Uno de los mayores logros del gobierno bolivariano ha sido la inclusión social en materia de educación. De hecho, bastaría ver la cantidad de compatriotas que hoy forman parte de los sistemas tradicionales de educación, y otros que han incursionado en la vida académica a través de las misiones educativas: Robinson, Ribas y Sucre; siendo especialmente la última la que ha concebido una forma distinta en la formación de miles de venezolanos y venezolanas quienes por diversas razones no pudieron acceder a la educación superior, y hoy desde espacios municipales están convirtiéndose en nuevos profesionales en áreas que resultan prioritarias para el desarrollo del país.
Ahora bien, extrañamente, y al estilo de las cúpulas podridas de la IV república, la Coordinadora de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), núcleo Monagas, fue hasta Nueva Esparta con la finalidad de “presidir” un acto académico, donde esta institución “graduaba” diferentes profesionales. Por si fuera poco, según reseña el ”Sol de Margarita” (11-3-2008; pag. 6) esta coordinadora se abroga a través de la propia UBV la matrícula de 458 mil estudiantes, cuando la realidad es que sólo 60 mil estudiantes conforman la matrícula de esa casa de estudios, en virtud de que el resto la componen los estudiantes de Misión Sucre. Por cierto, resulta insólito afirmar que debido a la actitud retrógrada de las autoridades de la UBV Monagas, ese acto académico fue organizado por “autoridades” que ni siquiera en dicho momento permitieron el derecho de palabra a la coordinación regional de Misión Sucre, y cuyos facilitadores, la mayoría con cinco años en el ejercicio de facilitadores de esta loable misión, fue a través de la prensa cuándo se enteraron de esta “graduación”.
Además de semejante y reprochable acción, hay que decir que el Programa Nacional de Formación de Educadores (PNFE) , ha sido secuestrado por estas autoridades de la UBV, al punto que pese a los llamados que ha realizado el Ministerio del Poder Popular para la Educación, en el sentido del déficit de profesionales de la docencia en áreas específicas (castellano, matemática, inglés, ciencias sociales, etcétera), la misma al estilo de las universidades tradicionales sigue formando docentes en educación integral, lo cual resulta contradictorio con la propuesta del nuevo Currículo Bolivariano, y en esencia resulta contraproducente para los intereses del país, ya que la cuantiosa inversión que se está realizando en esta materia no está siendo dirigida más que a la formación de futuros desempleados. Esto debería ser seriamente revisado y analizado, para explicar las razones del porqué se insiste en esta formación.
También resulta contradictorio observar como existe una discriminación entre los profesores de la UBV y los “facilitadores” de la Misión Sucre. Los primeros, resultan “docentes de primera”, ya que cuentan con todos los beneficios propios de alguien quien ejerce la docencia en cualquier universidad pública del país. Los segundos, son sólo eso: “docentes de segunda” a quienes se les violenta los derechos laborales elementales, es decir, carecen de prestaciones sociales, vacaciones y aguinaldos. ¿Es acaso esta situación propia de un gobierno socialista?
Es la Misión Sucre junto con el grupo de estudiantes que la conforman y sus coordinadores y docentes quienes llevan adelante una labor titánica para la consecución del sueño de miles de compatriotas, a quienes el país reclama en áreas fundamentales. Mal pueden autoridades de la UBV abrogarse “graduaciones” y matrículas en las cuales nunca han contribuido y venir a ganar indulgencia con escapulario ajeno. La UBV hoy por hoy representa una institución hecha para el continuismo de élites burocráticas y con actos oligárquicos que no representan al pueblo. El que tenga ojos que vea. Lo demás es cinismo y prepotencia.
Javiervivas_santana@yahoo.com
