Los dos últimos artículos en contra de Rafael Ramírez: uno de que era agente de la CIA y otro, que lo pone como el progenitor del caos de la industria petrolera hasta 2014. Los dos autores exponen que a partir del 2014 todo fue para abajo y que el culpable de la debacle es Ramírez.
Si para valorar la situación actual de la industria petrolera venezolana, nos apoyamos en la tesis de que Rafael Ramírez fue el iniciador del caos actual de dicha industria. Con esa colección de errores, se concluyen tres cosas: primera, que Rafael Ramírez es el causante del problema actual de la industria petrolera y Maduro lo que está haciendo es corregir el error de Ramírez; segunda, que si la industria petrolera estatizada, es un cúmulo de escombros, la única manera de sacarla adelante es con la participación de empresas mixtas como la Chevrón-Estado (Petroboscan)y con empresas independientes como Repsol, ENI, Rosneft, y otras, que cuentan con la tecnología necesaria para levantar la industria; tercera, que la medida de abrir el espacio participativo a las empresas privadas, tanto en el control administrativo del proceso del petróleo, como en el proceso práctico de perforación, extracción, refinamiento y distribución,(Con sus propios técnicos y obreros especializados, que no ganan 10 dólares) servirá para mejorar la mala situación económica de los trabajadores, el deterioro tecnológico de la industria y el desfinanciamiento del Estado. Por lo tanto, los venezolanos vivirán mejor.
Todo este proceso, en el contexto de industrias y áreas de trabajo diferentes, se aplicó en todos los países que han impulsado la privatización; por ejemplo, se privatizo la salud pública y el seguro social, las comunicaciones, el agua potable, la educación, la energía eléctrica y los fondos de las pensiones, entre otros. Crecieron gigantescamente las ganancias de las empresas privadas y creció de la misma manera el sub empleo y la miseria. Las brechas entre ricos y pobres fueron más grandes y el Estado se quitó las responsabilidades sociales constitucionales y la empresa privada las asumió como parte de su inversión y ganancia.
En este sentido, el problema no es quien la cagó más en la industria del petróleo, sino, quien está arruinando el país con la privatización y cuales son las consecuencias. Esto no lo denuncia Rafael Barreto, Einstein Millán Arcia, ni Freddy Gil. Quien lo denuncia con profundidad de análisis es Rafael Ramírez.