¨En la época moderna el término humanismo en lugar de referirse a la formación del hombre de la ¨élite¨, a los caudillos y los sabios, tiene un sentido democrático. Alcanza al hombre común y corriente y por ello se puede hablar de un ¨humanismo democrático¨ que tiende a poner los bienes de la cultura al servicio de la totalidad.
Pero ese ideal no puede llevarse a la práctica sino mediante una política democrática, en un estado democrático, con una economía regida por normas que la pongan al servicio de los intereses colectivos.
Para hacer popular la cultura se precisa un sistema popular de gobierno y un sistema económico donde los grandes intereses no ahoguen la libertad del hombre, consumiéndolo en la miseria y en la inseguridad. Donde los elementos de la técnica estén organizados para servir a los intereses del hombre común y corriente, que así podría disfrutar de mejores niveles de vida, dentro de una organización cultural y social adecuada al cumplimiento de un destino superior. Porque las cosas, la economía y la máquina, adquieren valor sólo cuando están destinadas a servir a las necesidades del hombre y de su comunidad¨.
Estas palabras, dejan en claro que los modelos educativos que se corresponden con un ideal, no surgen como generación espontánea, todo lo contrario son el resultado de las fuerzas económicas, sociales y políticas que actúan sobre la sociedad para configurarlo, así que los que creen que el actual modelo educativo que arrastramos desde hace más de medio siglo no tiene ideología demuestran su ignorancia; del mismo autor de los primeros párrafos:¨Queda demostrado que la política de un régimen de gobierno pone en práctica su ideal educativo, el cual guarda siempre relación con los intereses que ese gobierno representa¨.
Si miramos a nuestra sociedad con ojo clínico por supuesto que debemos poner en el estrado a nuestro modelo educativo, lamentablemente esta evaluación que tiene que ver con la calidad de nuestra educación, se da en el marco de una sociedad altamente polarizada. Sin embargo tiene mucho valor político y conceptual que se abra una amplia consulta para su debate y su discusión, como elemento necesario de transformación, es crucial que se de bajo la perspectiva de dos grandes objetivos: 1 mejorar sustancialmente la calidad de nuestra educación y 2 construir un Nuevo Ideal Educativo para que nuestra educación este al Servicio de los Intereses Colectivos.
Recomiendo en el marco de este debate: revisemos la historia del desarrollo de nuestra industria petrolera, allí encontraremos muy claro el modelo educativo y los intereses que representaron. Una élite gerencial que siempre defendió los intereses de las trasnacionales, hoy Giusti por ejemplo es empleado de una de estas. Cree usted que si hubiese defendido los intereses nacionales hoy sería empleado de esta trasnacional?
No dejen de participar en esta consulta nacional, y traten de leer dos libros fundamentales en este debate, que gracias a la UNESCO fueron reditados nuevamente, El Humanismo Democrático y la Educación, 1959 y El Estado y la Educación en América Latina, 1977 de Luis Beltrán Prieto Figueroa, autor de los primeros párrafos. @williancontigo