De nuevo la lucha es por la renta petrolera. El plan “Colapso total” denunciado por José Vicente Rangel está asociado a una burguesía parasitaria dependiente del Estado, de “cuello amarillo o rojo-rojito”, que “es el mismo hamponato”, como dijo el presidente Nicolás Maduro. La ineficacia, la falta de controles, la impunidad y la corrupción pueden ser decisivas para que la conspiración tenga éxito y el imperio tome el petróleo y la renta petrolera.
Es hora del “Golpe de Timón”. Los ministros y funcionarios metidos en los barrios, unidos al pueblo en el hacer, oyendo, resolviendo y rindiendo cuentas. Como en abril de 2002 y el paro petrolero, el pueblo debe ser el factor decisivo. Recordemos que en los primeros años fue capaz de decir: “Con hambre y desempleo yo con Chávez me resteo”. Hoy movilizado para avanzar en “un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión general”, “una red que vaya como una gigantesca telaraña cubriendo el territorio de lo nuevo”. Palabras del presidente Hugo Chávez.
El control de cambios y el tipo de cambio fijo han sido derrotados, finalmente, por la corrupción. Se estima que 20 mil millones de dólares fueron entregados a empresas fantasmas. Sumas millonarias han alimentado el mercado paralelo de divisas para reventar el control de cambios y provocar devaluaciones.
La corrupción ha boicoteado inversiones productivas provocando que sigamos dependiendo de las importaciones y que de hecho solo exportemos petróleo. Mientras esta situación estructural no se resuelva, no tendremos soberanía productiva y, especialmente soberanía alimentaria, seguiremos siendo extremadamente vulnerables y no tendremos una moneda fuerte.
La renta petrolera es del pueblo, no de la burocracia aliada del imperio. La unidad cívico-militar y la conducción del presidente Maduro son garantía de que los corruptos pueden ser derrotados y expropiados y detenidos los que quieran abandonar el barco y marcharse llenos de dinero. Una señal como esta moralizará al pueblo, tendrá un impacto positivo en la economía y facilitará tomar medidas complejas para estabilizar el bolívar, superar la escasez y detener la inflación.