Mucha fue la influencia que recibió el continente Americano de los procesos políticos , económicos y sociales que permitieron el derrumbe del "oscurantismo" y la sociedad medieval en Europa. Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Francisco de Miranda, recorrieron en todas sus extremidades el continente Europeo, de allí su marcada referencia a las lucidas ideas modernas de justicia, igualdad y libertad.
"Bolívar fue el Emilio" de Simón Rodríguez, a quien el maestro le enseñó nada, para que pudiera saber todo. En ese "Emilio Caraqueño", circula densamente, la idea del proyecto político - pedagógico de Rodríguez, sintetizado en moral y luces como los polos más importantes de una República, y sí, es así: proyecto político-pedagógico, porque la única manera de instaurar un nuevo referente social, economico y político que organice a la sociedad hacia otros horizontes, es por medio de la educación.
La República amerita de republicanos y no podía ser la continuidad de lo que significaban "las monarquías", con sus reyes, siervos y plebeyos. Las ideas republicanas requieren de ciudadanos amplios, que dominen la técnica, la ciencia, las artes, el lenguaje y con ello, poder imprimir a la nación la prudencia, la experticie, el razonamiento y un debido planeamiento. Las ideas, sin actores que las puedan encarnar, son vacías, huecas, inútiles, no sirven, y eso ya lo sopesaba Rodríguez hace más de doscientos años.
La columna vertebral de una sociedad es la educación y por ende, su sistema educativo en la modernidad. Toda la idea Robisnoniana o Bolivariana, está confeccionada y estructurada con base en profundos procesos pedagógicos que propician constantes cambios sociales, apuntalando a la mejoría de las condiciones de vida de sus ciudadanos, el conocimiento es entonces, progreso social, mejores técnicas y herramientas, y a su vez, mayores y más hermosas expresiones humanas, artísticas y politicas.
Venezuela no escapa de la universal dicotomía que se plantea entre ignorancia y saber. La cultura colonial del salvaje conquistador, enquistó hasta en las más densas profundidades del cuerpo, una postura de animadversión por el conocimiento. Es parte del legado de la bestia asesina, que tomó a punta de violencia, casi todos los territorios del mal llamado nuevo continente, para exprimirlos, saquearlos y extraerlos, sin la más mínima sensibilidad por una cultura diferente o disimil: su proyecto político pedagógico se sustentó en la ignorancia de "los ciudadanos", con eso se garantizaban el libre robo, expoliación y saqueo de absolutamente todos los recursos.
El conocimiento no solo es luz que permite alargar la mirada en el horizonte, es también una herramienta que ensancha las posibilidades de vivir en condiciones más dignas cada vez. Es un recurso infinito que coadyuva a la deconstrucción, entendimiento y resolución de los problemas con sus circuitos constitutivos, en sí, también es una compleja caja de herramientas que contiene las llaves de la liberación de las ideas, los cuerpos y la vida misma: es la vacuna que nos inhibe de la enajenación , la alienación y un sin fin de males que operan como fuerzas para la disminución del ser humano a la condición de objeto o mercancía transable. El conocimiento, es el peor enemigo de quienes pretenden eternizarse en el poder y expoliar a las naciones con el fin único de usurpar la vida de sus ciudadanos.
El apagón pedagógico que es aplicado en Venezuela desde mucho antes de la pandemia, tiene sus objetivos muy bien pre - definidos: no solo es enarbolar "el legado del colonizador europeo", que consiste en desestimar la sabiduría, la ciencia y el conocimiento, preparando un terreno fértil para el el robo y el saqueo, sino que también apuntala hacia un proyecto de empobrecimiento generalizado de la nación venezolana, al entender y valorar la producción científica como un capital fundamental para el crecimiento de las economías modernas, es decir, quienes saben pueden producir más y mejor, hacer crecer las economías y por ende, navegar en las turbias aguas de los mercados, de manera mucho más eficaz que los que son arropados por el manto de la ignorancia y el oscurantismo.
Desinvertir en educación, es la idea menos genuina para quienes creen en la concepción "Republicana" de Simón Rodríguez , Simón Bolívar y Francisco de Miranda. Abandonar el sistema educativo público de un país y sacrificar a sus estudiantes, profesores y trabajadores en todos sus niveles, además de ser un "crimen de lesa patria", es una diáfana y precisa señal del tipo de ciudadano que proyectan los gobernantes para su modelo de hegemonía política económica y social. Sin sistema educativo, florecerá la ignorancia, crecerá la pobreza masivamente en toda la nación venezolana; el país quedará sumergido en las oscuras aguas de la extinción y con ello quizás pueda el gobernante de turno, no solo privilegiar a quienes lo gobiernan más arriba en la pirámide del poder, también logrará igualarse entonces con "los ciudadanos" que lo elegirán eternamente en las próximas elecciones, que tendrán una singular característica en en sus campañas: estarán más llenas de colores que de letras y propuestas.@kartuxs