A la democracia debemos evaluarla con realismo para lograr interpretar la caída de los partidos políticos, ésta gran debacle ha originado un ensamblaje en el movimiento opositor que ha derrotado el optimismo de los electores y, nadie desea ajustarse al nuevo mundo ideológico. La falta de supervisión en la IV República de obras vitales para la sociedad, fracasaron y dieron lugar a unos ajustes que permitirán avanzar hacia una estructura económica más viable y, que con la innovación cultural nos permitiría recopilar todo un ritual de nuestra historia ancestral.
Ciertamente, la oposición no desea avanzar, solo se dedica a criticar y chapucear el nuevo orden urbano, son las mismas expresiones de 1999, tienen solamente orden simbólico de la realidad, esos viejos cascarones solamente desean repetir y repetir y nunca trabajar por las comunidades, la experiencia lo viene diciendo. Estamos en tiempo de un ingenio mágico para Latinoamérica. Hay que romper con la historia de los recopiladores políticos que solo buscan dañar los sentimientos de los republicanos.
El hombre contemporáneo, debe tener convicciones serias de su apostolado y, cuyo mensaje debe ser edificante para lograr una de las clases de éxito para la nueva sociedad. Hay que dejar las blasfemias en el pasado generar un placer estético para la construcción del nuevo socialismo. Sinceramente, los diputados opositores dan grima por el discurso implementado y el no cumplimiento de sus
Compromisos políticos. Hay que ser útiles a la República y acabar con los trasfondos políticos. Porque dañan la buena fe del ciudadano común.
Se debe tener una verdadera competencia social para lograr los proyectos y adecuarlos a una normativa de convivencia. El Socialismo es demostrable, mientras la plataforma democrática nos indique el éxito de los Proyectos Comunales, es la búsqueda de un verdadero enlace entre los factores que afiancen la democracia. Es necesario articular todas las instituciones del país para evaluar el pensamiento político y precisar cuales son las fallas primordiales en el levantamiento geográfico de un país, que tenga una vasta extensión territorial para aprovechar las áreas cultivables.
Los latinos, necesitamos captar la luz libertaria de nuestros héroes y reaccionar contra los grupos humanos que desean deteriorar más al país, necesitamos recuperar a Latinoamérica, poco a poco vamos entrando en el sendero de la historia y, nos encontramos transcribiendo el vehículo discursivo de la modernidad expresada por grandes líderes políticos que supieron interpretar el racionalismo de Mao Tse Tung. Es evidente, los proyectos no deben quedarse en el papel. Es un trabajo incansable por hacer logros que determinen el análisis de un nuevo tratamiento social, el Poder Comunal.
La nueva Asamblea Nacional debe tener un lenguaje y planeamiento articulado para lograr las grandes metas que favorezcan al pueblo y constituirnos en unidad política para avanzar en los verdaderos procesos de cambios que el país requiere y marcar una pauta de trabajo en donde logremos el éxito deseado. Hay que acabar con las cúpulas exterminadoras del sentimiento popular. Debemos adversar los factores destabilizadores y fortalecer el proceso democrático para avanzar hacia la VI República, donde todos los programas económicos impulsen la participación del pueblo de una manera peyorativa.
Las mesas de trabajo y la asistencia a reuniones en nuestra comunidad fortalecen los principios de libertad y homogenización ideológica, dentro de los parámetros de un nuevo ideal nacional que genera poder en los espacios de construcción social de la nueva república.
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