El mayor desafió de hombres y mujeres revolucionarios es agarrarnos ahí. Donde Chávez nos ha enseñado con su valentía, donde la circunstancia en este momento nos lo exige. Agarrarnos en este momento que los perros ladran porque si no nos agarramos… ¡nos cortan los cojones!
Nuestro Comandante Presidente se enfrenta a la oligarquía “nacional” e internacional en defensa de nuestra soberanía día tras día sin descanso; se enfrenta a los imperios en defensa de todo el mundo sin importarle la retaliación, los manda a lavarse ese paltó y los manda al carajo como mínimo y a cada rato delante de cualquier pantalla de televisión o de cualquier periodista de palangre que lo entreviste y esa característica es lo que hace a Venezuela ser la patria que es y hacia dónde se dirige aunque caigan truenos, lluvias acidas saturnianas o relampagueos ultramacrocosmologicosgigantes.
Nuestro líder se agarra los cojones a cada rato para hacer respetar su patria, para hacer sentir el espíritu indoamericano y darnos eso que le sobra a él. A muchos “camaradas” no les gusta que nos expresemos sobre Chávez de esta manera, pero de “camaradas” de este corte está lleno el mundo de los escuálidos que tampoco les gusta cuando ensalzamos a nuestro líder, mientras ellos, esos escuálidos de mierda que la maldad y la corrupción es lo que los sostiene en todo el mundo desde hace siempre, quieren hacer ver a sus líderes de su mundo escuálido y a su USA, como lo máximo, lo bello y el paraíso terrenal. Pues que ellos defiendan al látigo y su verdugo, ensalcen las indecencias de sus líderes y los vicios de su USA, y nosotros hacemos con nuestras virtudes, nuestro líder y nuestra revolución lo que nos corresponde.
La experiencia que estamos viviendo en este instante con lo de PDVAL y otras podredumbres, es debido a esa debilidad, esa falta de pelotas y la falta de ese celo revolucionario que debiésemos tener con cualquiera en nuestras filas, sea nuestro panita, nalgona siliconada, familiar, o que parezca “camarada”, pero que olemos su tufillo escuálido igual de hediondo al queso rancio. Cuando damos una vueltica por reuniones cualquiera que sea, asambleas de concejos comunales y visitamos oficinas del Gobierno, nos damos cuenta de esa cantidad importante de escuálidos muy bien apoltronados en sus puestos despreciando a quien ellos captan como posible revolucionario humilde. Son cantidades de escuálidos puertas adentro de cualquier oficina o comunidad revolucionaria, haciendo su trabajo, obstaculizando, desbaratando, dividiendo, preguntando capciosamente y aportando dudas. Se les ve comparando y haciéndose las mosquitas muertas pero poniendo chinches en los asientos, burlándose y festejando los fracasos que ellos mismos ejecutan.
Con el agravante, que en más de una ocasión hemos leído las denuncias correspondientes en aporrea y otros medios y nunca le paramos. Hemos permitido el crecimiento en número de rosados, y la multiplicación de vicios en las filas de nuestro partido y en muchos entes, sin prestarle la debida atención a quien con valentía nos advierte y ahora estamos pagando esa falta de amor y rectificación. El presidente lucha sólo, con problemas múltiples porque todo el mundo se cuida el pellejo y cuando aparece alguien como un Chacín o un Samán, lo sacan y nadie sabe porqué y, cuando averiguamos algo, nos damos cuenta que fue por problemas personales ajenos a su principios y responsabilidades revolucionarias. Nos cuidamos donde no debemos cuidarnos y descuidamos el frente donde el enemigo avanza.
Pero lo más grave de este asunto comienza en los Concejos Comunales; Chávez dice a cada rato que con la escualidamentazón no hay reconciliación, que con el capitalismo, ¡ni por sus cojones! Y todos sabemos que nuestro Comandante tiene razón. Lo mismo deben sentir y hacer los voceros y juntas directivas de cada Concejo Comunal, Comuna o ente del Estado revolucionario, contra los conscientes adecopeyanos, PPteros, “independientes”, ninies y cuanto bicho raro aparezca con sus posiciones antichavistas y antipatriotas sentados en sus poltronas y en las filas de nuestra revolución. Personalmente conozco concejos comunales donde a más de voz y voto de cualquier escuálido, están metidos en las juntas directivas, en las mesas de discusión y pare de contar.
En los entes y misiones, sabemos de muchos y muchas que no quieren la revolución y están como Pedro por su casa y cobran sus sueldos, becas sagradamente sin mirar pá tras. Y de esto, en estos días PDVAL es la víctima. Cuando compramos en PDVAL o Mercal, nos damos cuenta que algunos (as) cajeras, supervisores, carniceros, cargadores y gerentes, no les interesa en lo mínimo nuestra revolución; sólo les interesa su chamba, librar su papa y que el Mundo se derrumbe a su alrededor. ¿Hasta cuándo vamos a seguir aceptando eso de que debemos ser abiertos con quienes a estas alturas ya sabe lo que significa el rumbo que lleva Venezuela? ¿Acaso no es tiempo suficiente para entender que quien no quiera ser revolucionario es porque no le da la gana? Y todo el mundo sabe que nosotros somos más de siete millones de inscritos en el PSUV, y de estos podemos contar con más de tres millones fijos que ejercen su papel, además de multiplicar su voto por tres a la hora de la chiquita. ¿Cuál es el miedo para barrer a quien sabemos debemos sacudir de los concejos comunales, de las comunas, de PDVAL, de PDVSA, de los ministerios, alcaldías, gobernaciones, liceos y escuelas bolivarianas, hospitales, misiones y todo ente revolucionario? ¿Que salen un buen numero? ¡Pues que salgan! La experiencia nos dice que ni “podemos”, ni el PPT, ni los cabezas saltadores de talanqueras han dividido nuestro proceso.
Además de esto, ya estamos en el nivel de conocimiento cuando todo revolucionario debe saber que el socialismo camina por la izquierda no sólo en su comprensión política, sino que transita por la vía de encontrar al ser humano en toda su plenitud porque esa es su naturaleza; mientras que el capitalismo camina por la derecha que significa deshumanización por ser su naturaleza. Basta de estar aceptando marranos que aún con nariguera saltan talanqueras, las saltan en reversa y cada vez que saltan se llevan a los débiles. ¡SIN COJONES NO HAY REVOLUCIÓN!
Y ojo peleao con los "testigos" de la oposición en el problema de PDVAL que deben estar muy bien pagados. Se les nota por encimita. Acordemonos aquel cubano que con toda seriedad "atestiguaba" ser espiá, no olvidemos las lagrimas de la hija del ministro Kuwaití frente a las camaras acusando a Sadam de la matanza en un hospital. La guerra en este momento es más fuerte en la mente de nuestras bases.
*Periodista
¡Patria socialista o muerte!
¡Chávez es socialismo…y candanga!