A partir de los sucesos del 1 de enero de 1958, y ante la manifiesta crisis política y militar del régimen perejimenista, originada por el atropello hacia todos los sectores de la comunidad venezolana, de la que se hicieron eco una gran mayoría de los miembros de la fuerza armada nacional, trajo como consecuencia diversos manifiestos en contra del gobierno tambaleante, firmados por hombres y mujeres representativos de diferentes campos de la actividad económica, profesional y cultural, así como pronunciamientos públicos de instituciones nacionales como el Colegio de Ingenieros, la Asociación Venezolana de Periodistas, federaciones obreras y sectores empresariales que hasta ese momento no habían manifestado abiertamente su repudio a la dictadura. Todas las acciones de calle en contra del régimen, tendrán su momento cumbre en la huelga general del 21 de enero, movilizada por la Junta Patriótica (unión de los diversos partidos políticos), junto a los estudiantes, empresarios y las masas populares, la cual tomó un carácter unitario que prestó el apoyo necesario a los oficiales alzados.
Esos días sellaron una nueva etapa en la historia de la Venezuela contemporánea. El 23 de enero de 1958 se considera un triunfo del pueblo. Ese día, turbas enardecidas salieron a las calles, en todo el país, a celebrar la caída del régimen y a tratar de acabar con los funcionarios que se habían ensañado en la persecución política durante toda la década. Miembros de la terrorífica Seguridad Nacional fueron linchados; otros se escondieron por largo tiempo o escaparon al exterior.
Esa unión de las clases más necesitadas en conjunción con la fuerza armada nacional y sectores representativos del estado fue lo que llevo al derrocamiento de Pérez Jiménez, y lo que ha mantenido al Presidente Chavez en el poder, en contra de aquellos que lo único que quieren es volver a los días de entrega total a las grandes potencias y al Fondo Monetario Internacional, para que impongan las políticas que se deben seguir en el país y llevarse nuestras grandes riquezas al exterior.
El pueblo es sabio y con buena memoria, y por eso sabe que no podemos volver al pasado y que Chavez, desde donde sea va a seguir gobernando y fijando las líneas de acción para fortalecer el proceso revolucionario y la transformación de nuestro país hacia una gran economía donde se logre mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos.
Por otro lado no debemos desechar todas las políticas del régimen perejimenista, porque debemos reconocer que en lo concerniente a la infraestructura construida en el país en sus tiempos de dictadura hubo unos cuantos aciertos y obras de envergadura, sin dejar de lado lo duro que fue su administración con las obras mal ejecutadas o que no cumplían con los requisitos establecidos en el contrato, lo que le costaba hasta la cárcel a los contratistas. En este sentido, creo deberíamos copiar esto y aquellos contratistas irresponsables que realicen una obra solo por cobrar la valuación correspondiente y no cumplan las condiciones de calidad establecida, se pongan presos en compañía de los que tienen la función de fiscalizar y no lo hacen.
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