Aún resuena en nuestra memoria aquel mensaje publicitario difundido por todo el Zulia por quienes nos invitaban a formarnos en el área petroquímica. Ese llamado fue un atractivo para decidirnos a estudiar Ingeniería Química. Han tenido que pasar 31 años, desde aquel 18 de febrero de 1975, cuando recibí mi título de Ingeniero Químico, para ver, con mis propios ojos, que era posible hacer realidad aquello que se convirtió en ilusión producto de modelos de desarrollo neocolonial, proimperialista y desarrollistas, que nos ofrecían fantasías como verdades incuestionables.
Hoy, el Tablazo ¡sí! marca el paso y no sólo del desarrollo zuliano, sino además, indica la dirección de los cambios que deben acontecer en los Complejos de Refinación y Petroquímicos de Morón, José, Paraguaná y en el futuro en Cabruta y Sucre, lugares donde, según declaraciones del Presidente Chávez, se conformarán grandes Polos Petroquímicos donde florecerá un nuevo modelo de desarrollo socialista, nacionalista y creativo, como lo pensara y difundiera Oscar Varsasky, ese gran intelectual latinoamericano que vivió entre nosotros.
Emocionados, vimos y oimos, disfrutamos y nos complacimos, de las intervenciones de los participantes del acto de graduación de la I Promoción de alumnos egresados de la Escuela de Polímeros "Ana María Campos". Son 232 graduandos, que asumen una gran responsabilidad con nuestro pueblo. Ellos han tenido condiciones y oportunidades que no tuvimos quienes, desde la pobreza luchamos por superarnos, confiados en el discurso demagógico, populista y entreguista adeco-copeyano. Estos lanceros cuentan con el apoyo decidido y entusiasta del Presidente Hugo Chávez, y además, con el respaldo institucional y financiero de PDVSA, BANDES, PEQUIVEN, MINEP, CORPOZULIA y otras instituciones del Estado. Son ellos, vamos a decirlo de una vez, unos privilegiados que están obligados a triunfar.
Han podido capacitarse, en el marco de un nuevo modelo de educación liberadora, teorica-práctica, que dista mucho de la que recibimos los ingenieros químicos hace varios años. Aun recuerdo aquella clase de Química Industrial, en la que debí levantarme para reclamar con fuerza, a nuestro profesor José Felix López, "Lopito", para que nos llevara a conocer las instalaciones de la Petroquímica y pudieramos oler, tocar, armar y desarmar los intercambiadores de calor, las columnas de destilación y las turbinas que nos dibujaba en el pizarrón.
Ahora resulta que, ese mismo profesor, muy apreciado y querido por quienes fuimos sus alumnos, nos sorprende gratamente al dirigir y ver hecho realidad uno de sus sueños, esos que compartimos con él, cuando eramos estudiantes de ingeniería y, más recientemente, cuando nos correspondió dirigir el CIED de PDVSA-Occidente y Coordinar los Núcleos de Desarrollo Endógeno del MEP-PDVSA y, en especial, cuando iniciamos en febrero de 2004 el impulso del NDE de El Tablazo. Son estos lanceros unos privilegiados, porque cuentan con importantes créditos, con dos años de gracia y a una tasa de interés de apenas un 4 %. Y por si fuera poco, tienen asegurado un mercado cautivo. Por ello, los graduandos, están obligados a triunfar y ser victoriosos en la fábricación de sacos de polipropileno, inyectadoras y pañales desechables, cateteres y paletas linguales, especulas vaginales y tuberías de plástico, y en fin, en todas aquellos productos industriales que hoy importamos a mayor costo económico y político.
Y están obligados a hacerlo con calidad, para contribuir a nuestra independencia y soberanía científica y tecnológica. Como dijera el Presidente Chávez, al finalizar el acto realizado el pasado 08 de febrero: ¡Que viva El Tablazo! ¡Que viva el Complejo Industrial Petroquímico Ana María Campos! ¡Exitos muchachos! Ahora los zulianos si podemos decir con orgullo: ¡El Tablazo marca el paso!
Hugo Moyer Agostini es profesor jubilado de LUZ
hugomoyerhotmail.com