No se deje engatusar por las autoridades universitarias

Ministro Arreaza es con usted

El gobierno sigue cometiendo los mismos errores y, aun peor. En materia universitaria tenemos que en el último CNU (Consejo Nacional de Universidades) el ministro Arreaza se comprometió con los rectores a implementar políticas para solucionar la crisis en las Universidades y pidió la colaboración de los mismos para encaminar la transformación e incorporarlos a misiones sociales. Preguntamos ¿son las autoridades confiables para encaminar un proceso de transformación universitaria y aplicar políticas para salir de la crisis universitaria? Creemos que no es así pues ellas son parte del problema. Ninguna alianza con los rectores va a contribuir con mejorar la calidad de vida y la transformación universitaria.

Las universidades solo saben pedir más y más presupuesto, pero las condiciones en las universidades se deterioran terriblemente. Los comedores, bibliotecas e infraestructura cada día están peor El Ministerio tiene que pedir cuentas sobre lo que se hace con ese presupuesto, ya que la comunidad universitaria debe saber en qué se gasta. Las cuentas de las universidades del país son casi un secreto de Estado. Es cierto que el Estado debe garantizar el funcionamiento, infraestructura, salarios dignos y bienestar, pero mientras no existan cuentas claras no se puede seguir financiado un monstruo que no representa los intereses de la nación.

Las autoridades universitarios hoy se rasgan las vestiduras en defensa de la universidad, después de años de desidia y abandono de la academia. Las autoridades universitarias pretenden borrar todos los desmanes sucedidos con un discursito de defensa de la universidad. La autonomía no puede ser para amparar y justificar hechos de corrupción, mafias universitarias, desvío de presupuesto, malversación. La Autonomía es y, debe ser, para fomentar la Academia y la producción de conocimientos que nos encaminen al bienestar social.

En un acto de hipocresía, en el CNU, las autoridades levantaron su voz contra la inseguridad que golpea las universidades pidiendo planes y acciones de los cuerpos de seguridad. De verdad ese es el colmo del cinismo cuando estas mismas autoridades universitarias han amparado las mafias por omisión, complicidad o por miedo, no han hecho valer su rol, perdieron el rumbo de los valores universitarios. La excelencia académica sólo quedó como recurso retórico y no como esencia de la cotidianidad universitaria. Los universitarios tenemos que convivir, día a día, con los cobravacunas, extorsionadores y delincuentes de toda índole en el campus universitario, pues ninguna autoridad universitaria se atreve a denunciar absolutamente nada.

El Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología también tiene su cuota de responsabilidad en esta crisis institucional de las universidades, ya que nunca ha tomado en cuenta las miles de alertas y propuestas de los trabajadores revolucionarios que hacen vida en los recintos académicos. Por ello no existe ninguna política para las universidades públicas. Unos criterios que no entendemos. Primero, se mantiene a las autoridades universitarias en sus cargos desde hace ocho años y, segundo, no han ordenado nunca que realicen el reglamento que garantice un proceso electoral. Mientras las autoridades dilapidan presupuestos ingentes, pero aun así dicen que es insuficiente. Hasta ahora el gobierno se ha tornado complaciente ante las arbitrariedades que se cometen en las universidades del país. Además, 16 años de gobierno y no se hizo una nueva Ley de Universidades que responda a la transformación universitaria requerida para los nuevos tiempos. 16 años después seguimos con planes curriculares desfasadas y programas sin ningún sentido práctico, es decir, sin una relación con las políticas de producción de conocimiento socialistas. Pero es claro, el Estado se sigue moviendo bajo la lógica capitalista al considerar la educación como algo de tercera, sin importancia para la marcha del país. Se debe pensar en la educación liberadora que consolide la formación del hombre nuevo, con sensibilidad social. Para ello se necesita una transformación educativa estructural y no meros cambios de nombre o de forma. La política del Ministerio ha sido dejar a las Universidades al libre albedrio.

Las universidades del país han sustentado su conocimiento en una lógica multiplicadora del capitalismo y en principios de subalternidad. No se ha contribuido con la descolonización y, por el contrario, mantiene una dinámica basada en la colonialidad del poder.

Debemos salir de la condición de subalternos que se trasmite a través de las Universidades neocolonizadas. Transitemos hacia el pensamiento y acción desde la originalidad de nuestras culturas y no desde una orientación basada en la modernidad occidental y su consecuente centrismo. La revolución no ha entendido que salir de la colonialidad del poder es establecer una política científico/técnica que deje de estar al servicio de la subalternidad del conocimiento y eso no se logra con universidades que mantienen una dinámica reproductora del capitalismo. Lo esencial es construir modelos educativos para y desde nuestra realidad cultural y geográfica. Establecer líneas claves para la producción de conocimiento más allá de las Universidades devoradoras de presupuesto.

Nuestras universidades neocolonizadas jamás harán algo por transformar sus estructuras arcaicas, el Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología conjuntamente con las bases profesorales, empleados y obreros debe encaminar una política de transformación educativa, que contemple planes curriculares y programas con sentido práctico/humanista y que articule con políticas de producción de conocimiento socialistas.

Ministro Arreaza convoque a los universitarios del país a un gran debate para iniciar la discusión sobre la transformación universitaria, no se quede en acuerdos y pactos con las autoridades universitarias que nunca propiciaran cambio educativo a nivel universitario. Ellas solo piensan en presupuesto. No equivoque el camino nuevamente. La única salida es propiciar la descolonización de las universidades, no acuerdos con autoridades tecnócratas que están al servicio del capital.

Johnny Alarcón Puentes.

Docente/investigador. Universidad del Zulia. Licenciatura en Antropología.

 



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Johnny Alarcón Puentes

Docente/investigador. Universidad del Zulia. Licenciatura en Antropología.


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