La historia política contemporánea en Venezuela está repleta de una especie que por cierto nunca acabará, nos referimos a aquellos que de una manera u otra se dedican a los rumores y más allá a vaticinios generalmente infundados acicalados estos por el interés particular de quien lo emite. Este comentario a nivel general obligará en lo adelante a ser cautos cuando de sucesos a futuro se traten, tanto por la intencionalidad como por la magnitud que estos encaran sobre un hecho tan importante como lo es el proceso electoral del próximo 07 de octubre, dicho sea de paso, no es solo un evento electoral tradicional, es un momento trascendental hacia estadios superiores, donde el país se juega una opción constructiva de cara al futuro contra una destructiva que mira al pasado.
Es bueno acotar que, en este momento se mueven en el concierto de la política interna y de los factores externos, una gran carga de expectativas, donde hay mucho que perder para unos y mucho que ganar para otros. Es el desiderátum dominante de esta elección presidencial que debe definir la consolidación y avance de una propuesta de país alejada de los grandes centros internacionales y financieros en el mundo entero y del dominio criollo de la burguesía nacional, por supuesto en su seno pernoctan y pululan bajo la intención del medrismo y la entrega personajes de aquí y de allá.
Es el capitalismo representado por las grandes potencias llamadas occidentales que en medio de la crisis apuestan a no seguir perdiendo espacios de apoyo a sus circunstancias y anhelos de continuar en su dominio.
Ahora bien, que se espera antes, en y después del 07 de octubre, a sabiendas de un triunfo del comandante presidente Hugo Chávez y de su revolución bolivariana, socialista y antiimperialista. Indudablemente que las habas ya están en el caldero de la historia por venir y en razón de ello, se impone no solo que esta candidatura gane holgadamente, si fuera solo eso, sería mucho mas simple la ecuación, a nuestro entender hay algo que no debemos perder de vista y que representaría el elemento álgido en la definición que puede ser en cualquier momento, nos referimos a la unidad de todas las fuerzas, no pueden haber fisuras porque es una garantía de lo que pueda o no ocurrir, si hay un antes, o el mismo día o después, no habría otra alternativa que defendernos por la vía que sea necesaria. Ahora bien, de que vía estamos hablando, por supuesto que dependerá en primer lugar si se atreven a desconocer los resultados y en que forma lo harían, aquí podrían ocurrir muchas cosas, incluyendo a través del terrorismo ya conocido.
Particularmente no creo en una invasión a la tradicional, pero si, a intentar horadar nuestras fuerzas con el uso de falsos positivos, atentados, incluso hasta el magnicidio, recordemos no se trata de cualquier cosa, lo repetimos y hay que estar enterado en su justa medida y alcances. Opciones siempre tendrá la derecha y a cada una de ellas, hay que enfrentar con serenidad y firmeza revolucionaria, de lo contrario seremos presas fáciles de las contradicciones en la lucha.
Por último, no caer en provocaciones subalternas debe ser una lección de todos los días y horas; no se trata de augurar acontecimientos futuros por simple que los veamos, no y no, es solo que conocemos la naturaleza de la derecha, por tanto, al saber de lo que son capaces, que no se nos escape indicio alguno aunque parezca inofensivo.
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