Para nosotros el socialismo es la verdadera democracia. Un sistema donde el pueblo siempre tiene la primera y última palabra.
El socialismo es Ético, Productivo, Antiimperialista, Igualitario de Género y Ecológico.
Es ecológico, porque el Socialismo del Siglo XXI es la opción tomada por los revolucionarios de este tiempo para salvar el planeta de la destrucción capitalista. Hablamos de una ética ambiental originaria que el socialismo asume como suya desde las más raigales convicciones ancestrales, desde el jefe Seatle de la nación swamish hasta la nueva doctrina de los derechos que enarbola Evo Morales.
Es igualitario de género, porque el Socialismo del Siglo XXI es la emancipación de la mujer. Las luchas feministas por enfrentar el terrible y vergonzoso flagelo del machismo, esa perversa herencia de las épocas más oscurantistas de la humanidad, alcanzan su máxima expresión en la construcción de la sociedad socialista. En esto la Revolución Bolivariana ha marcado pauta mundial, siendo pioneros en tener Constitución y Leyes redactadas en el lenguaje de género; amén del protagonismo de la mujer venezolana en todos los órdenes de la vida nacional desde que se inició el proceso constituyente.
Es antiimperialista, porque el imperialismo es la aberración de la contemporaneidad que azota a los pueblos y hunde a la humanidad en los más terribles flagelos, cuales son: el hambre, la desigualdad, la opresión, las guerras, el terrorismo de Estado, el narcotráfico, la destrucción ambiental. La militancia del pacifismo profundo y la autodeterminación de los pueblos es una condición básica para los nuevos socialistas.
Es productivo, porque tenemos que ser capaces de generar los bienes materiales para el buen vivir, especialmente los alimentos y los servicios de infraestructura, las tecnologías e industrias limpias que den asiento al crecimiento poblacional.
Es ético, porque con corrupción no hay revolución, es el principal enemigo interno que nos acecha. El socialismo necesita tres palabras: formación, articulación y emulación. Sólo con cuadros formados política e ideológicamente, con las instituciones del Estado articuladas en un solo esfuerzo, y promoviendo conductas principistas, productivas y altruistas, nos haremos invencibles y perennes.
No basta ganar elecciones para hacer una verdadera revolución. Hay que cambiar la sociedad, cambiarnos a nosotros mismos que somos presos de la cultura dominante, capitalista y consumista.
En las puertas del Tercer Milenio, el Socialismo se nos presenta como una necesidad histórica, porque es la única vía para detener la locura neoliberal que amenaza con destruir la existencia de vida en el planeta.
El socialismo es la forma más elevada del humanismo, porque propone la eliminación de la explotación, busca la igualdad y siembra la justicia, promoviendo valores de solidaridad, responsabilidad y amor.
El socialismo es el único sistema de desarrollo integral, porque no sólo promueve lo productivo, sino que atiende la espiritual, lo cultural, lo ambiental, y lo social, por supuesto, que es su esencia.
El socialismo es el sistema del equilibrio universal del que nos habló El Libertador, porque al promover la igualdad entre las personas y las naciones, permite a cada cual su autodeterminación y soberanía, buscando la cooperación internacional y la paz como piso de un mundo mejor.
Por eso somos socialistas y te invitamos a abrazar este ideal de humanidad.
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