Para incidir en los distintos procesos de transformación que nuestro proceso revolucionario bolivariano viene generando, nace La Misión Ciencia, intentando darles los cambios estructurales al devenir del nuevo conocimiento y desarrollo científico y técnico que debe gestarse en un país de condiciones agroecológicas ambientales tan diversas y poco estudiadas.
El mandato Presidencial ha sido muy claro “hacer ciencia para el pueblo por el pueblo y con el pueblo”. Fácil expresarlo y relativamente complejo alcanzarlo. Se trata de encontrar y gestar las condiciones para una ciencia con verdadera pertinencia social. Implica, incluir a los excluidos del saber en los distintos niveles del conocimiento científico y técnico que siguen aislados del proceso revolucionario y que por razones ideológicas y políticas les cuesta, entender y evolucionar en la condición revolucionaria que exige tal trascendencia.
La ciencia con pertinencia social también debe incluir a otros excluidos que nos han venido demostrando los tantos aportes de nuestro acervo tecnológico popular y que continúan subestimados por la exclusión de ese saber científico impuesto en nuestro país, señalado como la ciencia del cubículo, laboratorio, idealizado con las revistas científicas internacionales y atomizadamente grupal, continuando de espaldas al proceso revolucionario bolivariano.
La Misión Ciencia Agrícola
La naturaleza de la actividad agrícola, además de cargar con un ejercito de excluidos de profundos saberes populares nos presenta un cúmulo de condiciones objetivas para acercarse a la realidad del mandato presidencial propuesto. Para tal propósito la Misión Ciencia Agrícola debe valorar las siguientes premisas:
1) Nuestra agricultura nacional es diversa. Sobredimensiona la biodiversidad, derivada de la asociación de cultivos, útil para la producción en sí y la cosecha de agua. La asociación de cultivos es la máxima expresión de la práctica de la agricultura tropical en los países latinoamericanos influyendo directamente en la nueva productividad por expresar y en los tantos servicios que aportan al agroecosistema. Estimaciones acercan a establecer más de 300 combinaciones de técnicas agrícolas populares y ecológicamente apropiadas, acoplándose entre ellas mismas, valiendo la pena considerar el papel que nuestros campesinos han venido desempeñando en su desarrollo y en la puesta en práctica.
2) En este devenir de creaciones, invenciones técnicas y sabidurías reafirmadas por el saber popular como segunda premisa encontramos y entendemos como se reflejan los criterios que se adecuan a las definiciones de ciencia. Según Bachelard(1973) en Schutter(1984), la “ciencia, es creación, es acto de descubrimiento”, no hay para ella razón única o pura experiencia , tampoco admite verdades primeras , objetos pre-construidos o queda reducida a un reflejo inmediato de la exterioridad. Según Schutter (1984) la definición de “ ciencia” es la acumulación de conocimientos sistematizados” Acorde a García Gallo (1985) “ ciencia es el sistema de conocimientos objetivamente verdaderos que sintetizan la práctica humana, que son obtenidos por ella y confirmados por ella. Es un concepto más estricto que saber, pues saber puede significar también conocimiento general. Según García Gallo(1985) “ técnica es una actividad práctica que es una forma específica de la actividad humana, cuyo rasgo peculiar es su capacidad de sustituir ciertos trabajos naturales del hombre, mediante la creación de instrumentos.
3) Nuestra tercera premisa, parte de los conceptos de ciencia y técnicas precedidos, reflejándose directamente en las particularidades de las tecnologías ecológicamente apropiadas expresadas en la agricultura sustentable, teniendo su base científica en lo que denominamos la ciencia agroecológica. Definida por Altieri (1983) como la ciencia ecológica aplicada a la agricultura. Miguel Angel Altieri, consecuente investigador, pionero en el desarrollo de las investigaciones básicas y aplicadas en el área agroecológica por más de veinte y cinco años en la Universidad de Berkely, California USA, ubica a la ciencia agroecológica como la ciencia que plantea un nuevo paradigma científico para el desarrollo de la agricultura. Esta ciencia rescata lo que es verdaderamente la ciencia, porque lo que promueve la agricultura industrial, agroquímica, biotecnológica y transgénia, siendo una ciencia coaptada por los intereses de las empresas transnacionales. La Agroecología no sólo se basa en los elementos de la ciencia moderna, sino también en lo que llamamos la etnociencia, o sea, el conocimiento de los propios agricultores.
4) La cuarta premisa la abordamos a partir nuestro propio proceso. Hemos definido a la Agroecología como la “ciencia que unifica las perspectivas socioeconómicas y técnicas con el diseño, manejo y evolución del sistema productivo y de su base social y cultural existente”. (Núñez PNUD-IPIAT,1997). Está conceptualización sintetiza e integra los componentes básicos de lo que debe ser un desarrollo científico técnico para la agricultura del trópico, la de nuestro país; permitiéndonos avanzar en el debate sobre de los principios científicos técnicos que han de regir nuestros planes y programas agrícolas. Podemos afirmar que todos Los Planes Agrícolas Nacionales, sin excepción, de la Cuarta y Quinta Republica han adolecido de principios científicos y técnicos que en alguna medida estimen su orientación. En el Plan del 2006 que parte de las eternas fallas estadísticas agrícolas, todavía no captamos las incidencias del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias, como ente rector para la definición de las nuevas políticas científicas y técnicas agroecológicas que el plan en mención exige. Es indispensable avanzar en la discusión de los principios básicos que debemos crear, de ellos evolucionar y exponerlos al debate. Así lo exige el proceso revolucionario científico-técnico y la Misión Ciencia Agrícola debe recogerlo. Ello, se traduce, en no continuar elaborando planes o programas agrícolas de manera empírica, cayendo en los mismos errores tecno-políticos que venimos afrontando. Ejemplos sobran, los fracasados planes y los distintos cuellos de botellas que nuestro sistema agroalimentario mantiene que todavía continúan sin ser superados.
5) Como quinta premisa: la nueva ciencia para la agricultura nacional basada en la agroecología exige la participación de los campesinos y productores. Es de la combinación de saberes ancestrales, donde podemos encontrar una serie de principios que se transforman en formas tecnológicas. Recordemos en el Question 16 Dic. 2005 en Territorios Productivos, Semillas y Soberanía Agroalimentaria encontramos claras referencias de nuestra base genética en los 37 cultivos amerindios y la cantidad de embriones y animales. Conocimientos desconocidos por los actuales científicos excluidos de la ciencia agroambiental nacional, los cuales requieren ser valorados por alguna institución del saber científico para su avance y potenciación. Como lo establece nuestra constitución los campesinos y agricultores tienen que formar parte del proceso de investigación en un pie de igualdad con los universitarios o técnicos especializados. No hemos visto los espacios de participación en la Misión Ciencia Agrícola para los campesinos y agricultores.
Sobre el Ordenamiento del Territorio
La otra premisa importante que la Misión Ciencia Agrícola debe considerar en los procesos de transformación del nuevo devenir científico, es la ocupación del territorio. Como en la mayoría de los países del trópico latinoamericano, nuestra diversa agricultura parte del ordenamiento agroecológico que nuestros siete pisos latitudinales nos presentan. En cada piso latitudinal se encuentran estrategias agroalimentarias promovidas por los campesinos basadas en una producción acorde a las limitaciones tecnológicas, biológicas y ecológicas de cada espacio. Al parecer se da una autosuficiencia agroalimentaria de la localidad poco estudiada y entendida, tendiendo a encontrar en algunas áreas (no intervenidas) el equilibrio social y ecológico donde se establecen los procesos productivos. Por ello es indispensable para la Misión Ciencia Agrícola apuntar en conocer las especificidades de cada región, micro región, sus zonas agroecológicas particulares, reconociendo los diferentes cultivos y ubicándolos apropiadamente en el espacio y en el tiempo, para potenciar los procesos productivos y los mercados agroecológicos propios de cada localidad.
Es estratégico afirmar que en la definición de planes y políticas agrícolas para nuestro país, las estrategias agroalimentarias necesariamente tienen que atarse de la mano de los procesos de ordenamiento territorial con sus particularidades diversas.
La revolución agroecológica campesina planteada en este proceso también ha de valorar las necesidades y consideraciones sobre el territorio, buscando las nuevas organizaciones sociales de producción que den cabida a cambios profundos de las relaciones sociales que se han de generar en esos espacios productivos.
Recordemos, el Presidente Chavez ha venido planteando en reiteradas ocasiones la necesidad de la planificación territorial como elemento fundamental para alcanzar el desarrollo. Para nuestro propósito luce lógico el avanzar en la autentica soberanía agroalimentaria, entendiendo y validando la dinámica de los distintos procesos productivos agroecológicos latitudinales, por su propia existencia, significancia y ocupación de los mismos.
Referencias Bibliograficas
Altieri, M., Agroecología, Bases Científicas de la Agricultura Alternativa. División de Control Biológico Universidad de California, Berkeley, USA. 1983.
Bachelard, Citado en Schutter (Ver referencia orden alfabético). 1973
García Gallo, J G. “Filosofía Ciencia e Ideología”. Ed. Científico Técnica. La
Habana, Cuba. 1985.
Núñez Miguel Angel. Manual de Técnicas Agroecológicas. Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD-IPIAT, Mérida, Venezuela, 1997.
Schutter de A. “Investigación Participativa”: Una Opción Metodológica para La Educación de Adultos. Serie: Retablo de Papel 3. Centro Regional de Educación de Adultos y Alfabetización Funcional para La América Latina. Michoacán, México. Noviembre 1984
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Miguel Angel Núñez
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