La pregunta viene a
propósito de un Artículo titulado: Al gobernador de Aragua,
publicado en Aporrea (03-04-11) por Oscar Hernández (Abg. Docente
Universitario, ex deportista, integrante de la selección nacional de
Judo y Bi-Campeón Mundial de lucha Sambo 2000 y 2001).
Cuando Oscar Hernández
era estudiante, compartimos días de lucha como proponentes (en compañía
de muchos otros compatriotas) de una ley, de corte socialista, que normara
la práctica de la Actividad Física y el Deporte, en el espacio del
PODER POPULAR DEPORTIVO (2006). Pasado el tiempo, el congelamiento de
la luchada ley nos disperso; posteriormente, este compatriota ocuparía
un cargo de envergadura, en el Instituto Regional del Deporte Aragüeño
(IRDA). Por esta ultima razón, dejando en limpio el honor, me sorprendió
el arriba mencionado articulo; al que debo hacer algunas apreciaciones
fiel al principio de no callar lo que se debe que decir, sin mas compromisos,
salvo los que emanen de mis convicciones. Cito:
“…hoy
le esta sucediendo al pueblo de Aragua, que no es mas que un proceso
de ensayo-error, que termina siendo mas error que aciertos tan solo
porque lo que invade al ciudadano gobernador es la prepotencia y
mas aún a sus cuadros medios que lo imitan…”
El judoka camarada,
afirma que en Aragua se realiza “un proceso de ensayo–error” y concluye,
sin ninguna consideración de cabal asimilación, de que solo la prepotencia
del actual gobernador del Estado (Rafael Isea Romero) y sus cuadros
imitantes, son los puntales de los errores cometidos más que de
los aciertos. Tal afirmación es compleja y conlleva un problema de
visiones, actitudes y voluntades. Sin descartar el componente de verdad
que podría acompañar la citada aseveración, queda el beneficio de
la duda. Además, no se pueden ver solo factores positivos ni solo factores
negativos. Ambas visiones son extremas. Si todo es positivo, quiere
decir que no hay más nada que hacer, no hay que plantearse otras transformaciones.
Si se ve todo negativo, entonces se estaría diciendo no se puede hacer
más nada. Esta claro como los extremos se tocan, razón tenia Lenin,
cuando decía: “de tanto andar en la izquierda se termina en la
derecha”.
“…quizás
por estas líneas me metan preso, me siembren droga o algún delito
para sacarme “mas” del juego político por hacer una critica…”
Temerario y desenfrenado el pronunciamiento del compatriota bi-campeón que amerita, seria reflexión. Aún más, cuando viene de un partidario del proceso bolivariano. Pareciera que esto fuera una práctica común de la dinámica de la revolución bolivariana, cosa que no es así, indudablemente. No hay que perder de vista que todo este joven e incipiente proceso, apunta a la consolidación del poder político y a la construcción de un nuevo e inédito orden socialista, por lo tanto, hay que saberlo apreciar en su contexto, nacional e internacional. No se puede permitir que se pierda el poder político por la desunión. Si perdemos el rumbo del poder político, la derecha contra-revolucionaria nos arrasa.
“…pero bueno, cualquiera pudiera decir que lo que hoy me invade
se resuelve con algún cargo que me den…”,
“…porque quizás también termine yo sucumbiendo y asumiendo la
misma postura, tan sólo porque yo tampoco estoy libre de pecado…”
no me refiero a la persona del gobernador o de sus cuadros sino a la
silla y al espacio, si, al espacio de poder que se entiende así, ya
que esta estructura solo permite concebir el poder de esta forma…”
Según este criterio,
algo confuso, las bases están fatalmente destinadas a tener una
camisa de fuerza de la cual no se pueden mover, razón por la cual,
no es que algunos sean negligentes o corruptos, sino que la “…estructura solo permite concebir
el poder de esta forma…”
¿Acaso no ese el pensamiento que se quiere cambiar para transformar
la estructura? Aunque no estoy seguro, de que todos lo quieran así.
“…¿entonces
porque, si imploramos tanto lo denominado hoy, como, PODER POPULAR,
no le damos vida?, y esa vida se da con la
única y suprema forma que es la transferencia, pero verdadera por cierto,
y esta según lo que yo creo, se da a través de vías de formación,
para posteriormente transferir la competencia, no es solo
“ Derrotar la cultura burgués” por una
“cultura de servicio” sino asumir que la cultura de servicio debe
estar consustanciada con “ Servir para transferir” que es otra cosa,
porque si solo se trata de “cultura de servicio” entonces necesitaríamos
no solo a un Rafael Isea convencido que el poder no es suyo sino del
pueblo sino a mas de un millón de Aragüeños convencidos de los mismo
para poder resolver los problemas…”
No hay una respuesta
única, como tampoco hay una cosa químicamente pura. Se trata de un
hecho simbólico, eso de “Servir
para transferir” porque omite
la movilización institucional, en la cual, los ciudadanos son protagónicos
y participativos en los mecanismos del poder político para la solución
de sus problemas, es decir, el bienestar de todos. (…) Dado que la
soberanía reside en el pueblo, este puede por si mismo dirigir el Estado,
sin necesidad de delegar su soberanía, tal como en la práctica sucede
con la democracia representativa o indirecta… (Proyecto Nacional
Simón Bolívar. Líneas Generales del
Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación. Democracia Protagónica
Revolucionaria). Por lo tanto, como decía Schafik, se impone plantearnos
nuevas formas de lucha sin perder los objetivos estratégicos y tácticos
de la revolución bolivariana. “Inventamos o erramos” (Simón Rodríguez)
“…yo
digo que lo que hoy profesamos que no es mas que el poder al pueblo
debe ya, hacerse efectivo, debe y nos obliga a que sea un hecho y un
derecho y no un acto de falacia producto de un encuentro de curules
para justificar el gasto publico…”
¿Cómo hacer realidad
esta exigencia? Si: “…esta
estructura solo permite concebir el poder de esta forma…”, donde
las bases están fatalmente destinadas a ser manipuladas por los de
arriba.
Samuel Huntington (lectura
de gran valor didáctico), ideólogo de las teorías de la gobernabilidad,
dice que: “una de las características inherentes a la democracia,
burguesa por supuesto, es que una franja de la población no participe,
señalando que para que funcione el sistema democrático burgués tiene
que haber una cantidad x de individuos que no participen, que no estén
interesadas o en condiciones de no ejercer sus derechos democráticos”.
En ese sentido, lo
que ha pasado en Venezuela y el Estado Aragua no escapa de ello, es
un punto de no retorno; es que toda aquella gente que por definición
Huntington excluye de la participación en el sistema democrático burgués,
está votando: están votando los indios, las mujeres, los afrodescendientes
y toda esa gente marginada de la política está participando, es decir,
hay movilización popular efectiva.
En el mismo sentido,
superando las tensiones –que las hay- entre la lucha social y la lucha
política, la participación activa del sujeto social (movimientos sociales
y sectores populares bolivarianos) en lucha por el socialismo del siglo
XXI y el respaldo a sus candidatos, es muy importante. A pesar que ha
habido y sigue habiendo problemas, a veces desencuentros entre los movimientos
político-sociales seguidores del proyecto socialista y el partido mayoritario
de la revolución bolivariana (Psuv), finalmente hay avances significativos
tales como: la transformación de la constitución y otras leyes, aplicación
de programas sociales, etc., que son innegables. De otra manera, no
se podría entender la cantidad de victorias del proyecto bolivariano
ni la victoria del mismo Chávez.
“…ya
es hora gobernador, alcaldes, diputados, directores, de cambiar, es
momento de quitarnos las mascaras y de creer que el pueblo ya no sabe
como es la cosa, ya los que estaban antes, que por demás no pueden
volver, lo hicieron, ya mintieron, ya engañaron y ensuciaron nuestro
patrimonio moral, no permitamos que vuelvan, ellos no cambiaran nada,
pero nosotros con tanta insuficiencia le estamos dando paso para que
regresen…”
No es solo el “momento
de quitarnos las mascaras”, sino también y sobre todo tener análisis
claro en lo que se plantea, en función de cumplir con los objetivos
estratégicos y tácticos de la revolución bolivariana; puesto que
no se deben esgrimir criterios donde se establece que el ensayo-error
obedece a una estructura que, “…solo
permite concebir el poder de esta forma…” y luego, invocar lo subjetivo para impedir
que vuelvan los enemigos de la revolución, “…ellos
no cambiaran nada, pero nosotros con tanta insuficiencia le estamos
dando paso para que regresen…”. El que tenga ojos que vea!
“…es por eso que lo invito, ciudadano gobernador, a retomar sus
raíces y a retomar lo que hoy usted no puede atribuirse como el derecho
de atropellar o de creerse un rey...
Mucha suerte y adelante”.
¡A Dios rogando
y con el mazo dando! “¿Sabe el pueblo de Aragua, que
en un momento de su vida nuestro gobernador siendo un muchacho arriesgo
su vida por un cambio?...” “…por lo que hoy vivimos y lo
que hoy buscamos, que no es mas que la construcción de un Estado Socialista.”
Cuando teníamos
las respuestas, nos cambiaron las preguntas,
o al revés.