Son inimaginables las diferencias
de ayer y hoy. Son una andanada de mitos que han caído bajo la bota,
aún impregnadas de un petróleo hipotecado desde los yacimientos para
enriquecer otras naciones o el folclórico término “bitumen”, para
regalar las extensas reservas de nuestro país, a cambio de otro espejito
enmarcado en otros siglos de dominación. Igual pasaba con el gas, inmensas
reservas que hoy nos colocan en los primeros lugares del universo en
materia energética, ayer se nos negaban las bondades de su importancia
y las verdades de su abundancia, ante la burla traidora de la nómina
ejecutiva de la cuarta república, encabezada por el tristemente célebre
Luís Giusti, que luego nos daría la razón, al aparecer poco
mas tarde, sentado en medio de los halcones imperiales, nada menos que
como asesor del Tío Sam.
Los patronos de ayer siempre
se las ingeniaron para mantener la clase trabajadora dispersa, aplicando
estrategias comunicacionales efectivas y migajas de supuesto bienestar
laboral, casi obligados por algunos episodios de luchas reivindicativas
de aquella época, cuando se encabezaban huelgas por un filtro
de agua fría, o las quemas de viviendas de los caporales pro yankis
por cada rancho del proletariado destruido en la lucha contra
la voraz explotación de las empresas capitalistas. De allí
venimos, de clubes reservados por clases sociales, de comisariatos exclusivos,
casas de campo con diminutas cercas, que enmarcaban nuestras conciencias,
mas que nuestra seguridad y la curiosa presencia del pueblo pobre, más
allá de los jardines y cercas de ciclón, cargándole a los “musiu”
los diferentes palos de golf o mirando con tristeza la dolche vita del
trabajador petrolero de la Creole Petroleum Corporation o la Shell de
antaño.
Hoy, el trabajador petrolero
de la nueva Pdvsa, es otro, cambió para siempre y los puedes ver en
los mismos clubes de aquellos campos de golf, debatiendo como uno solo,
con la nomina ejecutiva el rumbo de su futuro. El trabajador socialista
de Pdvsa se engrana con el destino del país, hace uso de sus mismas
instalaciones como trincheras en intensos debates y se da el lujo de
acoger en sus centros, a hombres como el camarada revolucionario
Soto Rojas, Presidente de la AN, que entre muchas cosas dijo:
“porque ya es hora de que avancemos en esta materia, que no todos
los esfuerzos se queden en una contratación colectiva, sino ir más
allá, para eso tenemos que impulsar la revolución en todos los ámbitos”.
Patria socialista o Muerte……..Venceremos