El ambiente del proceso electoral en curso para escoger los diputados que integraran la Asamblea Nacional Legislativa bolivariana permite vislumbrar lo que sera un resultado ampliamente favorable para la causa revolucionaria.
El PSUV y sus aliados, una vez se dio inicio a la campaña el 26 de agosto, tomo la iniciativa, colocándose a la ofensiva en la movilización de las grandes masas obreras, campesinas, estudiantiles, de mujeres y jóvenes. La calle ha sido el escenario propio de las fuerzas revolucionarias que han convocado la presencia de las nuevas subjetividades protagonicas en la transformación revolucionaria y en un contexto lleno de iniciativas y formulaciones programáticas e ideológicas, de gran trascendencia para el futuro de la patria.
La derecha, como siempre, sin mucha convocatoria, no obstante su alboroto mediático, se mueve en los escenarios cerrados de los clubes aristocráticos. Lo cierto es que la tal Mesa de Unidad Democrática no pasa de ser un club, a la vieja usanza de los partidos burgueses del siglo XIX que ni arañan el formato de los partidos de masas conocidos en el siglo XX. Rancia oligarquía, parásita y mediocre que reduce el ejercicio de la política a la simple intriga feudal y clerical, sin alcanzar la controversia ideológica consistente y de profundidad.
Así que la próxima Asamblea sera Socialista y en armonía con el emergente Poder Popular que encarnan los Consejos Comunales y las Comunas, reflejo de una institucionalidad democrática que sirva de referencia a la gestión de los asuntos y bienes públicos.
Las mayorías socialistas legislativas van a propiciar y agilizar el transito al Socialismo, en una dinámica a la que no le es ajena la dificultad y el obstáculo, dada la enorme raíz del vieja sociedad feudal, capitalista, rentista, consumista, oscurantista y subordinada a la férula de las multinacionales y el imperialismo, con casi 500 años de existencia, desde que la voraz conquista y colonización española de Carlos V, inicio el despojo y la destruccion de nuestras sociedades indígenas.
Obviamente el poder neoencomendero de la ultra derecha conseguirá algún margen político en el nuevo órgano legislador, y tenemos por cierto que su sabotaje, obstinación y obstrucción se harán sentir, con la complicidad imperialista, para intentar revertir y destruir las conquistas del Estado Social de Derecho, que no son otras que las de la solidaridad, la equidad, la justicia, la soberanía y la democracia participativa y protagonica.
Así es la vida. Es su dialéctica. No hay mas alternativa que prepararse para los nuevos escenarios de combate y lucha de clases. De esa manera se hace la verdadera historia: con el protagonismo consciente del pueblo y sus lideres.
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