Es difícil saber o conocer la dimensión de los negocios con las universidades privadas. No logra entenderse si los dueños de estas universidades son grandes vivos o si por el contrario, los usuarios y usuarias (Papi y Mami) de estas universidades, que en su mayoría son miembros de la “clase media” son efectivamente unos soberanos bobos y bobas que sintiéndose inmensamente ricos, les importa muy poco las estafas que les cargan desde esas instituciones.
En este caso, si existiera la remota posibilidad de colocarle control a estas instituciones para que dejen de estafar a los usuarias y usuarios, seguramente saldrían los “papitos” y “mamitas” a protestar haciendo uso del lema que tradicionalmente han venido utilizando esta exquisita clase media de con “mi hijo no te metas”, pero agregarían un anexo a ese lema: “con mi universidad privada tampoco. Ellas son tan calificadas, eficientes y eficaces, que bien vale la pena dejarse estafar.
Los papitos y mamitas están muy claros y conscientes en ese “dejarse estafar”. Más que una estafa (que lo es), estos papitos y mamitas justifican estás prácticas porque parten de la siguiente lógica: estas instituciones son actores principales de la oposición y más que una estafa; los excesivos pagos que hacen por cualquiera de los servicios que solicitan en estas universidades y especialmente en la Santa María, los asumen como una “pequeña” contribución para que estén siempre animadas en participar en el combate a esta dictadura. “No más Chávez” o “Chávez Vete ya” bien vale la pena realizar pagos exagerados.
Cobran un Carnet estudiantil que casi nunca entregan. El negocio es total, no dejan para nadie. Tienen sus buses y si los estudiantes pobres usan el servicio para ir por ejemplo a la sede “La Florencia” ahí no puedes pagar el pasaje estudiantil. No se permite que una conquista estudiantil que costó muchas vidas en la IV República se use en los negocios de transporte que ofrecen. Las autoridades saben que el 90% de sus usuarios y usuarias tienen papi y mami y es muy bueno, genial más bien, cargarle duro a los que no forman parte de ese selecto grupo y pueden ser Chavistas.
En esa sede (La Florencia) donde funciona la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales los baños están cerrados y los estacionamientos (como debe ser) fueron privatizados y con tarifas altas. Indepabis ha clausurado este negocio en varias ocasiones, pero como indepabis es del gobierno y el lema es “Con mi universidad privada no te metas”; los hijos de papito y mamita están muy feliz con esas altas tarifas por usos de estacionamiento. Si un miembro de esta clase media se le ocurre ir a una oficina pública a realizar trámites y hay cola; inmediatamente viene “no más Chávez”, pero en la Santa María las colas para pagar son inmensas y de eso no hay quejas. En la inscripción de materias un estudiante tarda más de seis horas: ves que si son eficiente y eficaces.
Un vaso de nestea cargado con bastante agua y hielo cuesta 6.500 (Bs. F) y una copia, que es parte del negocio está en 350 bolívares. Hay un espacio que parece ser una biblioteca, pero los textos que recomiendan no aparecen ni en los ficheros y menos en los “estantes”. Es frecuente ver estudiantes en espera de su título andar de carreras porque les aparecen materias pendientes. Si estos estudiantes entregan notas certificadas que solicitaron anteriormente para cuidarse de prácticas antiacadémicas; las autoridades argumentan que siendo certificadas no tienen validez y deben cancelar nuevamente la asignatura. Redonda la estafa no, pero “con mi universidad privada” ni se te ocurra meterte.
En esta estafas caen personas que no tienen las mismas oportunidades que los niñitos de papi y mami y ponerse al día es un sacrificio difícil de corresponder.
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