Balance

La victoria del 7 de octubre afirmó la continuidad del proceso revolucionario. La nueva etapa que este hecho inaugura, se apresta a ser encarada bajo los lineamientos de un Programa que -a decir del Presidente Chávez- "busca traspasar la barrera del no retorno a hacer irreversible el tránsito hacia el Socialismo", que "lo viejo termine de morir definitivamente, para que el nacimiento de lo nuevo se manifieste en toda su magnitud"(1). A la luz de este desafío histórico, el resultado electoral no solo reafirmó al Comandante Chávez en la dirección revolucionaria de esta batalla; ha expuesto también el estado en el que se encuentran las fuerzas que determinan el desarrollo y el curso de esta aguda confrontación.

Luego de 6 años de proclamado el comienzo de la Transición del Capitalismo al Socialismo (en lo que se han conquistado logros y avances históricos para la sociedad), las fuerzas "de lo viejo que no termina de morir", vale decir, de las viejas clases dominantes, aunque derrotadas electoralmente, no lo están desde el punto de vista de la supresión las condiciones materiales que están en la base de su existencia como tales clases dominantes; tampoco diezmadas desde el punto de vista de masas. Aunque el veredicto electoral fue inapelable, y reconocido sin atenuantes por la derecha, la sociedad tiene ante sí la perspectiva de un nuevo periodo de conflictos de clases en los que habrán de ponerse en tensión  contradicciones hasta ahora no superadas.

Inmediatamente después de sabidos los resultados, desde cierta prensa burguesa se empezó a dar cuenta de la existencia de una grave fractura social y política en el país (2), reclamando del Comandante Chávez el comienzo de un dialogo con miras a un "entendimiento nacional", que conjure los peligros que eso hace pender sobre la gobernabilidad del país (3). Desde Fedecamaras se manifestó disposición a entablar un diálogo "para conciliar estrategias en aras del desarrollo del país"(4)*. 

  Chávez ha devuelto el gesto afirmando que "dentro de los 5 objetivos Históricos planteados en el Programa de la Patria, todos tienen cabida", afirmando además que  "las bases de nuestro Socialismo están en la Constitución Nacional", sin dejar de advertir que "un dialogo de caras al país, no de elites ni con imposiciones".

Este escenario ha provocado reacciones diversas. Algunas (desde columnistas afines al proceso bolivariano) han sostenido que  "avanzar en el dialogo" puede contribuir a atenuar "la crispación que subsiste" y permitir "enfrentar juntos algunos problemas con visiones distintas ", estimando que tal posibilidad pueda "en absoluto obstaculiza la ejecución del programa de gobierno, de avanzar en la construcción del socialismo del siglo XXI".(5) Otros lo valoran como en comienzo de una "conducta democrática en detrimento de los radicalismos de parte y parte".

Pero entre Gobierno y Oposición no solo hay "visiones distintas". Hay  intereses de clases encontrados y, en esencia, antagónicos. Intereses que gravitan con poderosa fuerza sobre el agudo conflicto que determina la vida cotidiana de la gente y explican, en última instancia, la naturaleza distinta de esas visiones; que llegan a ser irreconciliables ante la posibilidad de un desarrollo nacional basado en una organización social contraria a las impuestas por el capital.

El Dialogo proclamado por las fuerzas de la derecha es el de la negociación (conciliación) de los intereses de clases en pugna. Tal vez suponen que la necesaria estabilidad política que requiere el proceso sostenido de desarrollo económico nacional, propuesto por el gobierno revolucionario, entraña como condición necesaria pactar con sectores importantes de la burguesía los términos de una relaciones que preserven cuestiones centrales para sus intereses.

En el programa del gobierno para el periodo 2012-2013 se dice: "No nos llamemos a engaño: la formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista el socialismo apenas ha empezado a implantar su propio dinamismo. Este es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo "

A tal formación socioeconómica (capitalista) tal clase de Estado (burgués), con su ejército de funcionarios y un cortejo de prácticas que dejan ver los múltiples lazos que le atan a las viejas clases dominantes; una máquina burocrática que tiende a recomponerse tras cada golpe, tras cada cimbronazo, colocándose por encima de las masas, controlando y mediatizando sus pasos, imponiéndoles su lógica.

El problema de la eficiencia en la Gestión gubernamental.

El comandante Chávez ha definido como eje central del periodo 2012-2013, la conquista de una mayor eficiencia en la gestión gubernamental. Y ha anunciado la creación de un Ministerio para el Seguimiento y Control de Políticas Publicas. El paso por el país a lo largo de la campaña electoral le llevó a una autocritica a la luz de las graves inconsistencias y fallas que golpean a la población y sirvieron (y seguirán sirviendo) como palanca de la propaganda derechista contra su reelección y el proceso revolucionario mismo. En rigor, el clamor cotidiano en el seno de la población y de la militancia de base que no consigue canales reales de debate democrático en el seno del Psuv (y de otras instancias de gobierno), para tratar estos y muchos otros problemas, tomo cuerpo en esa autocritica, renovando votos de confianza.

Esa creación del nuevo Ministerio no ha quedado limitada al aplauso oficial ni al cuestionamiento irreflexivo de la derecha; serias observaciones críticas se han dado a conocer (desde las filas revolucionarias) advirtiendo contra la posibilidad de que la nueva entidad termine atrapada en el marasmo de la gestión tradicional (burocratismo e ineficiencia). (6)

El problema de la eficiencia en la gestión ("dilema no resuelto en 14 años por el gobierno" (7), de una u otra forma, se encuentra atado -y condicionado- a la lucha que se libra en torno a la definición de la lucha de clases que se libra en torno al Estado (lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer). En un folleto publicado en el año 2010, publicado bajo el titulo "Las dos caras de la Revolución"(8), respecto a este problema se decía lo siguiente:  

"Es precisamente esta coexistencia asimétrica (entre 2 Estados) la expresión más aguda de la lucha de clases en Venezuela. En tanto esta se mantenga irresuelta, su resultante tiene efectos negativos para el pueblo( ) una de esas expresiones negativas es la baja eficiencia en la acción gubernamental, pues las políticas del Estado se programan y orientan hacia objetivos sociales y se ejecutan mediante una gestión tradicional con lo cual se esterilizan excelentes proyectos y se anula la inversión de recursos". Más adelante, el autor dejaba abierta una posibilidad: " si el conflicto de clases alrededor del Estado no encuentra una pronta definición a favor de un Estado revolucionario, que imprima un giro decisivo a la gestión con centro en el protagonismo del pueblo, los nuevos enclaves socialistas que se intentan desarrollar, difícilmente tendrán la fuerza suficiente como para rodear y enterrar al viejo Estado".

¿Será posible consolidar el Socialismo en los límites de este conflicto no resulto? En el Programa de la Patria el Comandante Chávez sostiene que "avanzar hacia el Socialismo pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burgués que heredamos que aún se reproduce a través de sus viejas  y nefastas practicas logrando la irrupción definitiva del nuevo Estado Social y Democrático, de Derecho y de Justicia". No hay ambigüedad en esta afirmación: no hay manera de consolidar el Socialismo dentro de los límites estrechos de las instituciones sobre las que se apoyan las viejas clases dominantes y su régimen de explotación del trabajo.

El Partido (Psuv).

El problema de la eficiencia no puede ni debe quedar reducido a un conjunto de medidas a distintos niveles de gobierno, tras los cuales deben marchan (disciplinadamente) las fuerzas sociales y políticas de la Revolución en pos de su realización. Antes que nada, se trata de un problema que también apunta a considerar el carácter de las relaciones que ha establecido el gobierno (en todos sus niveles) y el Partido con el conjunto de las masas que sufren en carne propia las fallas y carencias de la gestión revolucionaria. Se trata de no repetir la trágica práctica de intentar resolver los problemas de una sociedad en Transición dejando a un lado el necesario y permanente debate político en el seno de las propias fuerzas, que permita viabilizar un genuino protagonismo de las masas en la conducción de sus propios destinos.

Tan grave como las fallas eléctricas o los huecos en las calles, es la reproducción (en la gestión gubernamental y la vida partidaria) de la practica característica del aparato estatal burgués, la cual consiste en apartase de las masas  e imponer su voluntad a las mismas (desde arriba) o, en su defecto, mediatizar y cooptar sus iniciativas. De esta característica, muy propia también de los viejos partidos burgueses que expropiaron el ejercicio de la voluntad política a las clases explotadas y oprimidas, está impregnada la dirección actual del Psuv. No son pocos los hombres y mujeres que ingresaron a él huyendo de la posibilidad de quedar atrapados en la práctica de aparatos sectarios y oportunistas, alejados de la vida concreta y cotidiana de las masas, que ha caracterizado a el grueso de las organizaciones políticas de nuestro país (las de izquierda incluso). Hoy se recienten esas graves falencias.

¿Cómo marchar a la eficiencia en la gestión si la militancia y la población, como hasta ahora, no encuentra en su Partido la atención ni el debate político necesario sobre los problemas que le afectan, sino que consiguen respuestas que no llevan a nada o, en el peor de los casos, conducen a retaliaciones?

 Se libra una lucha por la edificación de una nueva sociedad, pero los múltiples y complejos problemas que a cada paso produce esa experiencia no encuentran terreno de debate y balance que unifique ideas y acción, sino todo lo contrario. La critica militante, por efecto de este tipo de práctica, ha devenido en afrenta. Y la construcción del Socialismo en una rutina repetitiva de ensayo y error exasperante.

¿Cómo avanzar hacia la eficiencia revolucionaria en la gestión desde un Estado como el actual, si en lugar de un Partido revolucionario tenemos un partido paraestatal, un partido pegado a ese Estado, más cerca de la administración de las relaciones que reproduce su aparato burocrático que del debate y la acción política de las clases no capitalistas, dirigida a "pulverizar al Estado Burgués"?

No son pocos los trabajadores y trabajadoras que sufren las consecuencias por manifestar su inconformidad con prácticas incorrectas dentro de las empresas e Instituciones del Estado, que sufren acoso e intimidación, sin importar leyes ni nada, por el solo hecho de manifestar su hastío ante la reproducción de antiguas practicas clientelares, de privilegios y servilismo. Buenos analistas políticos han llegado a ver en la alta votación de la derecha "una carencia ideológica en trabajadores y gente del pueblo que debe ser atendida por el Psuv". Lo que no se alcanza a ver ni a decir con honestidad es que la "construcción del Socialismo" desde el Estado, y bajo condiciones de trabajo que reproducen relaciones de subordinación del trabajo al Capital (del Estado), ha venido provocando graves contradicciones que se están resolviendo con medidas antidemocráticas, llevando (y amenaza con seguir llevando) a la confusión, el descreimiento y desmovilización enn el seno de la clase trabajadora y el pueblo. La dirigencia obrera "socialista" se debate entre el ser o no ser un administrador de las viejas relaciones obrero-patronales, para echar raíces al amparo del Estado, con organizaciones que en nombre del Socialismo pugnen, no por la unificación de su clase y la abolición del Capital, sino por espacios de poder dentro del control estatal de las empresas.

El Comandante Chávez ha llegado a sostener lo bien que haría a la Revolución "una oposición que respete las leyes, la Constitución y la soberanía del país, una oposición que, independientemente de su filiación de derecha sea democrática y apueste por el desarrollo independiente del país". Sin embargo, desde el punto de vista del objetivo de trascender la sociedad capitalista, lo que más hace falta a la Revolución es un Partido en el que la crítica y el descontento de la militancia y de las masas se conviertan, a partir del debate democrático, en unidad de ideas y acción que permitan corregir a tiempo las fallas y sacar de estas las más elevadas conclusiones para la militancia. Ninguna oposición de derecha luchara por el Socialismo (o por lo menos por un Socialismo que signifique la abolición de los privilegios y la explotación). Mil veces más útil y necesario para la Revolución es que el rechazo (oposición) que existe dentro del Psuv a las formas como se conducen muchas cosas desde su dirección actual (Nacional, regional y local), logra tener afirmación efectiva, permitiendo apreciar mejor lo que hasta ahora no se ha podido.

Para las clases explotadoras y sus agentes,  la tarea consiste en conservar las columnas fundamentales sobre las que se asienta su orden social, luchando, no solo para que los cambios no se den, sino para que los que se den terminen siendo asimilados por la vieja sociedad, para que de ese modo lo nuevo no ponga en peligro las condiciones sobre las que se apoyan sus fuerzas como  clases dominantes. Lo contrario vale para las fuerzas de la Revolución: Evitar que los cambios que la revolución a producido en el conjunto de la sociedad, terminen remozando las relaciones e Instituciones (Estado burgués) de la vieja sociedad burguesa, revistiéndola, a la postre, de una "modernidad", que pase o pretenda pasar por Socialismo. 

(1)Programa de la Patria, presentación.

(2)"Un país partido en dos mitades". El Mundo Economía y negocios*,  (3) "Sin tregua ningún modelo de país resultará", El Mundo Economía y negocios.

(4) Ibid.

(5)Los domingos de Díaz Rangel. Compromisos de Chavez (13/10/2012)

(6) ver artículos Nicmer Evans, "¿Un Ministerio de la "renovación" para la eficiencia, eficacia y calidad revolucionaria?"

(7) Ibid.


fmarin2005@yahoo.com



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