El Uróboros Venezolano (I)

  • La crítica es un dardo que hiere a la mente mediocre y fortalece a la mente preparada. La crítica no sólo es necesaria, sino indispensable. La crítica debe ser dura para que sea eficaz. Todo es perfectible. Los gobiernos, los sistemas, las personas. Mejor que criticar es hacer, pero cuando se imponen los mediocres hay que hacer y criticar. Porque —aparte de hacer— denunciar o señalar lo que no está bien es un deber moral. Lo triste de denunciar o señalar por escrito es que lo escrito es para quien lee, pero muy pocos leen. Al menos no parecen leer muchos de los que toman las decisiones políticas o administrativas. Sus errores los ponen en evidencia. El problema es que los errores de los políticos, burócratas y funcionarios públicos los pagamos todos.

  • Pretender que catapultar a Venezuela hacia el desarrollo es posible sin verdaderas universidades generadoras de conocimiento es ignorancia. No son concebibles el desarrollo y la soberanía sin tecnología y conocimiento. No son concebibles la tecnología y el conocimiento sin universidad. La universidad no es lo que creen muchos políticos que lamentablemente deciden por ella. Tampoco es universidad la elitista casa de estudios divorciada de la realidad nacional.

  • La universidad no es posible sin profesores. Según datos de las asociaciones de profesores de las universidades autónomas, más de 1500 profesores universitarios han renunciado en los últimos 5 años, dejando abandonadas líneas de investigación cruciales para el desarrollo. Más de 700 de la UCV. Más de 300 de la USB. Más de 100 de la ULA. Más de 300 de la UC. Más de 200 de LUZ. La mayoría de ellos ya con postgrados. La mayor parte de los que se quedan ha cambiado su dedicación a la universidad. Todo esto se debe —al menos en parte— a la corrupción interna en las universidades, a la falta de políticas gubernamentales serias en materia de ciencia, tecnología y educación universitaria, al alto costo de la vida, a los sueldos exageradamente bajos y la pérdida acelerada de la seguridad social del profesor universitario, a las dificultades para adquirir reactivos y equipos para la investigación, a la pobre valoración que se le da al docente, al pobre apoyo gubernamental, a la subestimación de los méritos y el conocimiento, a posiciones egoístas asumidas por decanos y rectores que utilizan su cargo para hacer oposición al gobierno y no para resolver problemas, a las roscas sindicales que perpetúan la desidia y la flojera de miles de verdaderos parásitos en las universidades, y a las restricciones que han hecho prácticamente imposible acceder a revistas científicas, adquirir libros especializados o asistir a congresos y cursos en universidades extranjeras para actualizarse. Tenemos a más de dos millones de estudiantes en universidades-liceos que se han quedado vacíos de profesores a un ritmo angustiante.

  • Desarrollar a Venezuela es imposible sin profesionales. Hemos perdido y seguimos perdiendo aceleradamente toxinólogos, docentes, odontólogos, psicólogos, investigadores, músicos, especialistas en reproducción, medicina y nutrición de rumiantes, inmunólogos, ginecobstetras, compositores, artistas, veterinarios, biólogos, virólogos, matemáticos, químicos, físicos, ingenieros, sociólogos, médicos generales, arquitectos, genetistas, traumatólogos, etc. La arrogancia gubernamental impide que se detenga esta fuga sin precedentes.

  • Según algunos dirigentes, por su confusión y la mala interpretación de lo poco que saben, en las instituciones de investigación y docencia deben cambiarse atropelladamente los estatutos legales y aplanarse la estructura académica. Aunque claramente hay que repensar y reestructurar dichas instituciones, esto debe basarse en una amplia consulta con expertos provenientes de las mismas y reconociendo el rol que han desempeñado y que deben desempeñar éstas en el desarrollo del país. Sería interesante ver cómo funcionarán las cosas si siguen estableciendo el mismo criterio y cambiándolo todo apresuradamente por ensayo y error. El alto mando militar podará la grama en vez de diseñar estrategias para la defensa de la nación, el hijito de 5 años decidirá lo que se hace en casa, cualquier médico recién graduado hará las cirugías más complejas, y cualquiera de nosotros podrá conducir un cohete hacia la luna o dirigir la Sinfónica de Berlín.

  • La inflación pulveriza los salarios. Para controlar la inflación hay que producir. Para producir hay que trabajar. Pero muy pocos trabajan, por flojera, aunque sí cobran y exigen. Y los que sí trabajan ven con desespero cómo el producto de su esfuerzo se va directo a las arcas del comerciante especulador, uno de los principales artífices de la espiral inflacionaria. Por ejemplo, he debido trabajar más de 160 horas como docente universitario para comprar un cartucho de tóner para la impresora, lo cual carece de toda lógica. Mi esfuerzo entonces no es para desarrollar mi país sino para mantener el modo de vida del capitalista especulador y para pagar los errores políticos del gobierno. Como el cartucho cuesta en el extranjero alrededor de USD 50, significa que mi sueldo equivale a menos de USD 2 por día. De todo lo cual podemos sacar otra conclusión: en Venezuela no sólo no se valora la profesión docente —la más importante de todas— sino que se desprecia. Propongo, para demostrarle esto a cualquier político, que intercambiemos nuestros sueldos por un par de meses y luego hablamos. Igual transferencia ocurre del médico del sector público a la cuenta del comerciante. Del arquitecto a la cuenta del comerciante. Del educador a la cuenta del comerciante. Del ingeniero a la cuenta del comerciante. Del cultor popular a la cuenta del comerciante. Del funcionario público a la cuenta del comerciante. Del albañil a la cuenta del comerciante. Es decir, quien más gana es el menos original, el que menos crea, el que no produce. El mundo al revés, diría Galeano. Lo cual se agrava porque el gobierno no tiene capacidad para controlar al comerciante especulador y, peor aún, exacerba la inflación por las políticas erradas y los experimentos extraños. Y porque protege al trabajador, pero no le exige que trabaje. Los países se construyen trabajando. Con reposeros no se construye una patria. La debilidad hunde a los pueblos. Manadas de flojos pululan en Venezuela. Y los privados de libertad deben incorporarse al trabajo productivo, porque es injusto que los justos debamos mantener a los injustos. Afuera quien no trabaja no come. Que sea igual adentro.

  • La Revolución ha logrado mucho, y son verdaderamente obtusos los que no lo reconocen. Esos logros no implican aún que no pueda perderse todo. La realidad lo demuestra. Detrás de esos logros estaba Hugo Chávez. Como humano que era, él también cometió errores. Pasarán años para entender a plenitud lo que significó su vida y su obra, si acaso no se encargan el pueblo y los políticos mediocres de echarlo todo a perder. Chávez alertó muchas veces sobre los peligros que acechaban, exigiendo mayores esfuerzos al pueblo y a los funcionarios públicos. Él era humilde y honesto. En su sencilla habitación de Miraflores, y rodeado de miles de libros ya estudiados o por estudiar, pensaba y diseñaba sin cesar nuevas estrategias para sacar a Venezuela del subdesarrollo. Su esfuerzo significó no sólo la más grande inversión social de la historia de Venezuela, sino una gran estabilidad para la región y la recuperación de un sueño prácticamente perdido, que cohesiona a Latinoamérica, el Caribe y otras partes del mundo. Él demostró que con férrea disciplina y mucho trabajo se puede cambiar la realidad. Y todo ello lo hizo en contra de todo tipo de dificultades, vejaciones, atropellos, calumnias, conspiraciones, traiciones y una deuda social de dimensiones inconmensurables.

  • Los sabios al poder, fuera los mediocres. Leer ilustra. Ser ilustrado debería ser conditio sine qua non para ocupar un cargo público. Rivas, El Troudi y Vielma Mora son ejemplo de la importancia de estar preparado y comprometido, cuando se está en un cargo público. Por el contrario, muchos ministros y directores mediocres han sido responsables de grandes atrasos y la perpetuación de enormes problemas. Zapatero a sus zapatos. Equivocarnos menos garantizaría el progreso. Los individuos preparados merecen sueldos dignos para que se dediquen en cuerpo y alma a lo que saben hacer, y hay que dejarlos trabajar. El trabajo cita a los buenos (Séneca). El árbol que se trasplanta mucho jamás crece (Séneca). Para que los individuos preparados asciendan al poder hay que repensar la democracia. Las mayorías se equivocan. Las mayorías eligen, pero no por criterios objetivos. No han de interesar los rostros ni la elocuencia. Han de interesar los méritos. Pensar que la meritocracia es un error es un error peor. La imaginación es madre de toda originalidad: deformando lo real hacia su perfección, ella crea los ideales y les da impulso (Ingenieros). Para tener una mente creativa y ser útil hay que prepararse. El talento sin probidad es un azote (Bolívar).

  • Se multiplican sin planificación y control los niños de familias disgregadas. Su multiplicación multiplica los problemas. Ha desaparecido la familia, y la familia es la célula primordial de la sociedad. Se ha vuelto normal ver niñas embarazadas por doquier en edades escolares. El estrés físico o psicológico de la madre embarazada y/o la interrupción temprana de la lactancia materna modelan y causan daños irreversibles en circuitos neuronales que determinan la inteligencia, la capacidad de adaptación social, la salud y el futuro de sus hijos. Es decir, el futuro de la sociedad. Por eso aumenta aceleradamente el número de niños y adolescentes que no están preparados emocional y físicamente para los grandes desafíos de la vida y para integrarse productivamente a la sociedad. Pero al político no le interesa esto. Por eso ataca a un enemigo que desconoce. El Estado no controla ni al padre irresponsable ni a la madre ausente. En cambio, el alcalde demagogo contrata a "Don Omar" para ganar votos y aceptación popular a cambio de petrodólares, mientras en los ambulatorios el personal de salud por tres lochas mensuales vive el drama de una sociedad que dice que lucha por vivir. Es el costo de tener ministros, directores, alcaldes y gobernadores incapaces como los que hemos tenido, con muy honrosas y escasísimas excepciones. Los hijos de los padres ausentes matarán a los hijos de las familias bien estructuradas.

  • La coyuntura actual traerá enseñanzas tal vez. Quizás no. No está preparada la gente, ni se está preparando para los desafíos que vienen a gran velocidad. Es deber del Estado enseñarle. No enseña quien no sabe. O quien no quiere. Quien no sabe puede apoyarse en el que sabe. Quien no quiere no deja que los demás le ayuden. No es pobre el pobre porque no tiene, sino porque no sabe; tomen lo bueno, dejen lo malo, imiten con juicio, y por lo que les falte, inventen (Simón Rodríguez).


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Andrés Rodríguez González


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