Ante el clima de cierta estabilidad política lograda en estos momentos en Venezuela ante la derrota de los planes de conspiración y de violencia en Venezuela, mis más recientes escritos se han dirigido al planteamiento de algunas situaciones que afectan a nuestro pueblo desde el punto de vista social, pero a su vez plantear algunas vías para solucionar dichas problemáticas.
En esta oportunidad quiero referirme acerca de la problemática que se ha presentado en el país con el suministro de combustible y sobre cuál debe ser la vía que debe tomar el Estado venezolano para lograr una solución definitiva a la misma.
Este planteamiento y esta idea no es mía, sino que me la hizo llegar uno de los tantos lectores y lectoras que siguen mis columnas y que, por la importancia de sus señalamientos, consideré importante hacerlos del conocimiento de la opinión pública.
Hay que ir documentando en la medida de lo posible y publicarla también la odisea que pasan cientos y cientos de conductores venezolanos y de conductoras venezolanas para surtir de combustible sus vehículos, necesarios para las actividades de subsistencia diaria.
En este particular, vale resaltar el nivel de corrupción y abuso presente en este proceso que involucra a la mayoría de los actuantes, principalmente en quienes deberían cumplir con las labores de seguimiento, control, orden y vigilancia en representación del Estado Venezolano, la GNB, el Grupo de Somos Venezuela, Colectivos Urbanos y Consejos Comunales; igualmente se presenta en los dueños, empleados y trabajadores de las estaciones de servicios, así como a parte de la colectividad que acude a las colas para suministrar el Combustible.
La mayoría de los funcionarios públicos designados para el control del proceso en las estaciones de servicios realizan todo tipo de maniobras para obtener beneficios en moneda extranjera a cambio de privilegios para quienes estén dispuestos a pagar, sin realizar colas, ni someterse a restricciones en el litraje a surtir. En este caso se suman los representantes de las Estaciones de servicios para beneficiar a sus allegados personales.
Así mismo, la falta de información oportuna por parte de los organismos competentes sobre las estaciones de servicios que van a surtir combustible hacen que se hayan conformado mafias que negocian la información, por cuanto la obtienen mediante vínculos con funcionarios públicos que filtran la información.
Igualmente se involucra a una parte de la colectividad que acude a las colas por cuanto se presentan casos de quienes venden cupos en moneda extranjera para ubicar los vehículos en los sitios más cercanos a las Estaciones de Servicio; también hay quienes sin necesidad acuden para obtener el combustible para luego revenderlo a quienes se prestan para esta operación de apoyo a estas mafias.
Adicionalmente, las colas generan otro tipo de caos social de insalubridad por cuanto las personas hacen sus necesidades en la calle y en ocasiones obstruyen la libre circulación al resto de las personas en los sitios donde se ubican.
Al respecto, sugerimos que en principio los organismos competentes informen pública y oportunamente las Estaciones de Servicio que van a surtir el combustible atendiendo a una programación equilibrada, igualmente conviene que se haga transparente el despacho de combustible a los vehículos haciendo contraloría social in situ con participación mixta de representantes del Estado, Estaciones de Servicio y de las personas que hacen la cola.
Conviene que el Gobierno en su totalidad se avoque a solventar este aspecto, por cuanto es un importante foco de desprestigio para la gestión e instituciones involucradas en este proceso.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!