(Les dejo el quinto artículo publicado en Ciudad CCS, ayer jueves 17 de septiembre.
Brevísimas instrucciones para su lectura:
1. Abren el enlace de la canción (que encontrarán en la primera línea) en una ventana aparte.
2. Si no reproduce automáticamente, presionan play, claro. (Puesto que la idea es escuchar la canción).
3.
Dejan que su imaginación vuele. Por ejemplo: la mujer que canta es la
Venezuela decente, pujante, pudiente y por supuesto anticomunista. El
padre es un tipo de esos buenazos, de gran corazón, que está convencido
de que no se quemó las pestañas estudiando en una universidad para que
ahora cualquiera pueda acceder a ellas. La niña es el futuro (aunque no
se precisa de mucha imaginación para llegar a esta conclusión).
Salud).
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¿Sabían ustedes que El ratoncito Miguel,
la improbable canción infantil, fue concebida como una crítica contra
la dictadura de Gerardo Machado, quien gobernó Cuba entre 1925 y 1933?
Fue escrita por Félix Benjamín Caignet, el mismo genio creador de la radionovela El derecho de nacer,
de 1948. La historia del ratoncito que festeja mientras duerme el
temible gato Misifú fue interpretada por primera vez en público en
1932. El pueblo la convirtió pronto en canción de protesta, lo que le
valió a Caignet varios días de cárcel en el Cuartel Moncada. Aunque la
continuada protesta de sus seguidores forzó su liberación, la canción
fue prohibida.
Una vez que uno conoce los detalles de esta
historia – y yo recién los conocí – es imposible escuchar la canción
con los mismos oídos de nuestra temprana niñez. Hagan la prueba: en
lugar de nostalgia, los embargará la sensación de haber descubierto una
trama que les fuera ocultada durante mucho tiempo. Entenderán lo que
quiso decir Caignet cuando escribió que también Miguel "suele tener
corazón para cantar, para reír, para bailar". O por qué planteaba aquel
terrible dilema: o vemos qué hacemos con Misifú o "usted verá cómo de
hambre un ratón se morirá".
Aquí, pensando: es una canción que
bien podría ser utilizada por los padres y representantes indignados
porque en este año escolar que recién comienza, el mismísimo Dios será
expulsado de las escuelas. Lo tenemos todo: una dictadura regentada por
el gato Mefistófeles.
Unos ratoncitos que, si bien no puede afirmarse que corren el riesgo de
morirse de hambre, hace tiempo que dejaron de reír. Y lo que es mejor:
siendo como es una canción de protesta, suena como una canción
infantil. Así, los niños y las niñas de "familias pudientes" aprenderán
desde pequeños a cantar contra la dictadura, mientras sus padres les
recitan la oración que nunca escribió el Arzobispo Urosa:
"La educación debe ser igual pero separada… Los hijos de familias
pudientes, llamados a ir a las universidades y, más tarde, tomar las
riendas de empresas, negocios, ejercer las profesiones libres y ocupar
los cargos más altos de la administración pública, deben ser educados
para alcanzar estos fines… Los niños que, por su origen socioeconómico,
tienen desventajas, deben ser educados en el respeto hacia la
autoridad, en la diligencia, en la modestia…". Así a prenderán que más
horripilante que el gato Mefistófeles, es que los ratoncitos "de los
estratos más pobres" pretendan "acceder a las mismas posiciones que sus
compañeros más afortunados".
Urosa Savino conversando con Dios.