Quienes decidimos salir a estudiar pasamos de ser, profesionales, investigadores, estudiantes con metas, a ser seres que deambulan diariamente pensando en cómo encarar los compromisos económicos sin un medio en el bolsillo.
Me atrevo a decir que somos los desahuciados del país, en alusión a los desahucios que han sufrido miles de ciudadanos españoles que han sido lanzados a las calles y que han venido a aumentar la exclusión social y económica de ese país. Ese tema de los desahucios en España ha sido una apología citada en varias oportunidades por el presidente Maduro. Por lo que le digo Sr. Presidente: nosotros somos los desahuciados de Cencoex.
El Sr. Merentes dijo: dedíquense a sus estudios, tranquilos con las divisas. Yo le respondo: ¿cómo Sr. Merentes? cabeza para estudios NO HAY! La cabeza está con una maraña del tamaño de nuestro imponente pico Bolívar, debido a la desesperanza acumulada (en mi caso) luego de 4 meses de espera por divisas de cupo académico.
Hace unas semanas por este mismo medio, Alguien escribía con un tinte de ligereza y egoísmo, que para qué salían a estudiar, que además se iban con sus familias… a esa persona le contesto: cómo dejar a una niña de 2 y un niño de 6 años, o es que quienes somos madres y o padres no tenemos derecho a continuar fortaleciendo una vida académica en familia?
En escritos anteriores he alertado sobre la terrible situación por la que estamos pasando quienes Sí salimos a estudiar, he recibido desde insultos hasta correos dónde se me pregunta qué podemos hacer, también he recibido varios emails que narran lo mismo: ya no tengo para pagar alquiler, ya no tengo para pagar universidad, estoy viviendo en la sala de unos amigos, etc…
Se nos ha vilipendiado a todas y todos, se nos ha metido en un mismo saco, en el saco de quienes como las empresas de maletín han hecho del cupo académico un negocio. Se nos trata como delincuentes, las pocas veces que se nos nombra. Porque no se nos nombra con orgullo, se nos nombra para decir que somos desertores, que dejamos el país, que no volveremos.
Saben, yo me he ido de Venezuela unas 4 veces por estudios y SIEMPRE he regresado siempre he puesto a la orden lo aprendido con la convicción de construir un país que amo. Sin embargo, por no tener "contactos" nunca ha sido posible poder poner a disposición mis aprendizajes.
Desde el año 2007 soy docente de la UNET, Universidad que me ha brindado todo el apoyo como profesional y como ser humano. Entré por concurso sin conocer a nadie. Ahí he invertido mis conocimientos en función de lo más gratificante que tiene un/una docente: sus estudiantes.
Ahora estoy en la recta final de una maestría en políticas públicas, la pregunta que me hace todo el mundo, diariamente, desde la sra. de la bodega, pasando por cualquier taxista, el pediatra de niños, las profesoras de estos, los vecinos, los/las venezolanas que uno ve en la calle es: ¿Y van a volver? Y me miran como un ser que no está en sus cabales cuando les respondo: mi trabajo está allá, yo vine a estudiar, a aprender para colaborar con mi país. Por ello, aunque soy docente de inglés, escogí capacitarme en políticas públicas para fortalecer las políticas que se llevaron a cabo durante los gobiernos del presidente Chávez y que mejoraron considerablemente el desarrollo social del país; y para reformular aquellas que no han servido para nada, más que para despilfarrar el dinero que es de todos.
Las y los estudiantes venezolan@s en el extranjero somos un colectivo que se encuentra desahuciado por CENCOEX.
*Estudiante de postgrado de FLACSO-Ecuador.
ardigm@yahoo.com