Lo que conocemos como IV República en términos políticos es el período cronológico que abarca desde 1830 hasta 1998. Haciendo énfasis sobre todo en los cuarenta años del bipartidismo adeco-copeyano desde 1958-1998. A este último ciclo también lo denominamos “Punto Fijismo”. Analizando el siglo pasado, sobre todo en las dos décadas de los años 60 hasta los 80, podemos apreciar un grado mínimo de desarrollo industrial, así, como también una mejoría en los sistemas de educación, en la erradicación de algunas enfermedades endémicas, una bonanza de petrodólares suficientes para impulsar algunas reformas sociales, y aunque hubo intentos de rebeliones civiles y militares, estas no contaban con el apoyo mayoritario del pueblo, por lo tanto fracasaron en el intento, y el status quo se mantuvo hasta desmoronarse a principios de la primera parte de los años 80, con un cenit en los eventos de Caracas, Febrero de 1989. Esto debido al creciente deterioro del entorno social, aunado a la inseguridad, insalubridad, altos costos de artículos de primera necesidad, corrupción, clientelismo político, desempleo, ineficiencia en la administración de justicia, operación morrocoy en las dependencias administrativas del estado, ministerios ineficientes.
Todo esto coloco en bandeja de plata la búsqueda de otra forma de gobierno, con protagonistas diferentes que no estuvieran ligados a la vieja política del punto fijismo, es así como llega al poder el Proyecto Bolivariano (1999), el cual se transforma en “Transición” al Socialismo a partir del 2004. Han sido 11 años de luchas constantes, con avances importantes y retrocesos amargos, incluyendo tragedias naturales como la de Vargas. Uno de esos retrocesos fue el Golpe de Estado sin participación Popular, solo con el apoyo de un grupo minoritario de militares felones, de sectores retrógrados de la sociedad, de la prensa fascista, de cúpulas empresariales y de países hostiles, pero faltándole poder popular, fracasando así en apenas 48 horas. Luego vino otra mácula, el Paro Patronal o Lockout empresarial, y Sabotaje Petrolero, el cual cobra vidas de gente inocente y dejó un hueco en nuestra economía de más de 15 mil millones de dólares.
Esto dos episodio hace un gran daño al joven proceso que en esos momentos despuntaba de manera sistemática hacia el mejoramiento de vida del ciudadano común. Luego vino un repunte en los precios del Petróleo, fuente rentista de nuestra economía, para luego, esto precios desplomarse, a la vez comienza la crisis de la economía real de los países industrializados, que afectan a todo el orbe, nuestro país es él ultimo de la región que entra en esta crisis, y aun se mantiene en ella, con algunos síntomas de mejora. Pero quizás lo más preocupante que ha podido pasarle a nuestro proceso en “transición” al Socialismo, es que dicha “transición”, solo ha quedado en meras nacionalizaciones, que no han podido culminar en mas y mejor producción, en confiscaciones de tierras, que tampoco han logrado mas y mejor abastecimiento de rublos alimenticios. Seguimos siendo un país dependiente del petróleo e importador de productos terminados, y de alimentos para satisfacer una demanda que se incrementa día tras día. Nuestra lucha contra la inseguridad ha sido fallida, se han hecho esfuerzos, pero la delincuencia también ha hechos los suyos, y nos ganan en el combate. La corrupción sigue apareciendo y las ineficiencias de los entes administrativos sube como la espuma, sin aparecer sanciones o culpables.
El INE reporta un descenso en el desempleo, pero cada vez uno ve mas urbanizaciones convertidas sus casas en tiendas, fotocopiados, barberías, puntos de taxis, lavanderías, areperas, ventas de sopa. etc. Un país debe ir creciendo hacia la industrialización, no hacia el empleo de formas económicas rudimentarias. Ni hablar de la Inflación, y las devaluaciones por venir. Es allí, donde la pregunta que refiere el título de este artículo se hace inevitable. Hoy vemos, como un instrumento de un valor considerable como lo es la nueva LOT, es engavetado y diferido para el año entrante, a sabiendas que una Revolución Socialista, si esta es verdadera, su esencia recae no en decretos, ni tampoco en retóricas incendiarias, sino efectivamente en los trabajadores, obreros y en el pueblo en general.
Parafraseando a Marx, hay un fantasma que merodea estos tiempos, es el fantasma de la IV Republica.
Saludos cordiales, RAS, Siglo XXI
pedro2.patino@gmail.com
venezuelaeconomicaypolitica.blogspot.com