Dos millones quinientos mil y pico de votantes de nuestro PSUV fue algo más que un banco. No digamos que somos prepotentes, vanidoso, ni ególatras. Al César lo que de César es. Nada ni nadie puede ser más inteligente que el pueblo. Lo ha demostrado y con que claridad. Nadie pude engañarlo. Cada día que transcurre nos da muestra de su gran conocimiento político. Se lo ha demostrada a la oposición y al gobierno eso es genial...
Nos hemos dado cuenta a través de tantas elecciones que el pueblo, el sabio gigante de las miles de cabeza no cambia sus hábitos. Esta vez no fue distinto. El domingo es para pasear, estar con la familia o descansar. El soberano tiene una noche y u día para hacer las cosas que les agradan; son los viernes en la noche y el día sábado. Eso es bastante difícil, cambiarlo. Las elecciones los días domingo no lo sacan de sus costumbres, cuando estas no tengan el carácter de unas presidenciales.
Veamos al pueblo los sábados en la calle y aceptemos de esta realidad. Por eso sugiero que sean los sábados las elecciones. Éste es un día festivo para él. Los sábados se vuelca a la calle, a los sitios de recreación, a beberse su vendimia o su cruel lúpulo de la solo mata gente “frisnapolar”, pero así es. Los sábados son los días cuando más feliz se siente en lo que respecta a desatarse por esas calles de Dios y del diablo.
Que hubo dos millones quinientos mil votantes para escoger a nuestros candidatos fue algo espectacular. Al pueblo nadie lo saca de sus costumbres y esa cantidad es más que relevante. Podemos sentirnos orgullosos de ella de esos votos y no estar sacando cuentas sobre debilidad u algo por el estilo. No hay que ser “un sesudo analista” para admitir esta realidad.
Sugiero que las elecciones sean los sábados. Entonces usted verá como después que estas se lleven a cabo, el pueblo se quedará en las calles, esperando para celebrar el triunfo o admitir la derrota, sea lo que sea. En esta oportunidad nunca la derrota estuvo en el tapete. Con la aceptación de quienes serán nuestros diputados, estamos más que agradecidos a esos que fueron a votar, dejando la cama, la modorra, el cansancio de un sábado festivo después de una semana de trabajo y lucha-
Las elecciones los sábados serían geniales. Usted tendrá la oportunidad de ver las calles rojitas, alegres, festivas. El pueblo sabe que el día domingo podrá estar en casa celebrando y no leyendo la prensa el lunes para enterarse de los acontecimientos en pleno desarrollo, según el genial Walter Martínez.
Poe eso dos millones quinientos y pico mil votos, fue un gran apoyo para la revolución. Una cantidad respetable, que nos llena de esperanza y de optimismo. Estamos seguros de que “tuitercandanga” estará más que complacido por este apoyo de su pueblo, al que ama y por el cual lucha todo el tiempo sin descanso, con optimismo, con fe, con la mirada puesto en el infinito de la revolución.
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