La LOE, Octavio de Lamo, Leonardo Carvajal, Cecilia Sosa y Héctor Navarro

En declaraciones de prensa que circularon en un diario regional (Anzoátegui)[1] este miércoles 19/08/2009 y este jueves (20/08/2009) se perciben tonos un tanto contradictorio en el mundo de la oposición, pero el consenso en cuánto a las acciones guariemberas está muy claro. El presidente de la Cámara venezolana de educación privada reitera que están “preparados al inicio de clases para evitar la aplicación de la Ley aprobada por la Asamblea Nacional. “Evitar la aplicación de la Ley”, según el contenido de esa declaración que fue ofrecida en Caracas, será posible porque ya “están impulsando la creación de redes en cada una de las escuelas contando con la participación de los padres, madres y maestros”.

La misma nota registra la opinión de esa excelsa, integra y justiciera dama que al leer u oír su nombre, se produce casi automáticamente en uno, la necesidad de realizar la respectiva inclinación de cabeza, porque es tan descomunal el respeto que nos merece. No realizar ese movimiento de deferencia cuando leemos u oímos su nombre, es como darle una patadita a la dama que con vendas en los ojos simboliza el difícil mundo de la justicia, espacio en el cual; la Dra. Sosa se desempeña como lo que es efectivamente: Un soberana institución justiciera. Cecilia Sosa es Todo un legado de probidad y de una conducta que ya le asegura un lugarcito en el panteón nacional.

Cecilia Sosa asevera en esa nota, que el “instrumento jurídico ha creado zozobra y terror en la población”. Hay que imaginarse la expresión que tomó el rostro de esta humana-institución, cuando soltó esas frases. Nada o muy poco que agregar porque si esa expresión viene de Cecilia Sosa, el país ahora debe estar hecho un caos y consumiéndose.

“Evitar la aplicación de la Ley” es efectivamente un reto y valdría la pena hacer un esfuerzo para ubicar a Octavio Lepage, Canache Mata, Eduardo Fernández, Asdrubal Aguiar, Ramos Allup, Antonio Ledezma (entre otros muchos) y preguntarle a cualquiera de estos líderes: ¿Cuál sería el destino y futuro de Octavio de Lamo, si en uno de los gobiernos Adeco/Copeyano (Guanábana) hubiese osado “evitar la aplicación de una Ley”? ¿A cuál teatro de operaciones lo mandarían? ¿Lo tirarían muerto desde un avión o un helicóptero? ¿Qué le colocarían para que no apareciera? ¿Una guaratara o un “pico”? A diferencia de ayer, hoy se está en una dura y feria dictadura (perdonen la redundancia) y en aquella época, no muy lejana en el tiempo pero borrosa para Adecos, copeyanos, masistas, justicieros y otras especies, existía una democracia de tanta humanidad y de tanto respeto a los derechos humanos que inexplicable y desgraciadamente desapareció.

Leonardo Carvajal que increíblemente estuvo un poco ausente en este “debate”, es un “pelín” más rescatado en sus apreciaciones porque dice lo mismo, pero es más elegante. Carvajal expresa lo siguiente: “se acata, pero no se cumple en aquellas cosas que violen la Constitución”. Es el mismo reto, pero a diferencia de Octavio de Lamo, Carvajal ya se presenta con la autoridad del TSJ, porque inmediatamente ya tiene una sentencia cuando expresa: “Articularse a partir del 16 de septiembre para defenderse de cualquiera invasión nefasta de los Consejos Comunales”. No es, en sentencia de Leonardo Carvajal, viable la participación de los Consejos Comunales porque violan la constitución.

No sé las razones de este recuerdo, pero en el momento en que redacto esta nota, llega a mi mente esa expresión utilizada por Ramón Escobar Salón muy democrática y preñada de tanta humanidad, horas después del golpe de Estado contra Chávez, en la cual sugería que debían someterse por la fuerza a todos los “Chavistas” que se negarán a ser arrestado en ese proceso tan democrático que emergió una vez publicado el decreto Carmona.

Octavio de Lamo habla desde hace muchos años de maestros y el sonido se oye afectuoso. Se entiende o parece entenderse que reconoce al maestro como una persona con derechos y con capacidad de actuación y deberíamos preguntarle: ¿Cómo le paga a sus trabajadores, es decir a sus maestros? ¿Cuánto le paga? ¿Qué estabilidad tienen sus maestros? ¿Qué hacen en agosto con el cobro? ¿Cómo le paga su bono vacacional a cada uno de sus docentes? ¿Cómo le paga su bono de diciembre? ¿Cómo le reconoce sus méritos y estudios? ¿Por qué no hay un sindicato que defienda a esos maestros? ¿Por qué no hay necesidad? ¿Todos están muy bien y ganan muy bien? ¿Esa será la política de los dueños de las escuelas privadas? ¿Será por eso que son tan pero tan democráticos?

Héctor Navarro tiene efectiva y realmente dos opciones: Se monta o se encarama. La educación como reza en la Ley Orgánica de Educación es un “DERECHO HUMANO” y el Estado en correspondencia con lo previsto en la Constitución Bolivariana de Venezuela y en LOE debe garantizar ese derecho. Así que para septiembre se estará en un momento o coyuntura no deseada, pero una bonita oportunidad para saber si definitivamente, el “plato verde mancha”

evaristomarcano@cantv.net

[1] Las Declaraciones de Octavio de Lamo y Cecilia Sosa aparecieron en el Diario EL Norte de Anzoátegui, Disponible en: www.elnorte.com.ve y las declaraciones de este jueves (20/08/2009) están en la edición de Últimas Noticias y es parte de las exposiciones de un foro que se realizó en el IESA


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Evaristo Marcano Marín


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