que no tuve ni chance de mencionar que programas como el P.A.E, con todas y sus deficiencias, se enmarcan en un mejoramiento de las condiciones de vida de nuestras grandes mayorías, recuerde que la FAO hace poco lo reconoció también.