“Antiguamente, lo que distinguía al rico del pobre era la
Cantidad de dinero que tenían en el bolsillo; hoy los
Diferencia el tipo de ideas que tienen en la cabeza”
John Kenneth Galbraith
El presidente de Ecuador, Rafael Correa fue el que dijo que América Latina estaba realmente en un “Cambio de Época”, y no en una “Época de Cambios” como opinaban ciertos sesudos analistas políticos y económicos con rasgos eminentemente reformistas .Esta afirmación del primer magistrado del Ecuador refleja una profundidad de visión en lo ocurrido desde hace un poco más de una década en Suramérica. Gobiernos con tintes progresistas de izquierda llegaron al poder de la mano del apoyo inmensamente popular de los pueblos olvidados. Casos como Chávez, Tabaré, Lula, Lugo, Evo, Néstor y Cristina, Pepe Mujica, Bachelet, fueron objetos de estudios por los grandes centros de poder político económico. Realmente estaba Suramérica siendo sacudida por un fenómeno político que podía ser pasajero o efímero o era posible un cambio radical del estamento político y convertirlo en un “antes y después”, en un verdadero “Cambio de Época”. Lo que hemos observado a través del tiempo y quizás con algunas excepciones es que necesitamos mucho más en lo político y en lo económico para impulsar definitivamente a los pueblos hermanos del continente a un cambio de época sustancial y sustentable. Ha sido una década conflictiva pero también con logros y avances importantes. Aunque todavía la variable que todavía cuesta despejar está allí, esperando, pacientemente, dando oportunidad para las reivindicaciones necesarias de los pueblos, esa incógnita dificilísima de despejar y de resolver es un problema de todos. Han sido largos años de sufrimiento de los pueblos, mientras un poquísimo número de personas disfrutan de las mieles de las riquezas de los países, ni la democracia representativa y tampoco la participativa ha logrado aún despejar la incógnita, esperemos para bien de la democracia que los cambios estructurales que han de venir pronto, logren la emancipación de los más desposeídos.
Cuba, bastión de la dignidad Americana, también anda en esa búsqueda del despeje de la incógnita mágica; esa que debe darle toda la felicidad posible a su pueblo, sin exclusión, satisfacer las necesidades no solo básicas sino de toda índole, donde el ser humano libere su capacidades reales, donde no se sienta maltratado o coartado en sus derechos libertarios, donde no existan ciudadanos de primera y de segunda, donde de cada cual según su capacidad y a cada quien según sus necesidades. Cuba está comprendiendo que los dogmas son excluyentes y sectarios. Que una verdadera revolución solo se puede hacer con el esfuerzo de todos los ciudadanos. La participación de las grandes mayorías excluidas de siempre, de los campesinos, de la clase media, de los obreros, de los industriales hacen que el engranaje “económico – político” funcione adecuadamente y libere a los más pobres de las cadenas de la miseria. Sin productividad no hay empleo necesario, y sin empleo la pobreza crece exponencialmente. El centralismo económico no es viable, hay que dar un paso a la diversidad, a la mixtura, seguir con un modelo donde se fijan líneas de comportamiento económico, y líneas de pensamiento político desde la óptica única del estado, nos retrae a los años 30 del estalinismo ruso, y eso está más que demostrado que no es la vía a seguir.
Los modelos económicos de nuestros pueblos, deben de analizar la diferencia entre la División Social del Trabajo y la División capitalista del Trabajo dos cosas totalmente distintas. Uno de los aportes de grandes pensadores es que enmarcan muy bien la división social del trabajo no como un vicio capitalista sino algo que realmente debe ocurrir en una economía sana. Un ejemplo clásico de ello es la separación de la ciudad y el campo; aquí el trabajo difiere totalmente. Mientras en la División capitalista del Trabajo da origen a la burocracia, a la fosilización del trabajador, a la competencia desleal etc, a esta” división” si debemos combatirla desde todo punto de vista.
Si lo que tratamos es buscar el “Cambio de Época” y el despeje de la famosa incógnita, debemos comprender que los dogmas que tienen más de 180 años fueron concebidos en” otra Época”. La búsqueda de una nación desarrollada pasa por desarrollo del individuo, y estos individuos deben especializarse en diferentes áreas, medicina, química, metalurgia, enfermería, Normalistas, leyes, etcétera. No importa que ciertas actividades o ramas sean eminentemente productivas o no, lo importante es la creación de nuevas ideas. El VI Congreso del Partido Comunista Cubano ha dado un paso al frente, ha resuelto no fantasear mas con el anticapitalismo a ultranza, ser un anticapitalista furibundo puede hacer mucho daño a una nación, abrirse a las inversiones privadas no es convertirse en un anti socialista, el fanatismo no es buen concejero. Cuba debe descentralizar el agro, debe dar autonomías a empresas, eliminar algunos subsidios, debe liberar a casi un millón de empleados del estado y que estos a su vez se conviertan en propietarios de negocios e industrias fecundas, solo con estas y otras medidas estructurales Cuba podrá decir que está entrando en un Cambio de Época…. Es Ahora o Nunca… Venceremos a la pobreza¡¡.
Saludos Cordiales; RAS Siglo XXI
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