La campaña electoral que comienza este domingo 1 de julio tiene características muy especiales. A la vista y a la mano de los electores tenemos dos opciones con discursos y accionar conocidos. Si partimos del dicho que “por sus actos los conoceréis”, sabemos quién es Hugo Chávez y quién es Enrique Capriles. Su comportamiento político durante los últimos años nos habla de dos personas, hoy candidatos, de quienes cada compatriota tiene algo o mucho que decir.
Estamos en presencia de una disputa presidencial entre quien, como Ca el candidato de la MUD, no oculta su estrecha vinculación con grupos oligárquicos nacionales y extranjeros. El mismo que ha sido incapaz de manifestar de manera seria y responsable su bochornosa participación en los acontecimientos del golpe de estado de abril de 2002, cuando asaltó la embajada cubana y propició la persecución, represión, amedrentamiento y encarcelamiento de los revolucionarios y pueblo chavista. Luego, al llegar a la gobernación de Miranda, atacó de manera inclemente las Misiones y a quienes se beneficiaban de ellas, eliminando sus sedes. A ellos sumamos la ya conocida limitación de este candidato para hilvanar un discurso de oferta electoral.
Nuestra opción, el Presidente Hugo Chávez es el candidato de la patria. Con una propuesta de izquierda y socialista que ha puesto en práctica durante la última década, la cual ha permitido que hoy tengamos un saldo social positivo y reconocido a nivel internacional como referencia integradora y de cambios concretos. Podemos decir, por ejemplo, que la gran mayoría desasistida y excluida en los gobiernos de la cuarta república se han convertido en actores y los ojos del gobierno revolucionario. La democracia protagónica y participativa, el empoderamiento popular y la inclusión social han sido claves para decir que efectivamente estamos viviendo un proceso de cambios sustanciales en la vida social, económica y cultural venezolana.
El 7 de octubre se nos presenta como otra gran fecha victoriosa del movimiento popular revolucionario latinoamericano. A nosotros nos toca afinar esa victoria con el trabajo organizativo y el contacto directo con nuestra población. Para ello contamos con referentes incuestionables. Los logros de la Revolución que se traducen en la incidencia positiva de las misiones al mejorar de manera sustancial la calidad de vida de millones de compatriotas. Por otra parte tenemos una propuesta de gobierno confiable de seguir ejecutando como es el Plan 2013-2019. Proyecto para consolidar y profundizar la Revolución Bolivariana. Hoy afirmamos con orgullo: Chávez es confianza. Chávez es paz. Chávez es patria. ¡NO VOLVERÁN!
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