Incompresiblemente, el dirigismo hasta ahora aplicado en estos últimos diez años no ha hecho mella en él. Sigue vivito y coleando. El dirigismo está atrapado en el juego: si disminuye el consumo aumenta el desempleo y viceversa.
Todo el poder ejercido por el Gobierno en materia económica, le ha permitido seguir obteniendo grandes ganancias. Sin embargo, no han cambiado las mentalidades, los miedos, las tradiciones, los medios de comunicación, las empresas privadas, los partidos de oposición, los corruptos, los engañados, los arrendadores, los enfermos sicóticos, los dueños, los latifundistas, en fin los esclavos; cada quien sigue esclavo de su propia prisión. Éstos están actuando contra todo vestigio de sendero hacia la liquidación del Capitalismo*.
Pero, eso sí, todos se benefician de las políticas socialistas del Gobierno. Pregúntense nada más, cuántos empresarios tienen mejores trabajadores producto de las misiones: Robinson, Ribas y Sucre; trabajadores mejor preparados. Cuántos productos de la Misión Barrio Adentro; trabajadores más sanos. Cuántos productos de la Misión Mercal, Pdval. y de la Red Bicentenaria; trabajadores mejor alimentados. Acaso el significativo incremento de las ganancias, en las empresas de todo orden, en estos últimos años no lo evidencia.
Es harto conocida las crisis generada, por el Capitalismo, con periodicidad; y en todo tiempo, la miseria de las masas; siempre fatal para los más pobres, hasta conducirnos a esta situación actual de futuro incierto sólo con la intención de mantener un crecimiento indefinido, sabiendo que no hay recursos suficientes para alcanzar un nivel de consumo similar al actual en los países más avanzados. Esto último es su más evidente contradicción y se empeña en ese crecimiento. Así haya que destinar alimentos a la producción de combustibles para automotores.
Todos, esos esclavos de su propia prisión, inmersos en una vorágine consciente y creciente de súper acumulación, con intención, elevada, además a un máximo grado de monopolio, oligopolio y/o latifundismo de todo tipo (mediático, financiero, tecnológico, industrial, agrícola, etc.). Insisten en permear, con la acumulación, a toda la sociedad. El problema es grande, brutal, insoportable, espantoso. Hace surgir reales y ficticias diferencias entre los compatriotas. Por eso al Capitalismo hay que matarlo, pero, por ahora nadie sabe cómo.
*Capitalismo: régimen económico, político y social que sucede al Feudalismo, descansa en la búsqueda sistemática del beneficio gracias a la explotación de los trabajadores por los propietarios de los medios de producción y de cambio.
Joseluisperezequis@yahoo.com