Los documentos
estratégicos de la Unión Soviética demuestran, que el Partido Comunista
de la URSS (PCUS) había definido, desde los años veinte, cuatro condiciones
de sobrevivencia para la joven revolución socialista. 1. La URSS tenía
que acumular una fuerza militar disuasiva capaz de derrotar toda agresión
bélica imperialista. 2. Debía adquirir la suficiente autarquía económica
para proteger sus líneas de abasto e impedir el estrangulamiento militar
en caso de guerra. 3. Debía proporcionar una aceptable calidad de vida
material a los ciudadanos. 4. Debía mantener la unidad interna del
Partido Comunista.
Esas condiciones
de sobrevivencia, razonables e imprescindibles en las condiciones de
los años veinte, carecían, sin embargo, de una quinta condición,
cuya ausencia destruiría el Socialismo del Siglo XX a largo plazo:
el desarrollo de una democracia popular participativa que permitiera
la participación real de las masas, impidiendo, al mismo tiempo, que
alguna facción de poder del sistema o fuerzas pro-capitalistas pudieran
apoderarse del aparato de Estado.
2. Lenin, Stalin y el poder soviético
Lenin logró
cumplir con las primeras dos condiciones mediante la política del Comunismo
de Guerra y de la Nueva Política Económica (NEP). La política de
terrorismo de Estado de Stalin ---calificada por algunos
como la fase jacobina de la Revolución soviética--- logró la
industrialización del país, la defensa militar frente a los Nazis,
la exitosa reconstrucción económica después de la Segunda Guerra
Mundial y el desarrollo de armas nucleares, que impidieron el ataque
sorpresa con bombas atómicas que Washington había planeado para los
años cincuenta. Stalin consolidó, por lo tanto, las cuatro condiciones
de sobrevivencia del modo de producción socialista del Siglo XX, tal
como los jacobinos habían consolidado las condiciones de sobrevivencia
del modo de producción burgués capitalista un siglo y medio antes.
3. La quinta condición de sobrevivencia
El precio de
la salvación del Socialismo del Siglo XX mediante el terrorismo “jacobino”
de Estado, fue el sacrificio de la quinta condición de su sobrevivencia
a largo plazo: el desarrollo de la democracia popular participativa
de las masas. Tal omisión no condenaba de manera inevitable (determinística)
a la Revolución de Octubre a desaparecer. Pero, el sistema de poder
del modelo de Stalin, con su extrema verticalidad y la destrucción
de la participación y del pensamiento libre de los ciudadanos
---dentro y fuera del Partido--- abría la posibilidad estructural de
su destrucción, desde el interior del sistema mismo. Gorbachev fue
el verdugo que aprovechó esa posibilidad sistémica para la contrarrevolución
y restauración capitalista. Triunfó, donde Kerenski había fracasado.
4. Perestroika: el colapso del modelo de Stalin
La destrucción
del Socialismo soviético en la fase de la Perestroika de Gorbachev
es la historia de la fracasada transición del modelo de Stalin, es
decir, del Socialismo del Siglo XX, al Socialismo del Siglo XXI. Los
intentos de transición comenzaron con Chruchtchev, se estancaron por
dos décadas en el neostalinismo de Brezhnew, avanzaron brevemente con
Andropov y Tschernenko y terminaron en la destrucción del sistema por
la jauría de Gorbachev y Yeltzin. En China, el colapso del Socialismo
del Siglo XX al estilo Gorbachev/Yeltzin fue evitado por la fracción
de Deng Hsiao Ping y su política de “apertura y reforma” (1978),
que Andropov trató de emular, sin éxito, en 1983. Cuba trata de hacer
la transición muy tardíamente, bajo Raúl, y en condiciones extremadamente
desventajosas.
5. China y el Quinto Frente de Guerra socialista
Con el estancamiento
de los gobiernos de Correa, Evo y Chávez, en el desarrollismo burgués,
la última esperanza estatal para la evolución del nuevo socialismo
es China. Bajo Mao y Deng, el sistema socialista ha logrado construir
las primeras cuatro condiciones de sobrevivencia: es imposible derrotar
o estrangularlo militarmente; el nivel de vida ha mejorado sustancial
y masivamente y el país está unido bajo la conducción del PCCh, con
80 millones de miembros; asimismo, el Presidente Hu Jintao es uno de
los líderes políticos más capaces a nivel mundial.
La tarea a
desarrollar es, por lo tanto, la construcción de una democracia
socialista popular y participativa. El mismo éxito del modelo chino
confiere extrema urgencia a esa tarea, porque el espectacular crecimiento
sostenido parece demostrar a la población que la economía de mercado
es el mejor sistema económico posible. (Hasta Fukuyama ha cambiado
su amor por el “fin de la historia” por la pasión por el
“modelo chino”.) Y partes importantes de la juventud, inteligencia
y burocracia, sueñan con la democracia estadounidense y cuestionan
el monopolio de poder del Partido Comunista. No saben que la democracia
burguesa es “the best democracy money can buy”. No saben de plutocracias
y confunden la cantidad de partidos políticos con la cantidad de democracia
concedida.
6. ¿Triunfará la Revolución china, donde la soviética fracasó?
Para conjurar
ambos problemas, China necesita desarrollar la economía del valor y
la democracia socialista. Esa democracia tiene que garantizar el monopolio
de poder de las fuerzas populares y la participación ciudadana real
en las grandes decisiones públicas. Al mismo tiempo, ha de impedir
que una facción del sistema (gran capital, elite burocrática etc.)
se apropie de él. Sí el PCCh resuelve ambas tareas, China se transforma
en el modelo de transición hacia el Socialismo del Siglo XXI. Karl
Marx, Vladimir Illich Ulyanov y Mao Tse Tung se unirían y la cultura
más antigua de la humanidad se volvería cuna del Futuro Socialista.