Los inversionistas venezolanos, mueven sus alianzas políticas y económicas ante el nuevo panorama latinoamericano, recordando el pasado, piensan colapsar de nuevo el país originando compras nerviosas como acaparamiento de los productos de la dieta básica, sin olvidar los precios del crudo venezolano. Los bancos e instituciones de cambio desean participar en estos megaproyectos que busca fusionar industrias globales y comprar marcas reconocidas en América Latina junto a abogados en todo el mundo para así lograr franquicias que regularizarían el mercado y consolidarían la expansión del capitalismo soterraño en países que buscan integrarse bajo otro sentimiento económico. Los contactos se abrigan en el mundo y una de sus líneas de mercadeo es Brasil, que trata de incidir sobre el Medio Oriente y el sudeste asiático. Lo importante es ir formando biólogos, tecnólogos y abogados bajo una misma firma, pero en diferentes factorías que apuntalen sus ganancias hacia un nuevo horizonte con el fin de capitalizar las inversiones que provienen de China y otros países aliados.
Las fusiones, constituyen la vía más rápida para expandirse a nivel global y, por eso, algunos industriales instalan sus oficinas sin demora de tiempo en Centroamérica y el Cono Sur. Estos consorcios en un principio no tendrán una gran aceleración, pero a los consejos comunales les sería difícil de digerir por la actitud pasada de algunas cooperativas. Para estos inversionistas, Sudamérica tiene un gran atractivo por ser virgen y posee el viejo Dorado en su corazón para el Asia del Pacifico refleja algo fenomenal por la minería, fuente principal de la electrónica y construcción de chips.
Las combinaciones políticas vienen haciéndose desde hace seis años. Los grandes grupos multinacionales vienen reduciendo sus factorías para formar otras firmas y colocarlas en lugares alejados de las grandes ciudades para crear competencias con pequeñas industrias y liquidarlas, utilizando su personal en nuevas fuentes de empleo que lograría una cobertura global.
Ante esta gran amenaza mercantil, algunos liderazgos venezolanos que están estranochados con la implementación de leyes anticuadas que desmovilizan al trabajador y mientras se espera algunas indicaciones como correcciones, estas empresas monopolizantes aumentan sus precios, especulan y utilizan bodegas en los barrios para succionar el dinero de los parroquianos que en una emotividad ilimitada asumen los riesgos de un consumismo devorador que merma sus ingresos y el valor de sus salarios. Claro, es el resultado de la ineficiencia y despilfarro de los recursos provenientes del mismo Estado. Ya lo anuncie en un artículo, Estados Unidos viene utilizando aéreas restrictivas en el Sur, me refiero a alimentos con influencias transgénicas, elementos biológicos y el aspecto financiero.
Nicaragua, será la más favorecida, mantiene su fórmula original de trabajo patentado por los hermanos Ortega y el Sandinismo, reciben ayuda financiera y progresivamente exportan de todo, incluso se habla de un posible paso entre ambos océanos. El mayor error de Uribe es haber permitido esas bases norteamericanas asentadas en suelo colombiano, tiene prácticamente amarrado a Santos, quien desea, como buen empresario, abrir Bogotá a la habilidad diplomática internacional y captar inversionistas que manejen eficientemente el asunto de la globalización hemisférica y la territoriedad colombiana.
El mercado internacional busca cualquier túnel para crear distorsiones en la economía y el mercado cambiario, haciendo apuntalar el dólar no oficial a un extremo significativo. En el caso venezolano. Donde los detallistas especulan con precios prohibitivos y donde el sistema económico muestra en ciertos renglones algunos agotamientos que deben reflejar una diversidad de conclusiones en el devenir político. La economía, es un mundo real junto a lo mágico religioso de los políticos. Son dos aristas que se unen para formar la validez de un conocimiento que se irá transformando en ideología, donde la disciplina es fundamental y determina una acción intelectual prodiga para lograr encapsular un nuevo liderazgo. La historia venezolana es un presente que debe rislotarse con un pasado, donde la sociedad busca un camino más profundo para descubrir los trazos de su tiempo. Ya no podemos describir más ilusiones políticas, las cargas económicas lucen inmensas y la vida se hace difícil en los países inoperantes, es una política de escalación muy disfrazada donde los gobernadores deben lograr su estabilidad regional. Hasta ahora, unos lo han hecho bien, otros muy mal, pero, no hay duda la ausencia de liderazgo es espacial. Ahora, el liderazgo es discursivo y de Acercamiento y, los chinos se encuentran muy interesados en Latinoamérica, su nueva fuente de apoyo ante el inclemente fuego de los sauditas, iraníes y quienes manejan el crudo en toda la cuenca mediterránea.
El destino de Venezuela está más ligado a Nicaragua y los chinos que a Brasil y Argentina, aunque las importaciones de estos dos países sean fabulosas desde Manaos. Hay que adelantarnos para ser de las fincas expropiadas más productivas y recrear nuestra imaginación en ese hombre laborioso como fue el médico Ernesto De La Cerda. La política en su ejercicio es una experiencia muy bella y que en la actualidad está acompañada por la economía y el interés de servir bajo un concepto religioso. Algo que exige idoneidad y entereza al servicio público, algunos lo relacionan con la nueva fe. Es un mundo imaginario muy fuerte que abate entre bastidores grandes negocios bursátiles globales amparados por bancos nuclearizados por abogados de una sola corporación, difícil de entender en un país como Venezuela que se abate entre socialismo y capitalismo, como unión entre militares y pueblos. Esto, debe explicársele al pueblo para evitar un caos futuro. La patria debe ser socialista y democrática y exigimos una regulación del mercado.
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