En la mañana del sábado se comprobó la mentira de la oposición, en los portones de Bauxilum había una minoría del sindicato de Morocoima, sin líderes, sin propuestas, sin moral, por cuanto el único objetivo era seguir la agenda de la Mesa de la Unidad en cerrar las empresas básicas para tener un escenario caótico en la recuperación de la producción. Morocoima no recibió ningún disparo, sin embargo, mantuvo el show mediático y hasta llegaron correr el rumor de amenazas de muerte, pero resultaron chismes. El representante de la Muralla Roja, Andrés Escalona, se lo dijo muy claro, sus trabajadores recuperan varias áreas de Bauxilum y un grupito político, con agenda dictada desde Caracas, no les van a cercenar su derecho al trabajo. Los argumentos del presidente de Bauxilum, José China, fueron contundentes, mostrando el acta que firmaron Morocoima y su grupo y la ilegalidad de las acciones que están tomando, al cerrar los portones con violencia. Las cadenas son un símbolo de violencia y una prueba contundente de que la mayoría de los trabajadores quieren acudir a sus puestos de trabajo.
Para algunos analistas mediáticos el hecho de colocar una cadena y golpear y amenazar a todo el que se acerque, no es violencia, lo definen como medidas de protestas. Pues bien, el PSUV en compañía de los trabajadores y el pueblo rescataron la empresa con mayor éxito en el control obrero. Van a decir que con violencia, y van a mentir para sugerirlo, pero lo cierto es que el escenario del 2002 de saboteo a las empresas no sucederá en Guayana. Y la canalla cobarde que organiza estos eventos ni siquiera se asoma a los portones. Se ha preguntado el lector porque Andrés Velázquez, Pastora Medina, Carlos Chancellor, Américo D Grazia, no se acercan a los portones de las empresas a encadenarse con un grupito de trabajadores manipulados, por una sencilla razón, porque el plan político es que se presente un muerto. Los trabajadores, el pueblo, la militancia del PSUV han estado pacientemente reiterando llamados al diálogo, han aguantado el abuso contra los trabajadores de Venalum, pero todo tiene un límite, pues de continuar estos cierres políticos las consecuencias no sólo serán para las empresas, sino para todos los bolivarenses, y ellos no se harán responsables de ser los causantes.
Las empresas básicas son patrimonio de todos los venezolanos, el PSUV reitera al pueblo organizado a defenderlas de una minoría opositora cobarde e irresponsable. Reitera el llamado al diálogo, incluso a los que tienen razón en reclamos laborales. No se debe olvidar que entre las razones por las que Chancellor estuvo preso, fue por instigación a la violencia que causaron muertos en el conflicto minero. No se debe olvidar que Andrés Velázquez fue uno de los cobardes que llevó la marcha opositora al matadero durante el golpe de abril del 2002. Velázquez sabía que habrían francotiradores para asesinar a estas personas y luego salió a acusar a Chávez de asesino, cuando él fue cómplice de los asesinos. No se debe olvidar que Pastora Medina, luego de apadrinar la corrupción y los delitos de Chancellor, gusta de arrodillarse encadenada ante los medios, para rezar que la gente crea que son ángeles y no demonios. Sin se hacen llamar líderes, que sean ellos y no sus borregos los que se pongan delante del portón a cerrar las empresas.
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