Un muerto sin cabeza, sin pantalón ni camisa: los profesores universitarios

Un muerto sin cabeza, sin pantalón ni camisa: los profesores universitarios

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano

Docente UNELLEZ-VPDS

Barinas

Era un muerto sin cabeza (Sin cabeza)
Sin pantalón, ni camisa
Con las manos en el bolsillo
Y una macabra sonrisa

Así nos dice el guaro Adeliz Freites y su Carota ñema y tajá. Es lo absurdo, o lo incomprensible para describir lo que ser humano es capaz de imaginar para evadir la realidad. Haciendo una analogía eso mismo pudiéramos decir de los docentes universitarios en general y en el caso en particular de los docentes que hacemos vida en la UNELLEZ. Somos unos muertos de hambre, sin cabeza para pensar con cabeza propia, sin pantalón, ni camisa, o con las mismas de hace cinco años, con las manos en los bolsillos buscando una plata que no tenemos y una macabra sonrisa, para disimular el estado de miseria al que hemos sido sometido, entre otras cosas por nuestra comodidad y pasividad.

Somos unos muertos que sólo espantamos y damos miedo en las redes sociales, pero en la realidad verdadera somos unos muertos y mal enterrados, que solo causamos lástima y pena ajena. Este gobierno ineficiente, corrupto, hampón, de lo ultimito nos ha conducido al peor estado de postración y sin embargo nos conformamos con insultarlos por las redes, con sacarle la lengua y uno que otro escatológico con mentarle la madre. Tenemos una patología que la he denominado APONIÉNDOME DE MENTIRITA. Entre ingenuidades y estulticias pensamos que las redes son como una especie de DROM que puede arrancarle a este vil gobierno nuestras reivindicaciones, la verdad verdadera es que lo que hacemos es evadir la realidad.

Los grupos en los que estamos llámese Whatsapp o Telegram se han convertido en una especie de revista Selecciones de esas que repartía o regalaba el Departamento de Estado Norteamericano para fortalecer su presencia en sus colonias o el Sputnik otra revista que repartía la extinta URSSS en sus satélites de los partidos comunistas de América Latina y el Caribe para divulgar su ideología. En esas dos revistas cada una a su manera venía cualquier trásfuga ideológica que iba desde la moda, música, dietas, deportes, entre otras misceláneas.

Así son los grupos de las redes sociales de los profesores universitairos en le UNELLEZ, allí una encuentra una gama de temas inagotables, desde teorías conspirativas, análisis cuánticos, consejos para el mal de ojo, pronósticos del tiempo, ofertas de tiendas para comprar paraguas para el verano, consejos para superar el fracaso del matrimonio por que la mujer te dejó no por otro hombre sino por otra mujer, en fin se habla de lo profano y de lo divino, de todos menos de la universidad.

Hemos adquirido la propensión de hacer análisis, catarsis, proyecciones de cualquier tema habidos y por haber, eso sí menos de la Universidad que nos sea par chismes. Pero a la hora de valorar propuestas, de discutir, de proponer sobre qué hacer en torno a cómo salir de esta abrumadora crisis nos da un ataque de sordomudismo, agudo complicado con una ceguera absoluta conocido científicamente como el SÍNDROME DE SHAKIRA antes de lo de Picét porque ahora dicen que luego del affaire, ocurrió un milagro y la colombiana está hablando hasta por los codos y viendo más que un recién operado de cataratas.

Nos encanta echarle la culpa de todo al gobierno. Es una vía de escape para evadir nuestras responsabilidades. No somos capaces de reconocer que nosotros como profesores universitairos somos coparticipes de este desastre. Lo somos en la medida que pensamos que con desear que este gobierno se caiga es suficiente; o que por un acto de Fe este gobierno va a echar para atrás su estrategia de ahorcar a las universidades económicamente. O somos muy ingenuos o muy torpes, o ambas cosas.

Nos encanta ver la paja el ojo ajeno pero somos incapaces de ver la biga el ojo nuestro. Nos encanta descalificarnos unos a los otros, hay unas vedettes que se apropian de los grupos de Whatsapp y dicen cualquier tipo de sandeces, de descalificaciones con el silencio de los administradores que por alguna razón u otra lo permiten. De esta manera se desalienta a la participación de la mayoría, alrededor del 80% de los colegas prefieren no participar y eso es preocupante.

Nadie reconoce a nadie, lo mismo que se le critica al gobierno se aplica en estos grupos por esta vedettes, sino se concuerda con sus posturas inmediatamente se desencadena una sarta de descalificativos. Se acusa al gobierno de autoritario, de dictador pero se aplica lo mismo a lo interno de estos grupos. Estamos en un ocaso de la universidad y de los universitarios, hay una flojera de pensar, preferimos que otros piensen por nosotros; estas son descripciones apenas del fenómeno. La pregunta que hay que hacer es ¿QUÉ HACEMOS ENTONCES?

El primer paso, a mi modo de entender las cosas, es darnos nuestro puesto como profesores universitarios. Esto nada tiene que ver con un cartón de profesional. Profesionales hay por bojotes, pero profesores universitarios muy pocos. Debemos convertirnos en una verdadera élite, no porque seamos los más chéveres sino porque tenemos la obligación de ser los verdaderos líderes que orienten y acompañen a este pueblo a superar esta crisis. Ese sería un pequeñísimo paso pero que a su vez gigante.

En segundo lugar, comprender que las redes juegan un papel importante en la lucha pero no es suficiente. Más allá de las acciones epilépticas a las que estamos acostumbrados a realizar hace falta contar un plan. Se supone y digo que se supone porque la manera como nos seguimos comportando pareciera que no, que sabemos distinguir la tríada Plan, Programa y Proyecto.

En tercer lugar, es de suma importancia rescatar el carácter unitario de la lucha. Todos sabemos, no obstante, por alguna razón lo negamos en la práctica, que en la unión está la fuerza. Esa ha sido una de las estrategias que más fruto le ha dado a este gobierno más allá de la intimidación y la represión, el de dividir las fuerzas que se les oponen. Si seguimos actuando sin un plan claro, sino con acciones aisladas y esporádicas y por reacción, pero además de manera descoordinadas con los otros factores universitairos llámense obreros, empleado y estudiantes seguiremos fracasando.

Expreso estas ideas para propiciar el debate fraterno, no con las vedettes porque son un caso perdido, intento auspiciar la incorporación de muchas voces que hoy guardan silencio, porque esas voces pueden aportar mucho y pueden con su participación coadyuvar a dinamizar la lucha a través de sus propuestas y acciones. Sigo insistiendo en la necesidad de construir antes que un liderazgo de vanguardia, un liderazgo de retaguardia que acompañe a esas voces silenciosas y que tienen mucho que a portar en esta hora menguada de Venezuela. Saludos Fraternos.



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Isidro Camacho

Isidro Osvalinoc Camacho Manzano Docente Universitario, Profesor a dedicación exclusiva UNELLEZ-VPDS Barinas.

 osvalinoc@gmail.com

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