Es usual recibir una llamada telefónica o una nota electrónica de alguien de la provincia, quien se disculpa de no haber contestado alguna llamada o no haber informado sobre un suceso, por haber estado privado de electricidad en su ciudad de residencia, una mañana, tarde o noche del día anterior. Otras veces son los viajeros que regresan con la noticia de las interrupciones frecuentes del suministro eléctrico durante su viaje. Caracas está libre de esa incomodidad y sólo es afectada cuando se producen interrupciones nacionales severas, que perturban a casi todo el territorio nacional. Ha sido política del Gobierno proteger a la capital.
Como no somos expertos en la materia, nos enteramos por la prensa real y virtual, oficial y opositora, del estado del servicio e instalaciones eléctricas en el país. Tenemos que analizar las opiniones de los expertos, funcionarios públicos o no, para aproximarnos a las causas de los aprietos que se tienen. Como la oposición no tiene reparos en mentir y exagerar cualquier insuficiencia del gobierno, y como éste erradamente niega la existencia de problemas e imprevisiones y busca las responsabilidades fuera de su seno, uno tiene que, por su propia cuenta, detectar los problemas, hacerles seguimiento y contrastar lo que dicen unos y otros con la realidad, con los diagnósticos, las explicaciones dadas, soluciones propuestas, promesas y pronósticos emitidos.
Es claro para la mayoría de la gente, estén a favor de la gestión de Gobierno o tengan una posición contraria, que existe una crisis de suministro, pues la cantidad de electricidad que se produce está por debajo de la demanda existente; que esta crisis no dependía de si llovía o no, ni del nivel del Guri, pues continúa a pesar de no haber dejado de llover y haberse llenado la represa. Hay problemas también de los sistemas de transmisión por falta de mantenimiento de las líneas y transformadores. Sería mucho mejor para todos, pueblo y gobierno, que se sincerara la información sobre la crisis y se explicara exactamente lo que ocurre, así como las dificultades y planes para resolverla.
Hay que incorporar a los mejores profesionales en el enfrentamiento de este serio problema y ni gobierno ni oposición deberían de tratarlo sólo electoralmente.
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