Tuve la oportunidad de asistir al Congreso Pedagógico sobre la Calidad de la Educación efectuado en nuestro país en julio del 2014 y escuchar las interesantes disertaciones teóricas de los connotados expositores que fungieron como ponentes en la misma, acerca de la calidad de la educación a nivel mundial y específicamente en Latino América, pero como suele ocurrir en muchas actividades humanas, lo que se comenta en los entretelones es tan interesante y enriquecedor como lo que se dice en las exposiciones. En fin, la anécdota que les quería comentar es que en el tiempo destinado al coffee brake, se estableció una amena charla entre un grupo de distinguidos docentes formado por dos profesoras argentinas, un mexicano , un puertorriqueño y mi persona, una de las damas argentinas se refirió a los pésimos textos sobre metodología de la educación de Fidias Alias, acotando que no se explicaba como casi todos los rectores de nuestras casas de estudios superiores, recomendaran a sus estudiantes este esperpento intelectual; a lo cual añadió el puertorriqueño en ese tono jovial caribeño, con un "oye tu, en el país de los ciegos el tuerto es rey", estallando todos en una gran carcajada.
Nos resulta casi obligatorio hacer una minibiografía de tan insignificante personajillo que ha innundado nuestras universidades con sus malos plagios de metodología de la investigación. Pero lo que resulta más asombroso y nos demuestra el fracaso y la mediocridad de nuestras casas de educación superior es que sus libros son recomendados por: profesores, directores, rectores y ministros quienes no se han dado cuenta que "el rey está desnudo", en este caso de talento; demostrando la gran veracidad del refrán popular que dice: la culpa no es del ciego, si no de quien le da el garrote.
Todo comenzó en un pueblito del Zulia hace sesenta y tantos años cuando un padre orgulloso con el nacimiento de su primogénito decidió bautizarlo como acostumbran en esa región, con el nombre del gran escultor y arquitecto griego Fidias, lamentablemente aquel crió no tenía un ápice de talento pero su familia lo hizo creer lo contrario transformándolo en un atorrante engreído y maleducado de voz chillona y estridente. Una vez terminado el bachillerato el mozalbete ingresó a estudiar Educación Física en el Pedagógico de Caracas, donde se inscribió en las filas de Acción Democrática que era el partido que en aquel entonces detentaba el poder en Venezuela y fue nombrado jefe del departamento de su especialidad en un Liceo del interior del cual fue trasladado por irregularidades administrativas, pero sus compinches del partido del pueblo lo recomendaron como profesor fijo sin presentar concurso en un Colegio Universitario de Caracas; al cambiar el gobierno adeco por uno copeyano, el astuto arribista cambió de bando y sus nuevos amigos le pagaron todos los posgrados necesarios para convertirlo en Doctor epistemólogo, o como diría Samaniego en su fábula, se transformo este "diente roto" en un "Burro Flautista". Pero el inmenso ego o mejor dicho egolatría que le insuflaron sus padres y le cabroneó el sistema bipartidista, no quedó allí y al personajillo le dió por transformarse en intelectual escribidor de malos libros sobre metodología que según las malas lenguas son un pega y copia de otros autores de prestigio; basta oírlo proferir las malas palabras con las que construye su deshilvanado discurso oral para darse cuenta que quien le escribe los libros son escritores tarifados.
Su carrera de ascenso meteórica, lo llevó a inscribirse en el PSUV donde ha tenido gran acogida, catapultándolo dicho movimiento como subdirector administrativo de la institución donde raspó los churupos de la universidad. Tal y como van las cosas pronto llegará a ministro y le advertimos a Maduro que cuide su cargo porque este personaje parece extraído de la novela "Desde el Jardín".
Podríamos decir que el estúpido de Fidias, arias no canta, sólo escribe pésimos libros de metodología .
