Julio Mosquera muestra el perfil típico de un propagandista del oficialismo “rojo rojito”: habla de lo que no entiende, especula sobre lo que no sabe y pinta el mundo en torpes brochazos de blanco y negro. El 26 de abril publicó en Aporrea.org un nuevo panfleto con tales características, intitulado: Heinz Dieterich y Henry Falcón: El filósofo se volvió a pelar. (www.aporrea.org/venezuelaexterior/a99491.html) El panfleto en sí es insignificante, pero permite aclarar algunos aspectos importantes del proceso venezolano.
1. “Cuando Baduel cayó en desgracia, Dieterich no le volvió a dedicar ni una línea en sus escritos político”, dice Mosquera. La razón es sencilla. Cuando un Estado de Derecho acusa a un ciudadano de una actividad delictiva, tiene que demostrar en su debido tiempo en una Corte de Ley que la inculpación es justificada. Han pasado más de dos años desde que la diputada nacional Iris Varela mostró en la Asamblea Nacional documentos ---incluyendo presuntos números de transferencia de alrededor de 4 millones de US$ del ex ministro de Defensa a una cuenta del narcotraficante Hermágoras González, detenido un mes antes en el país--- que supuestamente demostraban la culpabilidad del General Baduel y solicitando una investigación vía la Presidenta de la Asamblea Nacional.
Dos preguntas al respecto: 1. Si hace más de dos años el Estado ya tenía la evidencia forense del delito, ¿por qué, hasta el día de hoy, ningún tribunal venezolano ha fallado sobre la culpabilidad o inocencia del ciudadano Baduel? 2. El comportamiento de la corrupción en un Estado sigue la distribución estadística conocida como la “Campana de Gauss”. Si Raúl Baduel es el único ministro acusado de corrupción, entre miles de altos burócratas estatales, ¿dónde está el resto de la curva? ¿O alguien en su sano juicio podría pensar que había un solo funcionario estatal corrupto entre miles?
Revisando la información sobre este problema, fuentes fidedignas de Venezuela me aseguran que hay diversas comprobaciones del delito. Bueno, si esto es así, ¿a qué espera el gobierno para iniciar el proceso judicial? Mientras no lo haga, el ciudadano Baduel es, conforme a ley, inocente. Es obligación legal del Estado venezolano, enjuiciarlo o liberarlo.
2. Dieterich halagó demasiado al General Baduel, dice Mosquera. Independientemente de la opinión subjetiva que uno tenga del General, el hecho histórico objetivo es, que él ---como centro de gravitación de la resistencia militar--- salvó a la Patria durante el golpe militar. La reescritura estalinista de ese suceso, al igual que la falacia populista de que “el pueblo derrotó al golpe militar”, jamás podrán oscurecer ese mérito del General. Menos aún, ante la esclarecedora lección del golpe militar de Honduras (Zelaya).
3. “Para Dieterich, Henry Falcón es uno de los líderes progresistas del PSUV”. Falcón, después de largo hostigamiento y saboteo de la derecha endógena bolivariana que controla a la Nueva Clase Política, renunció al PSUV y se convirtió en candidato presidencial de oposición. Evitó, de esta forma, que la derecha bolivariana le aplicara la misma operación que ejecutó contra Baduel.
El General Alberto Mueller Rojas, brillante pensador, renunció a la actividad política en el PSUV, porque, en sus palabras, es “más de lo mismo”. Después escribió: "Hoy todos los ciudadanos saben que no son los alcaldes, gobernadores y ministros los que engañan al Presidente. Saben que es éste quien rota, apoya, cambia, premia o castiga a su séquito (la burocracia de un régimen carismático)."
Eduardo Samán, único ministro revolucionario y comunista que ha habido en los once años de gobierno del Presidente, fue inmisericordemente destituido, sacado ilegalmente de las listas de candidatos del PSUV (Ver http://www.aporrea.org/contraloria/n153017.html) y congelado como un “bacalao”. Todo esto sin explicación alguna para el pueblo en esa “democracia participativa, proactiva, protagónica y popular” del “socialismo venezolano”, whatever that may be. Sí Mosquera, comparado con la derecha endógena que controla a la Nueva Clase Política “bolivariana”, Falcón es un progresista.
4. Mosquera, libérate de la quimera de que en Venezuela haya una lucha entre un proyecto socialista y uno capitalista. Los tres proyectos que compiten con fuerza en el país son: a) el desarrollista-burgués dirigido por Hugo Chávez, con crecientes tendencias caóticas; b) el desarrollista-burgués sin tendencias caóticas y de administración más previsible, probablemente encabezado en el futuro por Henry Falcón; c) el neoliberal-burgués. Los tres son capitalistas. El más reaccionario es el neoliberal. Entre los dos proyectos desarrollistas, el empresariado y el centro político optarán por el modelo previsible. Este es el talón de Aquiles de Chávez.
5. No existe ningún proyecto razonable de transición al Socialismo del Siglo XXI en Venezuela. Después de las quimeras de “comunas” y “monedas comunitarias” viene ahora la afirmación del Presidente de que no le preocupa la caída del PIB, porque “la crisis capitalista mundial no es una tragedia”, sino una “maravillosa oportunidad para acelerar en Venezuela el socialismo bolivariano”. Si le doy la forma de hipótesis científica a esa formulación, lee así: A mayor caída del PIB, más rápida entrada al Socialismo bolivariano. ¿Cree el Presidente realmente que semejante nonsense correlation (correlación absurda) puede convencer a alguien?
6. Nunca dije que la derrota electoral del gobierno es “inevitable”, como afirma Mosquera en otra de sus mentiras. Si no fuera tan ignorante sabría que “la inevitabilidad” solo existe en sistemas tautológicos, mientras que en sistemas empíricos solo hay probabilidades.
Mosquera, hazte un favor. Ve lo que significa “línea de tendencia” en estadística y ciencias sociales y después buscas en Wikipedia lo que significa Termidor en la Revolución Francesa. Entonces, con un poco de suerte, vas a entender en qué fase se encuentra la “Revolución Venezolana” y dónde va a terminar, si las cosas siguen su rumbo actual.
