Usted, Presidente-lo sabemos-no se deja llevar por el sueño vano, reflejo de una realidad inalcanzable sino que quiere alcanzar la Luna pero, no para recrearse en su contemplación sino para ponerla al alcance de los pueblos y eso no es utopía sino idealismo concreto.
Ajeno a la disquisición entre lo objetivo y/o lo subjetivo del idealismo-terreno de la filosofía-yo sólo pretendo decir, a mi modo, que usted apunta lejos pero concreta cerca.
Usted, Presidente, no tiene “Camp David” para reposar pero tiene algo muy superior a ello, tiene el cariñito del pueblo que es en (la) práctica, algo como los rayitos del Sol.
¡Descanse, Presidente, repóngase y deje de lado la más mínima preocupación, nosotros sabemos qué hacer mientras usted se repone a plenitud para la batalla del 2012!
Usted, Presidente, abusó del trabajo; usted se impuso a sí mismo un ritmo de trabajo a reventar y, por eso llegó al límite de aguante físico y, mire que se lo dice un burro para trabajar, este que soy.
Mire, Presidente, tremendo Gabinete de Ministros que usted dispuso y que son la admiración de nuestro pueblo ¡Cómo se han desplegado por toda la geografía venezolana, trabajando magnífico! (Y, eso que yo no estoy en ese Gabinete).
Presidente, entréguese al descanso, no sea tan terco, descanse la cabeza que, bastante falta va a hacerle, al menos hasta el 2021.
Usted, Presidente Chávez, por su
ética revolucionaria, impacta al pueblo trabajador venezolano; para
ubicarlo a usted, Comandante, no bastan coordenadas de ancho, largo
y profundidad; su dimensión de estelar líder hemisférico nos obliga
a considerar siempre una cuarta dimensión: La variable tiempo.
Nuestra confianza y nuestro optimismo en la recuperación plena de su salud, Presidente, va más allá del deseo colectivo, se trata de fundadas convicciones.
¡Tengo el fuete en la mano por sí mi patrulla se pone guabinosa! (que no, de ninguna manera).
Presidente, no sea tan cabeza dura, descanse, usted se ha negado a descansar un solo día desde hace doce años pero ahora debe hacerlo forzado por el imponderable.
¡Descanse, Presidente, cúrese; es una orden del pueblo y, una vez recuperado, proseguiremos, con usted al frente, la batalla del 2012, año agotador!
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